LXXXII

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Recuerdo estar en lo alto de un edificio, hacía muchísimo frío, pero podía ver la ciudad entera, y era una imagen preciosa. De repente algo me hizo moverme y me coloqué en el filo; no quería, pero no podía controlar mis movimientos. Miré hacia abajo y pude ver, muy lejanos, los coches pasando y familias felices paseando. ¿Por qué mi vida no era así? ¿Por qué yo no podía ser igual de feliz que ellos? ¿Por qué mi madre se había marchado y por qué toda mi familia había quedado desmembrada?

No quería hacerlo, pero salté. Veía el edificio alejarse, notaba como todo mi cuerpo cortaba el viento y aquel instante se hizo eterno. Cerré los ojos y vi a mi madre. Ella me decía que no podía estar así, tenía que luchar, tenía que seguir adelante, que ella me acompañaría el resto de mi vida.

-Sé feliz por ti y por mí. -me dijo.

Aquella frase ya la había escuchado... Más bien, leído. Esa frase estaba en la carta que mi madre me había escrito antes de morir.



ME ENAMORÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora