[09/02/2016) 29

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Los bomberos entraron en tromba y revisaron el plano, Walter seguía subido en la lavadora, que se quejaba bajo su peso aunque no era mucho pesaba más o menos ciento y algo de kilos. Al final terminó por levantarse y se acerco a nosotros quitándonos la poca luz que entraba por la ventana. Uno de los bomberos encendió la bombilla que colgaba del techo pero tampoco se veía mucho.

—Walt, no es por nada pero échate a un lado. Nos quitas la luz.

—Ahh... perdón.

Se apartó de la ventana y la luz del sol iluminó la estancia. El bombero apagó la luz.

—¿Él es policía? —Dijo uno de los bomberos.

—Nos ayuda con la investigación, es un Sherlock Holmes de primera. Y Belial Illaum era su pareja.

—Uno de los mayores terroristas de la historia de Terra da Lume. Donde pongo el ojo, pongo la bala. No fallo.

Después de estudiar el plano, el bombero jefe decidió que iríamos al otro edificio. Entramos protegidos con cascos, como si acaso nos fuera a salvar la vida. Nos aconsejaron andar pegados a la pared y así fuimos. Suspiré y sonreí al ver que en ciertas partes había puntales sujetando el techo. Hasta Walter se relajó, pero de repente ¡pum! Se cayó... no, es broma, anduvimos hasta el cuarto de contadores y Getxa abrió la puerta después de sacar su querida linterna, Tom empuñó su pistola y yo me limité a mirar. Los bomberos se quedaron atrás y Wolf le pidió al Gigante que se pusiera detrás de él. El muchacho rió.

—¿De qué demonios te ríes?

—Me ha hecho gracia. Si alguien quiere dispárame lo hará, soy una puta diana móvil.

—Pues achapárrate hasta el metro noventa.

—Como si fuera tan fácil...

Algo gruñó delante de mí y supe que había sido una rata. El Vasco inspiró una vez y confirmé que había sido una, él y las ratas no se llevaban muy bien. Cuando era pequeño, una rata de campo se metió en su cama y cuando se fue a dormir casi se muere del susto. Se cayó de la cama, rompiéndose un brazo y cuando su madre abrió la puerta el roedor salió a todo correr.

Llegamos a una puerta acorazada y con una manija de rueda, la misma era enorme. Walt pegó el oído pero no se oía nada. El Señor Lobo abrió la puerta usando la rueda y en el interior no se veía nada, cuando pasamos al interior se encendió la luz.

—¿Qué coño...?

Otra escena como le gustaban al Sangres nos esperaba dentro. Un cuerpo yacía desmadejado contra una pared, la cabeza del chico estaba al lado de una mesa llena de probetas y cosas químicas y había sangre para pintar todas las paredes del búnker. Parecía que la decapitación había sido hecha con algún tipo de espada, ¿cómo lo sabía? Porque había una cimitarra árabe encima de una mesa.

—Santa Madonna —exclamó Walt.

—Like a virgin —se burló Getxa.

En el centro de la habitación había una silla volcada y un charco de sangre ya coagulada en el suelo. Dentro del mismo había una esclava de plata, Wolf cogió su eterno bolígrafo y levantó la pulsera. Brillaba mucho y estaba muy manchada de sangre, el cierre estaba perfecto o sea que no se la habían roto a la fuerza. El alemán se puso unos guantes y miró la inscripción.

15 de septiembre 1998.

—El día que se casó mi hermano Josh. Se casó cuatro días después de su cumpleaños.

[4] Las memorias de Leprechaun © {EN PAUSA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora