~Robar o perder~

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CAPTITULO II

Una obscuridad cegadora absorbía la habitación, al grado de que la negritud provocaba que la misma pareciera más grande de lo que era. Nathan entró escoltado por los hombres que lo habían privado de la libertad. Batallando encontra de la oscuridad, inspeccionó sus alrededores y así detectó a más escoltasdistribuidos alrededor de la sala.La única fuente de iluminación provenía de un foco suspendido sobre una mesa. Al frente, identificó una silla vacía, supuso que ahí debía sentarse, pues del otro extremo, un hombre escondido entre la sombra fue delatado por el humo del puro colándose entre el rayo de luz y las partículas de polvo levitando en el aire. 

 —¿Sabes cuál es la razón por la que estás aquí?— Preguntó a secas, la frialdad de su persona pudo reconocerse apenas pronunció la primera palabra. 

—No.— Respondió Nathan, analizando la situación. Aquel hombre le plantó un sorbo al whisky. 

—Richard Croft, fue un hombre que consiguió una trayectoria reconocible al encontrar numerosos tesoros a lo largo de su vida. Cada hallazgo lo describió en registros de bitácoras que resguardó en donde tiene lugar su residencia. Gran error, un hombre con familia escogió el peor lugar para hacerlo. Hace un par de meses mis hombres saquearon su residencia, en Londres.— Uno de los guardias que se acercó por la espalda de Nathan Drake colocó fotografías, de Richard Croft, Amelia Croft, la mansión Croft, la grieta del Ojo de Oro y de Lara Croft, para hacerle una imagen gráfica de lo que estaba explicándole. —Su misión era encontrar información de la grieta del ojo de oro que Richard tenía en uno de esos registros. Sin embargo muchos de mis hombres han sido inservibles en varias ocasiones.— El hombre chasqueó los dedos y velozmente le sirvieron más wisky. —Por lo que tuvimos que ejecutarlos de su cargo. 

—Si no te sirve, no lo acumules— Expresó Nathan en una broma que consiguió extinguir la tensión del ambiente. Acercó su asiento a la mesa para levantar con sus manos el material gráfico proporcionado. La curiosidad le dirigió rápidamente al bosquejo del artefacto que dedujo era el ojo de oro. —¿Quieres encontrar esto? 

—Tengo su ubicación, mis hombres en México actualmente están buscando la forma de sacarlo del lugar dónde se encuentra resguardado. —El hombre se limitó a decir palabra alguna sobre lo que ese artefacto podía hacer, —Los documentos que consiguieron son solo fotografías, indicaciones de la ubicación, escritos que describen una grieta del Ojo que lo hace funcionar. Con los registros tengo una vaga descripción de en dónde puede encontrarse la grieta.El silencio era tan abrumador, al grado de que el sonido de la garganta en ladeglución del hombre al beber el wisky aturdía la sala. La simpatía y carisma de Nathan propiciaron que la conversación se tornara en una aproximadamente amistosa, y poco a poco la tensión disminuía. 

—Quiero suponer que este es Richard Croft, había escuchado de él, pero nunca me interesó conocer su rostro. —dijo señalando la fotografía, el hombre asintió, Nathan supuso que la fotografía de la mansión era la de los Croft. 

—Los viejos eran Amelia y Richard Croft, están muertos.— Comunicó con evidente resentimiento. —Mi problema es ella, la última Croft. Desconozco si sabe la ubicación de la grieta, pero conociéndola va encontrarla. La he vigilado de cerca en los últimos meses y tiene en manos un viaje a México, lo que me resulta inconveniente. 

—Eh, espera... No la mataré, no soy... 

—No quiero que la mates, no puedo ensuciarme las manos con ella si no tengo la grieta primero. Mis hombres están sacando el ojo ahora mismo y continúan la búsqueda de su grieta. Así que quiero que te le unas, la retrases y que consigas información. 

—¿Y si ella ya sabe dónde está? —Cuestionó Nathan. 

—Me das la información. Aunque no creo que sepa el paradero todavía, ella es muy impulsiva, eso quiere decir que es igual de predecible que su padre. Su viaje seguramente es para husmear entre mis hombres. Pero en dado caso de que Lara llegue a encontrar la grieta antes, solo tienes que quitársela. De lo demás se encargan mis hombres. Yo he escuchado mucho de ti y confío en que harás un buen trabajo. No eres alguien que pierda, eso lo tengo claro, y mis hombres han demostrado que no son competentes para algo como esto. 

Nathan se mostró expresivo en su convicción, no iba a hacerlo, había decidido que esa época había terminado para siempre. Pero eso no le gustó al hombre sentado frente a él.La tensión hizo acto de presencia nuevamente, el silencio acuchilló a Nathanhasta que el chasquido de dedos de aquel hombre lo perturbó. Uno de los hombres detrás de Nathan se acercó con una computadora y una grabación de Elena 

—Por supuesto obtendrás una recompensa para ti y tu familia— Nathan se quedó inmóvil reconociendo la amenaza que estaba recibiendo. —Como te imaginarás, Lara Croft no es la única persona que tengo vigilada. Un consejo es que un hombre no debe exponer a su esposa e hija, como lo hizo Richard ¿cierto? 

— Entonces la grieta del Ojo de oro ¿Eeh?— Nathan le sonrió al hombre para ocultar la molestia por aquella amenaza, y accedió. 



Más tarde Nathan contactó a Sully para contarle lo acontecido, se recargaron en el porche frente al agua. 

—¿Cómo piensas que vas a conseguir acercarte a esa mujer?— Preguntó Sully observando la fotografía de Lara Croft entre los documentos que el hombre le dio.—Tengo una maestría acercándome a las mujeres, ¿lo olvidas? —bromeó Nathan asegurándose de que Elena no lo había escuchado. 

—Estos tipos tienen hasta su perfil psicológico, ya idearon como acercarme a ella desde antes de contactarme. — Nathan externó que pensó en su familia para aceptar ese trabajo —Debo acabar con esto lo antes posible. 

—Sabía que no podrías dejar de llamarme para una nueva aventura. —Nathan se quedó distante sin saber como externar lo que diría. 

—Yo te llamé porque me amenazaron, con hacerle daño a Elena, y el embarazo la coloca en una posición vulnerable. No está en posición de defenderse como lo haría en estas situaciones. Quiero pedirte que la protejas, lejos de aquí, por lo menos hasta que yo regrese. —Sully comprendió, Nate estaba preocupado. Y resignándose al hecho de que no volvería a aventurarse con Nathan nunca más, accedió.

 —Bueno, parece que después de todo seguimos metidos en esto ¿no es así? —habló Sully refiriéndose a no dejar las aventuras. 

—Al parecer sí. 

—Cuando llamaste no me creía que fuera verdad que volvieras a hacer algo. Me convencí de que habías abandonado lo ilegal, pero viendo el panorama lo entiendo todo. Lo que no me cabe en la cabeza es porque no te dejas los rodeos, si ya has hecho esto.—No puedo porqué solo es una chica. Lo hemos hecho antes pero ella está sola y algo me hace pensar que esos hombres mataron a sus papás —dijo siendo empático por Lara. 

—¿Porque te preocupa eso ahora? 

—No quiero que mi hija se encuentre en una posición como está en un futuro.—No te hagas escenarios Nate, ella va a estar bien. Y siendo honestos, tú no eres tan importante como Richard Croft, esta chica vale millones por los tesoros que investigó su familia. 

—Bueno, no sé, a lo mejor es el hecho de que ella tampoco tiene padres —Nathan se quedó callado y Sully también, entendió que ser padre lo estaba volviendo vulnerable. —No me digas que Nathan Drake se está proyectando en una jovencita —comentó Sully ahogando la gracia y risa que le provocaba. 

—Tiene buena trayectoria pateando culos, creo que somos parecidos.—Esta mujer tiene una gran fortuna, dime ¿en qué se parece a ti? 

—¿Seguro que no quieres que te acompañemos? —Preguntó Elena interrumpiendo, se acercó poniendo las manos en su cintura. 

—No será nada complicado quitarle esas cosas. —dijo Nathan.

Dos Mejor Que UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora