KEEP YOURSELF ALIVE #4: Crossing the HOT SPACE! ♕

Capítulo VII: Fun It

—¿¡Pero qué me estás contando!? Tronco, ¡eso parece un puñetero episodio de Doctor Who! ¿¡Una puerta brillando!?

—¡No sé quién es Doctor Who, ¡pero a lo mejor deberíamos preguntarle a él!

—¡EL DOCTOR WHO NO EXISTE!

—¿¡ENTONCES POR QUÉ LO MENCIONAS!? ¿¡INTENTAS CONFUNDIRME!?

Roger y Artie llevaban un rato discutiendo sobre el suceso que les había llevado allí.

—Ethan... ¿Estás seguro de que... él..., tu amigo..., puede ayudarnos? —preguntó en un murmullo Freddie al dueño del apartamento.

—No está siendo muy eficaz... —añadió John.

—Discutiendo con Roger nadie lo es, es imposible —comentó con desidia Brian, observando a ambos.

—No lo es. Es un bicho raro. Por eso le llamé, es el único que se creería toda esta historia —eso último lo dijo más para sí mismo.

—Pues discutiendo con Roger se puede pasar toda la eternidad y para entonces no nos hará falta volver al pasado... —dijo Brian.

—PERO ENTONCES NO ERA UNA PUERTA.

—TE DIGO QUE NO LO SÉ —Roger se aplastó el pelo con las manos.

—Suficiente —cortó Ethan—. Artie.

—¿Qué?

—Como dudo que puedas hacer la suficiente magia con tu ordenador como para devolverlos hasta el pasado...

—¿Qué clase de magia harán ahora? —preguntó Freddie al corro de sus tres amigos, que se volvió a unir.

—Algún... tipo de magia —respondió Brian ignorando a qué se podían referir.

—Viajes en el tiempo... Seguro que nos ocultan algo —añadió Roger fúnebre, dudando en confiar en Artie y en Ethan. John le dio un codazo para que se callara.

—... Creo que lo más conveniente es conseguirles una identidad actual —terminó Ethan.

—Eso puedo hacerlo —Arthur fue en unos pasos hasta la entrada de la casa a por su mochila, seguido de la feliz Martha. Volvió, se sentó en el sofá y sacó un ordenador portátil de última generación—. Dame dos horas y los cuatro serán felices miembros del capitalismo de hoy en día.

—Muy bien.

—¿Cómo harás eso? —John se sentó a su lado.

—Con un par de trucos informáticos. Si no pudiera hacer eso no sé cómo me dedicaría a lo que me dedico...

—¿A qué te dedicas? —Brian se sentó a su otro lado con la misma curiosidad que John.

—Soy hacker —dijo Arthur, como si fuera evidente.

—Oh —contestaron Brian y John sin entenderle del todo, y mirando con mucha intriga la pantalla del aparato.

—A ver..., apuntadme en un papel todos vuestros datos. Lo demás lo hago yo.

—Vale —dijo Freddie cantarín.

—¿También la fecha de nacimiento? —preguntó con duda Roger mirando su permiso de conducir, hacía un rato salvador de la situación.

—... Sí, de los años ya me encargo después.

—Vale —dijo Freddie melodioso de nuevo.

—Bien, bueno. Eh... —el politono de llamada de Ethan le interrumpió.

Sacó su teléfono del bolsillo y descolgó marchándose a la cocina.

—¿Diga? —dijo sin haber mirado quién llamaba.

—Ethan, soy yo —su hermana hablaba a través del aparato. Ethan tragó saliva.

—¿Qué pasa? —cerró la puerta de la cocina para que no oyera a los demás.

—Quería saber si seguimos teniendo visita —dijo con sarcasmo.

Ethan bufó— ¿Necesitas algo más?

—Eso es que sí —la chica chasqueó la lengua—. Que no entren en mi habitación, Ethan. O me las pagarás.

—Claro que no. ¿Cuándo estás de vuelta? —dio vueltas por la cocina.

—No lo sé. Te dejo ya.

El teléfono comenzó a comunicar. Maggie había colgado sin avisar. Ethan apretó los dientes con estrés.

—¿Te ocurre algo, Ethan? —Freddie entró a la cocina cargando la bandeja de sándwiches vacía, y observaba la expresión del chico.

—... Dile a Arthur que se de prisa. Mucha prisa.