Shannon asintió con la cabeza pero no dijo nada.

Pronto el aula se empezó a llenar de estudiantes de todas las edades que se sentaron en sus respectivos sitios.

-Oye, Ariel, ¿este sitio no será de nadie, no?

-No, la última fila siempre está vacía. Sólo los que llegan primero tienen el privilegio de sentarse aquí -se explicó Ariel- La idea la tuvo el profesor para que entráramos puntuales en clase y no llegar tarde ninguno. Hay gente que se pelea por estos pupitres.

-En mi institto no hacíamos esto -contestó Shannon con el ceño fruncido.

-Y seguramente en ningún otro -replicó Ariel levantando los hombros un poco- Es cosa de nuestro profesor de matemáticas. Lo bueno, es que convenció a tdos los demás profesores para que hicieran lo mismo. Nunca sabes que sitio te va a tocar.

Shannon asintió mientras observaba como una chica alta y esbelta de cabello rubio se acercaba a ellas con prepotencia. Tras ella iban dos chicas que parecían gemelas. Lass dos con el mismo cabello, el mismo peinado, la misma arrogancia y la misma vestimenta. Cuando ya estuvo justo al lado de ambas sonrió brulona y comentó:

-¡Vaya, esta debe de ser la nueva!

Ariel gió la cabeza atemorizada y articuló con los labios las palabras "No le contestes mal". Shannon hizo caso omiso y se dirgió directamente a la rubia:

-¡Vaya, esta debe de ser la zorra de turno!

Todo el mundo se quedó quieto y en silencio. Cada una de las miradas recaían sobre Shannon. La rubia no contestó, se había quedado tan petrificada como todos los presentes.

Ariel se tapó la cara con las manos.

-¿Tú quién te crees? ¿Te crees guay por venirte para este instituto a mitad de curso? -hizo las preguntas cabreada-Mira, puede que del sitio de donde vengas fueras la hostia, pero aquí tan sólo eres una más del montón, ¿lo entiendes? Eres la nueva, así que no te pases sino quieres que ponga a todo el instituto en tu contra.

-¿Con todo el instituto te refieres a las dos gilipollas que te siguen atodos lados y te ven como una Diosa? -repliqó alzando una ceja despreocupada- ¡Vaya, qué miedo! Espera, que salgo corriendo.

La rubia iba a contestar caundo entró en el aula el que parecía ser el profesor: un hombre alto y delagdo con el cabello lacio y cano y vestido como si estuviéramos en los años ochenta.

Shannon movió la mano y le dijo "Chaíto" mientras se sentaba bien en la silla. Ariel sedestapó la cara y la miró como si estuviera loca.

-¿Qué? -lepreguntó.

-¿Has visto lo que acabas de hacer? -replicó atónita- ¡Has prácticamente discutido con Stephany! ¿Tú que quieres? ¿Que te mate?

Shannon iba a responder, pero el profesor las interrumpió:

-Bueno, ayer os mandé tarer el segundo tomo de matemáticas porque...

El profesor no llegó a terminar la frase, pues la puerta del aula se abrió dejando paso a un joven bastante atractivo de cabello rubio platino ondulado y unos ojos color dorado que se oscurecían pareciendo caramelo dependiendo de la luz que hubiera. Todas las chicas lo miraron con admiración mientras los chicos pasaban del.

El profesor no estaba menos soprendido que los alumnos. Se pasó una mano por su pelo canoso y suspiró.

-Llegas tarde, jovencito.

El muchacho ni se inmutó. Se dedicó a apoyarse en el marco de la puerta esperando algo que le indicara que debía irse o sentarse en algún sitio.

Cazadores de sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora