capitulo 35

118 10 4
                                    


  Harry

No tenía palabras para describir lo perfecto que era ese momento, era algo que había esperado, pero esto superaba todas mi expectativas, por primera vez me sentía completamente satisfecho estando con una chica, no habían ganas de terminar para poder alejarme, nada de lo común. Como dije antes, era algo que no podía describir. Nunca me había pasado.

Ella me acariciaba el cabello y a la vez me daba ligeros jalones, no me quedaba mucho tiempo, tenía que sentirla lo más rápido posible.

— ¿Estas segura?.— Le pregunte mientras la miraba a los ojos, no quería hacer algo que ella no quisiera.

— Si. — Dijo y cerro los ojos sonriendo, sonreí también y acaricie sus mejillas algo sonrojadas.

Condón.

Mierda, dime que traje uno.

JAJAJA IMBECIL.

— Tn__...— Susurre algo incómodo.

— ¿Si?— Dijo abriendo los ojos.

— Tenemos un problema— Dije sonriendo, ella arqueó una ceja. Me incito a decirle— A no ser que tomes pastillas, necesitamos un... Ya sabes... — Dije apenado, ella se sonrojó y río.

— ¿No tienes uno en tu cartera? ¿O tres? — Dijo y abrí los ojos mirándola, ella se encogió de hombros. Me levanté de la cama y inevitablemente me la quede viendo, ella avergonzada cerro las piernas, yo reí.

— Cruza los dedos porque estén. — Dije y salí corriendo hacia la puerta con dirección hacia mi habitación.

— ¡Lindo trasero! — Grito desde la habitación mientras yo bajaba las escaleras, solté una carcajada.

Por favor.

Dios ayúdame.

Que hayan.

Por favor.

No me castigues de esa manera.

Por favor.

Llegue a la habitación y en seguida busque el par de pantalones que utilice el día de la fiesta, rápidamente los encontré encima de la mesa de noche... Y con un gato obeso encima de el.

No por favor.

— Hola amigo. — Dije mirando como Dusty me miraba enojado por haberlo despertado a la vez yo mismo me odiaba por mi mala suerte, el minino bufó mostrando sus colmillos demasiado afilados para mi gusto. — Ok velo de esta forma, allí arriba esta una de las chicas más hermosas que eh conocido en mi puta vida, esta desnuda y esperando a que busque un bendito condón y tu estas encima de mi pantalón, por lo tanto también encima de mi cartera donde esta mi boleto a la felicidad en forma de un círculo de látex, por favor, por favor, ¿podrías dejarme ser feliz? Se qué hemos tenido nuestras diferencias, pero necesito de verdad eso por que... — Me calle al ver que el miserable gato ya se había cambiado de encima del pantalón a encima de la cama y además se había quedado dormido de nuevo. << Por dios hasta a los gatos aburres...>> Tu cállate.

Corrí hasta el pantalón y tome la cartera de uno de sus bolsillos, la abrí lentamente y revise uno de sus bolsillos.

¡Cinco!

¡Gracias Dios! ¡Tengo para un mañanero!

Corrí de nuevo hasta la habitación, abrí la puerta y me encontré con Tn__ que se había levantado de la cama y colocado en frente de las puertas de vidrio que daban al balcón mirando hacia afuera, camine lentamente hasta ella y abrace su espalda desnuda sobresaltandola, bese su hombro mientras ella reía.

— Pensé que te habías quedado abajo llorando por no haber encontrado nada. — Bromeo y reí mordiendo su hombro.

— Tengo suerte. — Dije y le mostré la fila de cinco condones que traía, ella sonrió sonrojandose y yo reí de nuevo mientras la arrastraba y acostaba en el centro de la cama, pasaron los minutos y la temperatura en la habitación había subido de nuevo, no había rincón de su cuerpo que no haya explorado sin prisa, suspiros, gemidos y pequeños jadeos inundaban las cuatro paredes. Me coloque de forma que los dos estuviéramos lo más cómodos posible.

— ¿Estas lista? — Dije algo nervioso, no quería arruinarlo.

— Solo hazlo. — Dijo en un jadeo y sonreí, la punta de mi erección rozó su entrada y junte por unos segundos sus labios con los míos para finalmente comenzar a entrar suavemente en ella.

Dios bendito ten piedad de mi.

Solté un gruñido al sentirla alrededor de mi calentándome y apretándome, Tn__ soltó un quejido de dolor y rápidamente pare.

— ¿Estas bien? — Dije preocupado porque le estuviera provocando más dolor de lo que esperaba.

— Estoy bien, tu solo sigue. — Dijo jadeando un poco. Me adentre lentamente hasta llegar al tope y allí pude liberar mi respiración que hasta ahora no me había dado cuenta de que tenía contenida, me quede quieto esperando que se ajustara a mi. — ¿Te vas a quedar toda la noche allí o que? — Pregunto y me dio una nalgada, solté una carcajada y comencé a moverme lento mientras ella comenzaba a gemir, gruñí y fui un poco más rápido. — Abuelo, me estoy aburriendo ¿Podrías empezar a follarme de verdad? — Bromeo con la voz entrecortada y reí, la embestí fuertemente sin previo aviso y ella soltó un chillido, comencé una serie de embestidas rápidas y fuertes mientras que ella apretaba sus piernas alrededor de mi cintura y rasguñaba mi espalda, grito echando la cabeza hacia atrás. — ¡Harry! — Me contuve para no correrme en cuanto dijo eso. Por dios.

Pasaron los minutos en los que cambiábamos de posición y la velocidad de mis embestidas cambiaba, solo gritos y gruñidos se escuchaban en toda la habitación.

— ¡Harry! ¡Oh Dios! — Grito por innumerable vez mi nombre mientras que otra vez se formaba una sonrisa en mi rostro. Me encantaba que hiciera eso. La sentí cernirse más alrededor de mi y supe que estaba a punto de llegar, comencé a moverme más rápido y fuerte para poder así llegar junto con ella. — ¡Harry! ¡Ya casi! — Gimió y dejo escapar un gruñido.

— Eso es linda, vamos déjalo llegar, vamos. — Dije y segundos después grito extasiada mi nombre mientras convulsionaba debajo de mi, sentirla más apretada hizo que me catapultara directamente a mi propio clímax. Gruñí mientras me vaciaba en ella y sentía algunos de los espasmos que todavía tenía, jadeamos cuando salí de ella para levantarme e ir a botar el condón al cesto de basura, volví del baño y ella seguía en la misma posición en la que estaba antes, respirando de manera más calmada y con los ojos cerrados.

— ¿Estas bien? — Le pregunte mientras me recostaba y la arrastraba hacia mi pecho cubriéndola con las sábanas, ella coloco su cabeza en la almohada mirándome mientras que trazaba pequeños círculos en mi clavícula.

— Me pregunto cuantas veces en la noche me preguntarás eso. — Dijo y alce una ceja. — Estoy bien tonto, más bien diría que estoy excelente. — Dijo y río mientras se acercaba más a mi entrelazando nuestras piernas y colocando su cabeza en mi pecho. Nos quedamos en silencio por varios minutos, su respiración se volvió más tranquila. Se había quedado dormida. Bese su frente y después sus labios para después colocar mi barbilla encima de su cabeza, cerré los ojos y aspire su aroma mientras yo mismo empezaba a dormirme.

¿Qué me estaba haciendo esa chica de cabellos castaños y ojos verdosos?

No tengo ni idea.

Sólo se que la quiero demasiado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 15, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

MAS QUE UNA NIÑERA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora