Caparazón de Hierro

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Los minutos pasaron con tanta velocidad que no se dieron cuenta, una cosa llevó a la otra y luego Lawrence y Cecil se vieron a medias ropas, enredados en una situación caliente, pero algo más los frenó.

-Lo siento -Dijo Cecil -Es posible que aún no esté preparada para dar este paso. -Acariciaba el pecho desnudo de Lawrence con sus delicados dedos. -Sabes bien que esta sería la primera vez que estoy con alguien.

-Eso hace que me sienta aún más feliz. -Dijo Lawrence con una sonrisa de oreja a oreja.

-No te burles Gallagher. -No lo hago Vanderwall.
Al escuchar su apellido entró en razón y recordó que habían muchas cosas que aún no había aclarado con Lawrence. Entonces se levanto de encima de él y le dijo: -Tenemos que irnos a Mama Framboise, antes de tomar muchas decisiones, necesito decirte la verdad sobre mi.

-Entonces vamos, yo también estoy algo nervioso con todo esto, así que es mejor que resolvamos todo cuanto antes, las ganas de empezar de una vez a tu lado, están rebalsando mi corazón Cecil.

Ambos entraron en compostura y ya de una vez por todas decidieron tomar viaje al café. En el camino, rieron recordando a Furī, por supuesto también se pusieron nostálgicos pero todo fue para sanar heridas.
Llegaron a Mama Framboise, para Cecil este era el lugar más seguro donde ella podía hablar de su vida con el, donde podría por fin contarle porque era la mujer que era y que podía suceder si él se quedaba a su lado.
La campanilla de la puerta sonó y ahí estaba la vieja Berenice, con una sonrisa en su rostro que al ver a ambos inmediatamente se borró.

-¿Cecil? ¿Señor Lawrence? Es una sorpresa verlos juntos. -Berenice estaba algo así como en shock.

-Señora Berenice, bueno usted ya conoce a Lawrence, el es la persona de la que le había hablado. -Ambos se miraron a los ojos y sonrieron, parecían unos chiquillos enamorados en su intocable burbuja. -De verdad siento mucho haberle dicho antes que era una mujer y eso, mentirle, pues usted sabe que yo soy algo tímida con mis sentimientos.

-Ya veo, así que Lawrence. -Bueno no tengas cuidado Cecil, son situaciones personales, de verdad me alegra mucho Cecil, que estés haciendo nuevos amigos, no olvides lo que te he dicho antes, debes pensar en tu felicidad primero.

-No lo olvidaré Señora Berenice, gracias por sus consejos y bueno, quisiera un té para mí. Estaremos un rato por acá.

-Para mí un café por favor Berenice. -Agregó Lawrence con su masculina voz, mientras ambos se ubicaban en una de las mesas victorianas favoritas de Cecil.

-¿Porque le llamas Berenice? -Lawrence ella es mayor que tú.

-¡Vamos! ¿Acaso estás celosa? ¿Tú?¿Cecil Vanderwall?

-¡Hey! ¡No me mal interpretes! -No me refería a eso, solo me dio curiosidad, de donde viene la confianza entre tú y la señora Berenice.

-Cuando estuve trabajando en la construcción al otro lado de la calle, solíamos comprar café y panecillos aquí, así que nos venimos haciendo conocidos y entablamos esa confianza.

-Bueno, me alegra que sea así, ella es un excelente persona y podría decir de las únicas amigas que tengo. Bueno creo que es hora de hablar por lo que venimos aquí.

Berenice les sirvió el café y él te a ambos, algo muy raro pues ella nunca lo hacía con nadie, pero esta vez se había tomado la delicadeza de hacerlo.

-Aquí tienen sus bebidas jovencitos -Dijo Berenice sonriente. -¡disfrútenlas!
-¡gracias! -respondieron ambos en unísono.

-Bien, creo que ahora si ya no hay nada que me detenga a decirte la verdad sobre mi Lawrence. Es necesario que te diga todo esto, porque no puedo soportar un día más mintiéndole a la persona que quiero, que me ha sacado de mis abismos mas oscuros.

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⏰ Última actualización: Jun 15, 2016 ⏰

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