Prólogo

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Prólogo.
— Tengo una pregunta que hacerte — Lauren Jauregui revolvió el té helado con la pequeña pajilla, esquivando la mirada fija de Camila. Se sentía realmente incómoda, tratando de formular la pregunta, encontrando las palabras correctas para expresar lo que realmente quiere decir.
—Te escucho...   —susurró ella, dando un sorbo a su chocolate caliente.
—Bueno, más bien son varias preguntas —soltó una risita y se alborotó el cabello —. Primero que todo. ¿Quién es Hailee Steinfeld? ¿Por qué siempre estás con ella?
"Y aquí vamos otra vez" susurró la vocecilla en la mente de Camila. Infinidad de veces, la chica le había explicado a Lauren que entre Hailee y ella no había absolutamente nada más que una buena y bonita amistad, pero él era tan insistente que no lo entraba en la cabeza. La desconfianza que sentía por Steinfeld no le dejaba pensar con claridad las cosas.
—Ya te lo he dicho. Hailee y yo somos amigas. Es simple.
—Pero, ¿es para tanto? —recriminó ella —Quiero decir, ¿tiene que ir a todos lados contigo?
—¿La ves por aquí en estos momentos? —cuestionó ella, con una leve sonrisa. Perfectamente, Lauren pudo haber perdido la memoria, pero los celos no lo habían abandonado.
—No, pero no ha venido porque no quiso. La californiana no vino, porque yo no se lo permití —respondió, tajante —. Bueno, no importa. Vamos con la siguiente pregunta.
¿Quién es Ariana?
Camila, subió la mirada inmediatamente al escuchar el nombre de aquella chica, la cual le había causado bastante daño, y la responsable de que Lauren se encontrara en esas condiciones. La incomodidad se hizo presente en la mesa. Lauren miró con detenimiento a la castaña. Su piel se había puesto pálida, como si hubiera visto un fantasma.
—¿Qué sucede? —susurró ella.
—¿Quién te ha dado ese nombre? —cuestionó Camila —¿Cómo lo has recordado?
—¿Debería recordarlo?
—Claro que sí —ella asintió con la cabeza. Luego de unos segundos, la agitó, tratando de bloquear su mente de aquellos pensamientos que se empeñaban en mandarla de regreso al pasado—. Ariana, era... uhm... una chica de nuestra escuela ¿recuerdas?
—No—Lauren rió —, no lo recuerdo. ¿Podrías hablar más claro? No logro comprender tu juego de palabras, Camila...
La muchacha tomó una serie de respiraciones profundas. Se removió incómoda en el asiento, bajo la mirada color verde de Lauren. Ella sabía perfectamente que después de decirle quién realmente era Ariana Grande, la ojiverde explotaría. Algo que estaba haciendo muy a menudo esos últimos días.
Camila Cabello cerró sus ojos con fuerza, y le lanzó la información de una sola vez.
—Gracias a Ariana Grande tú perdiste la memoria.
Silencio. Nada más que silencio se escuchaba a su alrededor.
Con un poco de temor, la castaña comenzó a abrir sus ojos, para ver si Lauren aún seguía ahí. Y efectivamente, ahí estaba. Blanco como un papel, sin siquiera pestañear. Su piel blanca, estaba más pálida. Las manos que descansaban sobre la mesa iban poco a poco convirtiéndose en puños. La vena en el cuello de Lauren se notaba, y la muchacha podía ver como esta palpitaba bombeando la sangre rápidamente.
La memoria había abandonado a Lauren, pero su temperamento explosivo seguía estando presente. Con cautela, Cabello comenzó a arrastrar su mano derecha por la mesa, con la intención de posarla sobre el puño de Lauren, pero su acto se vio interrumpido por Lauren, que se paró violentamente de la silla, haciendo que cayera hacia atrás.
—¿Qué dijiste? —le preguntó con los diente apretados y la cabeza ardiendo de rabia. Camila no se sentía con el valor de responder, lo que logró enfurecerla aún más —¡Te pregunté qué dijiste!
—A-Ariana... ella es la causante de tu pérdida de memoria —titubeó ella —pero, por favor no te alteres que...
—¿Cómo mierda puedes decirme que no me altere, Karla? —rugió Jauregui— ¡Yo confié en ti! Creí que eras sincera conmigo.
—Y lo he sido.
—¡Mentira! —La acusó, alzando la voz, emitiendo un eco en la casa vacía— ¡Eso tendrías que habérmelo dicho cuando salí del hospital!
Camila se paró de su asiento con cuidado. Quería acercarse a Lauren, pero el ataque de rabia le nublaba los sentidos. La ojiverde se acercó peligrosamente, y la zarandeó por los hombros.
—¡¿Por qué no me lo dijiste antes?! — gritó con enojo.
—El doctor me dijo que no tenía que contarte cosas así. Él me advirtió que algo como esto podía pasar.
—¡Me importa bien poco lo que dijo ese estúpido doctor! Tú —la apuntó con su dedo índice —se supone que eras mi novia ¿no? ¡Tu deber era decirme cada una de las cosas de mi pasado! ¿Cuántas malditas veces te pregunté? ¡Muchas! Pero no, tuviste que mantener la maldita boca cerrada.
—Lauren, yo...
—Cállate Camila — la muchacha inhaló fuertemente —.Solo mantén tu hermosa boca cerrada. Como siempre lo has hecho. Tengo una última pregunta que hacerte. ¿Te gustó verme la cara de imbécil?
Camila se quedó perpleja ante el ataque que estaba sufriendo su ex novia Las manos le temblaban, el miedo recorría su cuerpo. Bastante tiempo había durado Lauren sin esos arranques de ira y bipolaridad. Pero todo lo que se iba, en cualquier momento tenía que volver.
—Tu silencio me lo dice todo —Lauren murmuró. Soltó una risa carente de humor —. Gracias por tu ayuda, Cabello.

Lauren Jauregui giró sobre sus talones y abandonó la sala de estar. La muchacha se estremeció aún parada donde estaba, cuando escuchó el fuerte portazo que el moreno había dado. Se maldecía una y otra vez por no haberle contado todo desde un principio. Así, se habría ahorrado todo ese mal rato.

Ahora, ella no estaba tan segura si quería que Lauren volviera a ser la mismo de antes.

Same Mistake (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora