CAPITULO 44

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Mi boca cayó en una O que más bien parecía un cero. Me coloque el abrió y no llegaba ni debajo de mis rodilla. Niall… me tienes ardiendo pero te matare. Pensé con cinismo. Salí del cuarto luego de haberme maquillado un poco, camine y vi a mi bebe jugando.

-Oh bebe. Mami pensaba salir, ahora no podrá.-dije abrazándolo.

-Descuide señora.- hablaron detrás de mí. Pegue tremendo grito y gire. Cándese estaba parada con la papilla del niño en sus manos.-Lo siento.-dijo apenada. Asentí.

Luego de sermones y besos para Devlin Salí. Baje y Salí de los ascensores. Camine solo un poco porque el auto estaba a pocos pasos de mí. Del emergió Paul con su siempre ropa de trabajo y asintió hacia mí.

-Señorita Fox.-dijo y me abrió la puerta. Entre y mire mis dedos mire al techo a todas partes. Pero no fue cuando llegamos al Gran Hyatt en el centro de Seatlle. Paul abrió la puerta pero yo no Salí. Estaba semi desnuda y él quería que yo saliera asi. Oh lo matare.-Señorita Fox.-hablo él. Asentí y Sali del auto. No me había percatado de lo nerviosa que estaba hasta ese momento. Tenía los nervios de mi estomago a flor de piel. Estaba sumamente nerviosa. Paul me indico que hablara con la recepcionista del lugar y preguntara por Niall.

-Buenas noches bienvenida al hotel Gran hytt ¿puedo ayudarla en algo?-hablo la elegante rubia de la recepción. Sonriente siempre.

-Ah… yo… estoy buscando a Niall… Horan.-dije nerviosa. Ella me miro suspicaz.

-Dígame su nombre por favor.-dijo ella mirando una carpeta.

-_______ Fox.-dije mordiendo mi labio y estrujando mis dedos. ¿Por qué estaba tan nerviosa? Me pregunte y me golpeo la realidad. Estoy semi desnuda de lante de muchas personas y a demas de eso muy excitada por lo que seguro me espera. Dios.

-Bien… y la clave.-dijo ella sonriente. ¿Qué clave? ¿De que hablaba ella? Oh Niall.

-Eh... Yo no…-dije y ella inmediato interrumpió.

-Lo siento, pero sin clave no hay nada.- y diciendo esto se digo y no me hablo por más que la llame. Me senté en los muebles de la recepción. Media hora allí. Estaba molesta muy.

-Ya veré ese… ogro.-dije buscando en los bolsillos mi celular. Sacando este también salió una pequeña tarjetita. Y sonreí.-El rey está en casa.-le dije a la chica quien ni me miraba. Su cabeza se alzo y ella sonrió radiante.

-Bien. Es lista. Habitación 3455. Feliz estadía.-dijo ella normal. Me ruborice y asentí.

Camine hasta los ascensores y pulse el número que tenia la tarjeta. Mientras iba pensando en todo, estaba muy nerviosa, que sucedería allí. Oh no quiero ni imaginarme lo cansada que estaré y seguro lo horrible que estaré al salir de aquí. Una risita nerviosa salió de mis labios y la retuve. Al abrirse las puertas Salí y mis piernas tenían un ligero temblor. Oh Horan lo que me haces. Pensaba abrumada.

Al llegar a la habitación 3455 dude mucho en abrirla… estaba sumamente nerviosa. Vamos que no soy una cría. Me dije golpeándome mentalmente. Abrí la puerta, al entrar escuche el sonido del secador de pelos y al cerrar la puerta este seco. Entre y mire todo. Jesucristo.

Luz tenue, flores, velas, una mesa con cena para dos, una aroma afrodisiaco. Este hombre me va a matar.

-Me alegro de que llegaras.-hablo él en una esquina. Mire y allí estaba imponente. Todo un dios cabello ligeramente seco, ojos oscuros por su deseo, boca entre abierta, torso desnudo y una gran excitación. Su pene estaba más que contento en sus ajustados bóxers negros. Mi boca se seco a tal punto que pensé que saldrían grietas.-Ven.-me llamo con sus manos. Al llegar a él emanaba tal calor de su cuerpo que era como estar cerca de un horno ardiendo. Quito el nudo de mi abrigo y me dio la vuelta quedando yo de espalda a él, bajo el abrigo por mis hombros y cuando sus dedos tocaron mi piel desnuda fue como pasar brazas ardiendo en mi piel. Lo sentí en todo el cuerpo.

Sexo y juegos a ciegas |η.н|  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora