Capitulo Ocho

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- ¡Drew podrías apurarte! – le grité por la escalera.
- ¡No encuentro mi suéter azul! – devolvió el grito desde su cuarto.
- Lo colgué en el armario ayer – se escuchó un pequeño ruido.
- ¡Ya lo encontré!
- ¡Entonces baja!
- ¡Pero me falta ponerme los pantalones y el polo! – resoplé y no pude evitar soltar un risita.
- ¡Solo apresurate, mi amor!
- ¡Ya!

Negué varias veces con la cabeza y me recosté en el sillón.
Verifiqué la hora por cuarta vez. Siete y treinta y cinco. Bueno, debíamos encontrarnos con mi papa y los chicos a las ocho, el restaurante no estaba muy lejos asi que solo llegaríamos con unos minutos de retraso si Drew se apuraba.
Rodé los ojos y prendí la tv. Empecé a hacer zapping en todos los canales para encontrar alguno que llamara mi atención. Nada.

Ding Dong

Dejé el control a un lado y me levanté del sillón para ir a atender el intercomunicador de la puerta.

Ding Dong

¿Qué onda? No han pasado ni cinco segundos... O es una emergencia, o quien este tocando la puerta es un psicópata. Por que un niño ya se hubiera ido corriendo.

Ding Dong

¿Pero qué...? Antes de que pudiera llegar al intercomunicador se empezaron a sentir unos golpes en la puerta seguido de unos gritos.

- ¡____ abre la puerta, sé que estas adentro! – esa voz me paralizó. No. No era él... No... Debe ser una jugarreta de mi mente.

Pero los toques en la puerta seguían... Me acerqué y la abrí lo más lento posible.

Unos ojos dorados se clavaron en los míos al tiempo que daba un paso hacia atrás.

- ¿Qué haces aquí? – fue lo primero que paso por mi mente. En realidad no tenia idea de que decirle, no tenia idea de que el se presentaría en mi casa, justo ahora. Cuando Drew estaba en la planta de arriba.

El vaciló. Lo vi en sus ojos. Seguía igual de hermoso que antes... Sus penetrantes ojos dorados como liquido puro. Tenia el cabello algo mas corto pero aun daba la apariencia de un chico de no mas de 19 años, considerando que ya tenia 22.
Se balanceo sobre sus talones y luego desvió la mirada a un costado para luego ponerle de nuevo sobre mi, directamente en mis ojos sumegiendose en ellos, y a su vez, dejándome sumergir en los suyos. En el liquido dorado que emanaba de ellos,

Abrió la boca, pero la cerró de nuevo. Dio un paso adelante, acortando la distancia entre ambos.

- Vine por ti – el corazón se me paro al escuchar esas palabras salir de su boca.

Habia deseado tanto que dijera eso por mucho tiempo que por un momento estuve tentada a arrojarme a sus brazos, decirle cuanto lo amaba, contarle de Drew, pedirle y si era necesario rogarle también que me perdonara, que volviera conmigo y seamos una familia, como habiamos soñado que seriamos de adolescentes.

Un carro se estacionó al frente de la casa sacándome de mi mente y de mis fantasias para vlver a la realidad. Mi realidad.
Justin tenia la cabeza volteada, observando al auto, pero su cuerpo no me dejaba ver nada a mi mas que la parte delantera de un auto guinda... Un auto guinda... ¡Adamm!

Volví la mirada hacia Justin al mismo tiempo que el lo hacia.

- Pero creo que es tarde – fueron sus palabras.

Y a continuación dio media vuelta y se fue.

Quería llorar, mis ojos querían derramar tantas lágrimas como que me sean posibles, pero estaban secos. Había llorado tanto en el pasado. Había llorado por mi mamá cuando murió, por mi papá cuando me dejó, por Justin cuando pasó lo de Clarisse, cuando creyó que lo había engañado y se alejo, cuando esas noches en las que veía a Drew durmiendo recordaba todos los momentos que pasé con ese chico y que ya no pasarían mas, que el nunca se enteraría de que un hijo y aunque lo hiciera nunca lo reconocería como suyo.

Y ahora, me doy cuenta de lo estúpida que he sido. ¡¿Porqué no le dije que estaba embarazada?! ¡¿Por qué calle?! Yo tuve la culpa de todo. De que Justin crea que Drew era hijo de Adamm, de que no seamos una familia. Nunca debí uir de esa manera. Aqua y Aiden tenían razón, debí decircelo. Decirselo y atenerme a las consecuencias sin importar cuales fueran. Pero no lo hice. Callé. Y ahora estoy pagando mi error. Solo mío, y de nadie más.

- ¿____ estas bien?

Negué con la cabeza. Era lo único que podía hacer.
Sentía un nudo en la garganta que no me permitía hablar. Se me enfrió la nariz y tuve que respirar profundamente para contener el sollozo que estaba a punto de salir de mi garganta.

- Ven.

Adamm me rodeó con un brazo e hizo que entrara en casa, me guió hasta el sofá donde me deje caer y enterré la cara entre mis manos.

Me sentía impotente, impotente y dolida. No podía hacer nada. Justin creía nuevamente algo que no era, que era todo lo contrario. Justin era mi vida. Era, es y será para siempre. Es algo que simplemente no puedo remediar, que no puedo cambiar ni luchar contra ello. El forma parte de mi como yo formo parte de él. Al menos, una pequeña parte.

Sé... sé que si aun quedaba un poquito de amor en el hacia mi, se había muerto en cuanto vio a Adamm, lo pude ver en sus ojos, era una mirada fría, sombria, sin sentimiento. Tal y como me había mirado ese dia en el colegio, cuando me besé con Adamm. Siempre Adamm. Pero aún así no podía remediarlo.

Adamm también formaba parte de mi, formaba parte de mi vida. Mia y de Drew. De todos.

Era mi amigo, mi mejor amigo además de Aiden. Era más como un hermano. No podía verlo de otra manera aunque lo intentara y Justin no sabía eso. No lo sabia. No lo sabe. Pero espero que se entere.

- Tranquila ____, verás que...

Unos pasos interrumpieron sus palabras. Unos pasos apresurados.

- ¡Mami ya estoy listo! - Me mordí los labios al escucharlo.

Drew era el fruto de todo el amor que compartimos Justin y yo. Todo lo que... Lo que nos amamos. Ese tiempo que tuvimos juntos. Mi hijito...

- ¿Mami que te pasa? – pude ver sus zapatillas.

Se arrodilló ante mi y buscó mi mirada a través de mis manos que cubrían mi cara.

El no tenia la culpa de nada. Era el único inocente dentro de esto. Merecia saber la verdad. Merecia saber quien era su padre... Y su padre merecía saber que tenia un hijo.
Quite mis manos de mi cara y mire a Drew. Sonreí y lo estreché contra mis brazos.

- Nada, mi amor. Nada que no se pueda arreglar pronto – Lo solté y le di un beso en la frente.

Me levanté del sillón y mire a Adamm.

- Quedate con Drew y avisales a los demás que no ire. Si quieres anda tu con Drew.
- ¿A dónde vas?
- Es hora de que sepa todo.

El me miró con los ojos muy abiertos y luego asintió con la cabeza.

Tomé mi bolso y salí de la casa.

No había luces en la de Justin ni tampoco estaba su auto. Bien, lo esperaría. Afuera adentro, donde sea. Ya me había decidido.

El sabría todo.

Llegaste tú & todo cambio♡ (Justin Bieber Y Tú)  Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora