Capítulo 1: ¡Mi puesto!

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–Nada, maneja, no quiero llegar tarde–Me dice señalando el camino.


La miro con el ceño fruncido, ¿Se levantó con el pie izquierdo o qué?


–La que está siempre amargada en las mañanas soy yo, no tu. No me quites el puesto, niña— Digo mirándola aún con mi ceño arrugado y sin ánimos de arrancar el auto.


–Sí, lo sé, lo siento amiga. Es que me pelee con Drake y tu sabes cómo me pongo con eso–Me dijo poniendo cara triste.


Drake es el novio de Megan desde hace un año, ellos se amaban pero últimamente su relación se ha ido deteriorando por las continuas peleas que tienen.  Megan se lo pasa amargada y triste por eso y sinceramente me molesta ver así a mi mejor amiga.


–Ya te dije lo que pienso de todo esto Megan, mereces algo mejor que vivir todos tus días amargadas porque las cosas con un tipo no van bien, tenemos dieciocho años, deberías disfrutar tu relación y no amargarte con ella. ¿Te imaginas cuando se casen? Serán como hermanos viviendo juntos por las constantes insoportables peleas–le digo rodando los ojos y ella ríe– ¿Ves? No es tan difícil verte reír después de todo.


–Eres tan buena y fuerte, él estaría orgulloso–Dice de repente y por su mirada perdida sé que esta recordándolo.


¡No puede ser! No quiero recordar, por favor.


–Sabes que me pongo mal al recordarlo y quiero que mi día sea bueno–Dije y ella asintió con una sonrisa tranquilizadora.


Sin esperar respuesta alguna enciendo el motor de mi auto y lo pongo en marcha de camino a la universidad, hoy será un gran día y si no es así yo haré todo para que lo sea.


Cuando llegamos, busco un aparcamiento pero ya todos los que me gustan están ocupados, suspiro frustrada ya que me gusta estacionarme cerca. 


— Allá hay uno—Dice mi amiga señalando un puesto que esta a poco carros de distancia.


Cuando voy llegando al puesto, un carro se me adelanta y se estaciona primero que yo por el lado contrario. Probablemente no se dio cuenta, pero en ese puesto era mío y había llegado primero yo.


Me bajo del auto dispuesta a decirle a la persona que yo vi ese puesto primero, no me importa si fue más rápido. Lo que no me esperaba era que del auto se bajara el Dios griego regalándome una mirada burlona. 


Es bonito, no puedo negarlo. Sin decir nada, solo me dedico unos segundos a inspeccionar lo que yo pienso que es disimuladamente toda su imagen; Alto, piel bronceada, brazos definidos, cabello castaño un poco despeinado y unos ojos que claro que me intimidan apenas se posan en mí.


Y yo no me arreglé lo suficiente hoy — Pienso y ruedo los ojos mentalmente al escuchar la vocecita reprochandome en mi cabeza.


—Disculpa, pero yo pensaba estacionar ahí— Digo con una sonrisa incomoda.


Amor y GuerraWhere stories live. Discover now