Capítulo 14.

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Kim frunció su ceño por tercera vez en el día. Había salido de una junta con Sehun.

Estaba esperando su alago del día... o quizá un pequeño sonrojo por parte del menor menor al cachar a Kim mirándole fijo, pero nada. Cuando salieron del salón, lo único que hizo Sehun fue una leve reverencia con la mirada al piso y entregarle el informe. Solo eso... Kim esperaba más. Parecia incomodo al estar a su lado. Se dirigió a su oficina perezosamente y se quitó es saco, aflojó su corbata y suspiró. Se acomodó mejor en su asiento descansando su espalda. Miró al techo y pensó en lo que le estaría pasando a Sehun, por qué lo estaba evitando de esa manera.

Después su primer encuentro -que fue solo hace cuatro días atrás- el menor estaba distante. Recuerda que cuando se levantó a la mañana siguiente este ya no se encontraba a su lado, pensó que estaría en la cocina como la otra vez pero no fue así... y por primera vez luego de mucho tiempo Kim sintió ese vacío que lo acompañaba constantemente en su pasado. Kim quería despertar con Sehun entre sus brazos y quizás -si Sehun le dejaba- besar ese hermoso lunar en su pálido cuello, pero no... Despertó esa mañana solo y decepcionado.

El lunes, cuando Kim había pasado por su departamento para recogerlo este no estaba. El martes por la mañana le había dicho que no era necesario que lo vaya a buscar y esta mañana de miércoles, Kim ni se molestó en pasar por su departamento. Claro que Kim se encontraba un poco molesto por la actitud de Sehun, pero nuevamente, no lo demostraba.

Ya eran casi las siete y faltaba minutos para que su jornada terminase pero no quería esperar más y cuando dejó todo en orden su oficina y le echó llave; se dirigió a la oficina de Sehun. Tocó una vez y luego de unos segundos abrió la puerta sin esperar permiso. Se encontró con Sehun detrás de su escritorio, tecleando rápidamente en su portátil. Kim carraspeó y se sorprendió por la actitud del menor que solo lo observó e hizo una pequeña reverencia sin molestar en pararse u ofrecer asiento a Kim.

-¿Son estas formas correctas de tratar a su jefe? -preguntó severo.

-ooh... lo siento mucho, Sr Kim. -habla irónicamente.

-¡Ya basta, Sehun! -la mesa fue víctima de su fuerte puño.

Sehun pega un saltito. Se lo merecía, estaba tomando del pelo al gran Kim.

-Junta tus cosas y ven conmigo ahora. Te llevaré a tu casa. -habló neutro. Kim esperó a que Sehun termine de juntar todas sus cosas y en menos de lo que canta un gallo Sehun ya se encontraba a un lado de Kim con la cabeza gacha del arrepentimiento y la vergüenza. Siguió a Kim y cuando los dos estaban en el auto, un silencio sepulcral se hizo presente. Kim condujo hasta su departamento y cuando Sehun se disponía a salir, notó que la puerta estaba trancada. Miró a Kim que estaba con los ojos cerrados y la cabeza levemente inclinada hacia atrás. Quedó en su lugar y luego de unos segundos Kim preguntó.

-¿Qué he hecho mal? -simple y concreto.

-Yo... no -Sehun no sabía que responder. Sabía que no había una respuesta decente a sus infantiles acciones.

-Dime que he hecho mal... por favor. Me facilitarías mucho las cosas. -dijo tomando sus manos entre las cálidas de Sehun.

-Tú... -suspira- Tú no has hecho nada malo, Jongin. Yo he estado actuando como un idiota... lo siento. -dice con la cabeza gacha.

-Pero hubo algo que te molestó. Sino no estarías actuando de esta manera. -dice dándole un apretón a su mano. -Vamos, dímelo. No tengas vergüenza.

-Yo... es que. Es una tontería. Déjalo. -pero Kim siguió insistiendo. -Es que cuando lo hicimos... tu parecías concentrarte solo en llegar al orgasmo y... -las mejillas de Sehun se prendieron- yo quería que me abraces y digas cosas lindas... y cuando terminamos... quería abrazarte pero te diste la vuelta ya dormido. -Le costó terminar pero terminó, había dicho todo lo que Kim querría saber. Sehun se sorprendió y sus mejillas quemaron cuando la melodiosa y simpática risa de Kim llenó el pequeño espacio en el que se encontraban. Las arrugas a cada lado se sus ojos se hicieron notar y Sehun pensó que era lo más bonito que había visto en años. Los brillantes dientes de Kim eran exhibidos con alegría y su cuerpo se movía sutilmente de arriba hacia abajo en su lugar a causa de la expresión. Sehun también sonrió y le dio un pequeño golpe en el hombro al moreno que ahora lo miraba de manera rara a Sehun, como si estuviera contemplando la ternura de un niño.

-Me lo hubieras dicho, Sehun. Sabes que yo no puedo... -Sehun lo interrumpió.

-Si. Si puedes.

-Si. Pero me falta ese empujoncito hacia la iniciativa.

-Ni siquiera es eso. Solo eres un perezoso. -Sehun se arrepintió de abrir su enorme bocota.

-No. No puedo y lo sabes. Por más que lo intente, siempre termina mal cuando me esfuerzo mucho y no lo consigo. Sabes que no puedo, Sehun. Si pudiera sabes que te lo demostraría todos los días que me quedan. -la expresión de Kim se volvió dura otra vez y su ceño se contrajo. -Si tan solo me ayudaras un... -Sehun nuevamente lo interrumpió.

-Lo hago. Siempre trato de hacerlo. -Habló Sehun también serio.

-Pues deberías tratar un poco más fuerte.

-Eres un mal agradecido, Kim. Un maldito mal agradecido. -sus palabras se deslizaron de su boca sin su consentimiento.

La expresión de Kim se volvió como una mezcla de tristeza y amargura.

Cómo pudo un momento tan bonito donde Kim estaba riendo simpáticamente volverse uno tenso y amargo en tan solo unos segundos. Sehun iba a disculparse pero entonces Kim le ordenó que saliera de su auto. Sehun obedeció y se fue con la cabeza gacha.

Mierda. Soy un maldito egoísta. Se regañó y cuando se dispuso a pedir perdón a Kim, cuando miró sobre su hombro, no había rastro de su coche. Habían peleado por una estupidez y Sehun quería retractarse por su infantil actitud.


ALEXITIMIA || KH {editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora