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—Veas por donde lo veas, esta es una pésima idea —bufó el latino por quinta vez desde que la princesa mágica sugirió aquella idea.

“¿Por qué no le escribes cartas como un admirador secreto?” le propuso Star mientras veían una serie para adolescentes demasiado predecible y repetitiva -no había otra cosa más interesante en la televisión.

Claro que él se había negado. Ya había considerado aquella idea un par de veces, pero no sonaba del todo bien considerando que el receptor de los mensajes era nadie más que Tom Lucitor, ex-novio de la mewmana y probablemente la persona que le tenía mas rencor al joven. Eso sin considerar el hecho de que la única razón por la cual el demonio estaba en la Tierra y entró a la escuela con ellos -casualmente, en su misma clase- era por que buscaba una oportunidad con Star.

Una realidad muy dolorosa para Marco, cabe destacar. Hasta Ludo se burlaba de él.

Porque sí, hasta el patético intento de archienemigo de la rubia se había dado cuenta de los sentimientos de Marco por el príncipe del Inframundo. Toda la ciudad, medio Mewni e incluso su antiguo interés amoroso, Jackie, lo sabían.

Solo el receptor de tales sentimientos no podía notarlo, ni con tres ojos.

—Vamos, Díaz —Star sonrió a su amigo y le dio una hoja decorada con líneas, curvas y corazones en tonalidades rosáceas— ¿Qué es lo peor que puede pasar?

—¡¿Qué es lo peor que puede pasar?! —repitió el latino con notable molestia. Repitió un par de veces la pregunta por lo bajo, entre enfadado y burlón ante el innecesario cuestionamiento y tomo una pluma negra.

“Probablemente ni siquiera sepas quién soy...”

—Sabe quién eres —la princesa dijo lo obvio.

—No necesito que sepa que soy yo quien lo escribe.

“..., aunque eso no evita que me encantes...”

Marco pensó mucho la última parte, dando un ligero golpeteo con la pluma a la mesa. No sonaba muy bien en su cabeza; resultaba directo y casi agresivo. «Justo como él» inevitablemente comparó.

La rubia le arrebató el papel.

“... No me sorprende ver tu casillero lleno de notas de todas las chicas de la escuela, después de todo, eres realmente muy atractivo...”

—Lo piensas —se defendió Star al ver el ceño fruncido y las mejillas coloradas del chico a su lado.

“..., pero que quede claro algo: nadie se acercará a ti en mi presencia.”

Definitivamente, era una mala idea.

Secret Love Letters ||en edición||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora