Capítulo 3: L'ORÉAL

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En verdad no sé porque rayos le dije que sí al idiota de George. Pobrecito, no debería llamarle así, me hace descuentos en la tienda. Da igual, ahora tengo que ir a esa estúpida fiesta de inauguración. ¿Debería vestirme formal o informal? Da igual. Tomé un vestido azul con lunares blancos y me vestí.

Una vez lista, tomé el bolso en el que dentro se encontraba lo que Apolo me había encargado en su carta y salí de el Caldero Chorreante. Caminé por las oscuras calles del Callejón. Solamente había unos pocos lugares abiertos a estas horas, la mayoría era de comidas, excepto el gran edificio con el enorme muñeco que se encontraba al final de la cuadra. Sortilegios Weasleys se encontraba con sus luces encendidas y se lo veía más vivo que nunca. O tal vez realzaba tanto porque estaba todo oscuro y tenía luces encendidas, ni idea.

Desde afuera de la tienda se podía escuchar el ruido de la gente que hablaba dentro del local y la música que allí sonaba. Seguramente estaban dando una fiesta al estilo Weasley. George era el anfitrión, no podría ser aburrida. Nunca.

Tomé el picaporte y abrí. En ese instante, miles de papelitos de colores, serpentinas y cosas raras volaron por los aires y la gente comenzó a vitorear. Yo estaba extrañada, no había entendido bien que habían gritado, pero creo que era algo para mí. De repente, Fred se acerca y mientras me abraza dice:

—¡Feliz Cumpleaños Alison! 

Si antes no estaba impactada, ahora sí que lo estoy. Era mi cumpleaños y lo había olvidado por completo. Con esto de que todos los días son iguales al anterior, ni me había dado cuenta que era 23 de Agosto. 

— No me digas que te olvidaste de tu cumpleaños — dijo el Pelirrojo separándose de mí.

Yo no contesté nada, pero al notar mi expresión se ha dado cuenta que había dado en el clavo. Comenzó a reír, seguido por el resto de los que allí se encontraban. Yo no tardé en unirme a ellos.

Luego de eso todos, literalmente todos, se acercaron a saludarme. Creo que mi mejilla derecha se ha gastado. Finalmente, los invitados se dispersaron por el lugar y me quedé junto a los Weasleys y Potters.

— Gracias por la fiesta, realmente me había olvidado de que era mi cumpleaños — reí.

— Eres de la familia Alison — dijo George — Además te lo merecías.

Les agradecí y fui a un rincón junto a Fred, Albus, y por alguna extraña razón, James. 

— Alison, te tenemos una sorpresa. Los tres. — dijo Albus.

Al parecer se le había pasado el enojo, yo que sé.

— ¿Los tres? — pregunté refiriéndome a James.

— Si tonta, los tres. ¿No sabes contar? — dijo éste fastidiado.

Le lancé una mirada fulminante pero no dije nada. Fred tomó lo que parecía ser un cuadro. Éste se encontraba al revés, por lo tanto, no podía ver la fotografía. El pelirrojo me mira con ojos brillantes, llenos de emoción y da vuelta el cuadro. En él había una imagen de toda la familia Potter y Weasley junta. Esa imagen la había visto miles de veces colgada en La Madriguera, pero ésta era diferente. En ésta estaba yo.

Yo me encontraba atónita. 

— ¿Te gusta? — preguntó Albus con inseguridad.

— Es el mejor regalo que me han hecho en mi vida — dije tomando la imagen.

— Fue idea de James — dijo Fred.

Miré asombrada al recién nombrado. Él se encogió de hombros como si no tuviera importancia. De todos modos, le dí las gracias. En realidad se las dí a los tres, pero da igual.

Recuerdos de una Mestiza - EN PAUSA - UMD#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora