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16 de Marzo, 1999.

—¡JiMin, Cariño!

El niño pudo oír como desde el primer piso su madre lo llamaba, pero él no tenía ganas de nada, estos cuatro días que llevaba en Busan no había hecho nada más que comer y quedarse en su cama todo el día, lamentándose el estar en aquel lugar.

Apenas y se levantaba para ir al baño y asearse. No tenía ganas de nada, algo muy preocupante para sus padres ya que el pequeño siempre fue un niño alegre y lleno de vida. Pero ahora lo único que hacía en todo el día era mantenerse callado y llorar, ni siquiera tuvo deseos de jugar con sus primos cuando vinieron a visitarlo.

Extrañaba a su hyung, de eso no quedaba duda alguna. No quería hablar ni estar con nadie que no sea YoonGi.

JiMin estaba consciente que estaba mal lo que hacía, preocupar de aquella manera a sus padres y comportarse como un niño caprichoso, se sorprendía que no lo hayan regalado a estas alturas.

Así que para no tentar su suerte y que su madre vaya y le regañe, salió de su cama y se puso sus pantuflas de Hulk. Abrazó a su peluche del cual no se había separado en ningún momento y caminó hacia la cocina donde se encontraba su madre.

Al entrar observó a un pequeño castañito sentado en una de las sillas en frente de la isleta, conversando con su mamá muy animado mientras comía dos galletas a la vez. JiMin se preocupó, ¿Que hacia un niño en su casa?

La mujer apenas vio a su hijo fuera de la cama, sus ojos se iluminaron de alegría.

—Amor, él es TaeHyung, vino a jugar contigo.

El pequeño TaeHyung se volteó a mirarlo y le regaló una de sus bonitas sonrisas, a JiMin se le hizo muy lindo su sonrisa cuadrada y por un momento dejó de sentir miedo por él, solo un poco. El pequeño invitado dejó sus galletas a medio comer en el plato y tomó un poco de leche antes de bajarse de la silla con cuidado. JiMin se dio cuenta que el niño tenia un conejo celeste, el cual lo dejo sentado en la silla.

"Los conejos son blancos" Pensó JiMin sin dejar de observarlo con cierta duda, TaeHyung llegó hacia donde se encontraba parado y se lo quedó mirando fijamente, haciendo que al azabache le entre un poco de miedo por la mirada tan intensa.

—¡Qué cachetes! —gritó acercándose más al rostro de JiMin, sus narices apunto de rozarse y las mejillas del mayor tornándose rojas de inmediato. Pareció que eso le gustó a TaeHyung ya que sus ojitos brillaron emocionados, mostrándole de nuevo una de sus preciosas sonrisas—. Pareces una de esas ratas del bosque que guardan la comida en sus mejillas.

JiMin frunció el ceño ¿Acaso el niño raro acaba de llamarlo rata?

—¿Hablas de las ardillas, TaeHyung? —preguntó la madre del niño más grande, quien los miraba aun sentada en la mesa. El castañito volteó a verla y asintió varias veces.

—Sí, eso —volvió a mirar a JiMin, esta vez con una expresión más seria—. Eres una ardilla, me gustan, ahora eres mi ardilla.

—TaeHyung... —balbuceo la señora Park. JiMin podía llegar a ser muy tímido frente a personas nuevas, y el castaño parecía ser un niño que siempre decía lo que pensaba. No quería que JiMin llore al sentir miedo por el poco espacio personal que TaeHyung le daba.

Pero para su asombro pasó todo lo contrario. JiMin rió al darse cuenta del bigotito blanco que tenía el menor a causa de la leche.

—Pero no quero se una adilla —dijo en medio de una risa. Los ojos del menor a cada segundo brillaban con más intensidad.

I'm Ignored // 윤민 ♡Onde histórias criam vida. Descubra agora