Capítulo 15

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Llegamos cerca de las doce de la noche a la Ciudad del Fuego. 

Todos se veían agotados, Rydel se había quedado dormida recargada en el amigo de Ross, Ratliff. Los miré y noté que serían una gran pareja, se veían demasiado tiernos. Ross se la había pasado todo el camino callado, lo notaba algo preocupado. 

Bajamos del tren, Ross volvió a ayudarme, nos acompañaron Ratliff y él hasta nuestro departamento, entraron Jessica y después Rydel, Ross me jaló del brazo antes de que yo entrara y hablamos unos minutos.

-Oye te dije que necesitaba contarte algo, pero no podemos hablar aquí.- Dijo preocupado volteando a ver a Ellington que caminaba por la calle mientras lo esperaba.

-¿Entonces donde? Puedes entrar y hablamos con calma.- Dije sonriendo y negó.

-Necesitamos un lugar muy seguro, es algo delicado y me preocupa porque cada día es más peligroso y grande.- Dijo y asentí.

-Vamos a mi departamento, Ratliff también vive ahí.- Dijo y sonreí. 

Entré por una chamarra que me cubriera bien y caminamos. Nos detuvimos en la entrada trasera del edificio y subimos las escaleras de emergencia en silencio hasta llegar al piso del departamento de Ross. Entramos los tres con cuidado y Ratliff preparó café. Esos departamento eran diferentes, tenían muebles y más grandes y cómodos.

-Siéntate.- Dijo Ross y luego me dio una taza de café, se sentó a mi lado y por fin pudo abrazarme. Se sentía tan bien poder sentirlo cerca de mí, me dio un beso en la frente y sonreímos.

-No quiero interrumpir este bello momento, pero debemos decírselo Ross.- Dijo Ratliff preocupado y Ross asintió.

-¿Recuerdas los Seres Sombra y todas esas leyendas de que viven detrás de los muros en lugares despoblados del mundo?- Dijo Ross y asentí.

-Son ciertas. Y los Alcaestos tenemos cierta alianza con ellos.- Dijo Ross y lo miré preocupada.

-¿Que? Disculpa, pero él no debería estar aquí puede matarnos.- Dije preocupada mirando a Ratliff y rieron.

-No me conviene hablar. Me matarían a mi también.- Dijo y lo miré, se quedó callado y sonreí.

-¿Alcaesto también? ¿Cuantos hay y donde estuvieron todo este tiempo?- Dije riendo y Ross lanzó un suspiro.

-Somos demasiados, algunos mezclados entre los demás Elementales, entre las ciudades. Otros logran escapar y se convierten en Sombra.- Dijo Ross y miró a Ratliff.

-Debemos de tener cuidado y controlarlos, a pesar de que estamos aliados, ellos anhelan por derrocar el Gobierno Supremo y estos últimos días han habido incidentes en los muros, intentan derribarlos o disparan. Helen Mathews está preocupada y por eso nos pidió la revisión, pero no tiene idea de nuestra alianza con ellos.- Dijo Ross explicándome.

-¿Toda la ciudad están aliada o solo nosotros, los Alcaestos?- Dije confundida.

-La ciudad entera no esta de acuerdo con varias reglas, pero solo los Alcaestos estamos aliados. Por eso no aceptamos algunas reglas, la música o el amor. No creemos que sean reglas lógicas y para mantener la paz, son solo caprichos de tu tía.- Dijo Ross y reí.

-Eso no es todo lo que debo contarte, Ratliff déjame a solas con ella por favor.- Dijo y Ratliff asintió, me sonrió y se despidió. Salió del departamento y nos quedamos Ross y yo a solas.

-¿Recuerdas que te dije que no tenía hermanos?- Dijo y se sentó, me miraba de frente y pasaba sus manos por mis mejillas.

-Si. ¿Que pasa?- Dije confundida.

-Era mentira, estaba asustado y debía protegerlos, por eso mentí. Solo Ratliff y obviamente mi familia saben que tengo dos hermanos más, sus nombres son Riker y Rocky, solo que ellos lograron escapar de la Ciudad del Fuego para evitar que los descubrieran.- Dijo preocupado y lo abracé. Ross parecía asustado.

-¿Descubrieran? No entiendo esa parte.- Dije y me miró a los ojos.

-Ellos son iguales a nosotros dos, son Alcaestos pero lograron salir antes de que los encontraran. Fue riesgoso, pues, lo hicieron en años distintos. Riker tenía 17 cuando lo hizo y Rocky 19, él esperó a tener más tiempo dentro de la ciudad para escapar, un año después de que Rocky entrara yo me volví líder en la ciudad. Tenía tu edad y también tenía miedo.- Dijo y lancé un suspiro.

-¿Sabes que? Tengo miedo, pero vamos a hacer esto juntos, pase lo que pase, sea una guerra o no. Pero no vas a perder a alguien más Ross, ni a mí, ni a Rydel, ni a Ryland ni a tu padre, porque vamos a luchar cuando comience esa rebelión.- Dije en su oído mientras lo abrazaba y me apretó contra su pecho.

-No quería decírtelo pero, estoy perdidamente enamorada de ti.- Dije sonriendo y me miró unos segundos. 

Nos besamos, era una hermosa sensación. 

Él era perfecto, lo que siempre me decían que era la persona correcta, era él. 

Nuestros labios se acariciaban al igual que nuestra lengua, bajaba su boca a mi cuello y nos detuvimos un instante, lo miré a los ojos y sonreí.

-Ross, esperemos más tiempo, no quiero ir muy rápido. ¿Ok?- Dije sonriendo y asintió mientras me daba otro beso. Quitó sus manos de mi cadera y yo solté su cuello, se levantó del sillón y me tomó de la mano.

-Puedes dormir aquí, pero debes salir temprano para que no sepan que hay algo entre nosotros.- Dijo en voz baja y asentí. 

Me dio una sudadera de algodón color negro y me cambié cuando él fue por café a la cocina. Su sudadera me quedaba como el camisón que yo usaba, dejé mi ropa amontonada en un banco junto a la cama y me acosté. Después entró él y se cambió para dormir.

-Buenas noches, descansa.- Dije y sonrió, se acostó a mi lado y me abrazó de la cintura.

-Descansa amor.- Dijo y me dio un beso en la mejilla. 

Apreté su mano y cerré mis ojos. 

Era una de las mejores cosas que me habían sucedido en la vida. 

Lucharía por Ross. Por mi familia. Por todos.

Los Elementos // Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora