Capítulo 10: Tiempo de adaptarse.

5.4K 495 197
                                    

10

Narrador Omnisciente.









Sus manos comenzaron a temblar en cuanto vio la sangre deslizandose lentamente a través del camino que daba hacía lo largo se su brazo. Las gotas caían al suelo una vez que se acumulaban en su codo y al levantar su rostro pudo verse a si misma con los ojos llenos de sangre y tosiendo en seco, demostrando que la garganta le dolía.

— ¡No! ¡No! —grito con desesperación al ver unicamente oscuridad a su alrededor, la habitación donde se encontraba estaba amtotalmente oscura y en su pensar solo estaba aquel agujero en el que Danzou la mantuvo durante tres días.

La luz pronto se encendió y antes de que pudiera salir corriendo unos brazos la rodearon por los brazos, deteniendo su desesperación por levantarse de la cama. No entendía porque las pesadillas habían regresado y mucho menos porque estas le asustaban tanto.

—Tranquila, ya estoy aquí —susurró el rubio. El cuerpo de la azabache se encontraba refugiado entre sus piernas y su pecho estaba rodeado por sus brazos.

El silencio inundó la habitación de la uchiha, Naruto no se equivocó en salir a merodear por el departamento de Kanade ya que antes de marcharse pudo escuchar dichos gritos los que le hicieron romper la puerta sin pensarlo a ver lo que estaba ocurriendo. Kanade estaba siendo suceptible, todo en ella estaba demostrando el miedo que le daba volver a la aldea y cuantos traumas le ocasionaron estar en las manos de Danzou.

Kanade bajó la mirada y Naruto pudo sentir como su respiración se tranquilizaba. La azabache quería pensar que todas esas pesadillas habían regresado por su repentino regreso a Konoha, aunque sabía que su vulnerabilidad estaba saliendo a la luz ya que Naruto le hacia sentir protegida como al principio de todo, él siempre estaba a su lado en momentos difíciles, nunca le gritaba y mucho menos la hacia sentir una persona inferior.

Dejó caer su cuerpo lentamente con un poco de cansancio, era la primera noche que pasaba en Konoha sin estar encadenada de manos, pies y cuello.

—Tienes que descansar, recuerda que mañana tenemos que salir temprano para brindar apoyo en una pequeña aldea a las afueras de Konoha —indicó, acariciando suavemente su cabeza de Kanade quien recostó su mejilla justo en la cima del músculo sartorio del rubio.

—Quien diría que estarías dandome indicaciones después de años sin vernos —suspiró y miró hacia su rostro dándose cuenta que de igual manera él estaba mirandola.

Cerró los ojos y pronto, lo unico que habia en su cabeza era paz y tranquilidad.

El sol provocó que Kanade abriera lentamente los ojos, logrando diferenciar la vestimenta de Naruto a un lado de ella. Ahí se encontraba él, sentado y con los ojos cerrados demostrando que se habia quefado dormido después de ella o aunque conociendo al rubio quizá se durmió en cuanto dejaron de hablar.

Se sentó en la cama y comenzó a mirar a su alrededor, descubriendo que el departamento que le otorgaron no era tan malo, se parecía mucho al que tenía cuando vivía en Konoha —el cual no utilizaba para quedarse en donde habitaba su clan—. Acercó una de sus manos hacia el rostro del rubio, tenía unas intensas e innecesarias ganas de quitarle aquel cabello revuelto que caía sobre su rostro.

El chico se removió y abrió los ojos justo cuando Kanade tenía su mano a escasos centimetros. La miró con una sonrisa y esta retrocedió un poco sorprendida, pensó que este no despertaría antes de tocarle el cabello.

— ¿Qué tratabas de hacer? —interrogó aun con aquella sonrisa en el rostro.

—Tu cabello rubio en el rostro me causa un poco de ansiedad. Quería hacerlo a un lado —indicó, siendo lo más sincera posible.

Kanade ShippudenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora