KEEP YOURSELF ALIVE #4: Crossing the HOT SPACE! ♕

Capítulo XIII: Funny How Love Is

—¡QUIERO UNO!

—Venga ya. Ni siquiera vas a saber utilizarlo, Roger.

—PUES ME ENSEÑAS. PERO YO QUIERO UNA DE ESAS COSAS.

—Deja de ulular de una vez, lechucilla rubia —se quejó Freddie poniendo los ojos en blanco.

—Tú eres el que ulula, yo grazno —replicó Taylor con extrema seriedad y calma momentánea.

—¿Qué es lo que quieres, Roger? —preguntó curioso Deacon.

—QUIERO UN —señaló apoteósico a Ethan—... TELÉFONO MÓVIL.

—¿Pero para qué? No sabes cómo se usan esas cosas —rió Brian desde el sofá.

—ETHAN DICE QUE SIRVE PARA TODO, ES COMO UN DIOS PEQUEÑITO. ¿Y SI PODEMOS USARLO PARA VOLVER A CASA?

—¿En serio? —dijo John interesándose entonces.

—No... N-no es así como funciona esto, Roger —Ethan tragó saliva.

—¡YO TAMBIÉN QUIERO UNO! —agregó Freddie ahora también exaltado.

—Anda. Pues si es así, yo también —Brian se puso de pie.

—A-a ver... —Ethan los miraba desconcertado.

—¡QUEREMOS UN TELÉFONO MÓVIL! ¡QUEREMOS UN TELÉFONO MÓVIL! —coreó Roger.

—SÍ, YO QUIERO VOLVER A CASA —exclamó Freddie mientras Roger seguía chillando.

—Sí, Ethan, queremos volver a casa —apoyó John más tranquilo pero igual de emocionado.

—¡QUEREMOS UN TELÉFONO MÓVIL! ¡QUEREMOS UN TELÉFONO MÓVIL!

—¡CALLAOS DE UNA VEZ! —gritó Ethan consiguiendo que le hicieran caso—. ¡Un móvil no os va a devolver a casa! ¡Nada lo va a hacer!

Todos quedaron en silencio, paralizados.

—¿... Q-qué quieres decir? —dijo Freddie acongojado.

—¿No vamos a volver a casa? —preguntó Roger calmando el tono de golpe.

—¿Por qué has dicho eso? —añadió John.

—No... No me refería a... Olvidadlo.

—P-pero... —empezó Brian.

—Coged vuestras chaquetas o... o lo que tengáis. Nos vamos.

—¿Nos vamos...? —preguntó Freddie, aún traumatizado.

—Nos vamos al centro comercial.

—¿Al centro co-comercial? —dudó Roger, imaginando cómo sería un centro comercial del futuro.

—Sí. Al Kensington Market —los cuatro lo miraron atónitos.

—¿¡SIGUE EXISTIENDO!? —chillaron los cuatro empujándose entre ellos.

Ethan los miró enarcando una ceja—... Pues claro.

(...)

—¡Mira eso...! ¡Mira esa tienda...! ¡Fíjate en esa chica...! Tiene el pelo... ¡rosa...! ¡Mira los brazos de ese tipo, están llenos de tatuajes y...!

—Roger, querido... ¡CÁLLATE DE UNA SANTA VEZ! —Freddie le dio un empujón al impresionado Roger.

—Este sitio está muy cambiado —meditó John.

—Ya no parece lo mismo... Es como estar en otro mundo —Brian contemplaba a una chica hablar aparentemente sola con unos auriculares puestos.

—Pues sí... Me siento viejo y perdido, chicos —dijo fatigado Freddie.