Capítulo 4

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AND SHE WILL BE LOVED—gritó Gil a todo pulmón mientras trataba de abrirse paso a través de la torrencial lluvia.

La música sonaba tan fuerte que casi no escuchaba sus sentimientos romperle el corazón.

Conducía a velocidad, sin ruta alguna, mientras comía papás fritas al mismo tiempo. Quería escapar del estúpido amor que sentía por Cole y el peso de la mentira que le había dicho a Flor.

En un simple año su vida había pasado de trágica normal a ser una auténtica mierda.

Pero al menos tenía su música, ¿No?

Estaba a punto de arruinar de nuevo el coro de She Will be Loved de Maroon 5 cuando sucedió.

De repente algo chocó contra su parachoques, generando un horrible ruido que le dieron ganas de arrancarse las orejas.

—MALDITA SEA—gritó mientras pisaba a fondo el freno.

El auto derrapó una vez y finalmente se detuvo.

Gil se pasó la mano por la cara tres veces deseado que no fuera verdad, que estuviera soñando.

—¡LO UNICO QUE FALTABA! —le gritó a la nada mientras se bajaba del auto.

Afuera, en la negra carretera, descansaba una figura bulbosa en una posición extraña.

Gil corrió debajo de la lluvia sin prestarle atención en lo más mínimo. Ya tenía lágrimas en los ojos de nuevo.

—Lo siento mucho, muchísimo. No lo vi—dijo tocándole ligeramente el hombro—se encuentra bien.

El hombre soltó un gemido de disgusto y se dio la vuelta para mirarla a la cara. Gil no lo habría reconocido porque el agua le oscurecía el pelo, y un corte al rojo vivo le atravesaba la mejilla.

Pero esos ojos grises eran inconfundibles.

—¡Jay! —gritó sorprendida.

—¿Gil? —preguntó él, entornando los ojos para poder distinguirla bajo la lluvia.

Ella asintió con alegría, ¡No la había olvidado!

—Sí, soy yo—respondió—que alegría me da verte. Pensé que ya no nos volveríamos a encontrar.

—Quisiera decir lo mismo Gil...pero verás—dijo en voz muy calmada—¡QUE ME ATROPELLEN NO ES MI ACTIVIDAD FAVORITA!

—Maldición, lo olvidé. Lo siento —dijo buscando su celular—llamaré a una ambulancia, no te nuevas.

—No es que tenga opción —dijo él de mal humor, mientras ella marcaba.

Los paramédicos no tardaron en llegar. Gil observó como subían a Jay en la camilla y lo metían dentro. Antes de que cerraran la puerta sus ojos se encontraron con los de ella y empezó a sentir como le temblaban las piernas.

—¿Está segura de que no quiere ir en la ambulancia? —le preguntó uno de los técnicos.

Ella negó fuertemente con la cabeza en un intento de apartarse los rizos húmedos del rostro. Fue en vano.

Miró hacia atrás, dónde se encontraba el auto.

—Alguien tiene que moverlo—informó—los seguiré desde atrás.

El hombre la miró con suspicacia, seguramente pensando que Gil intentaría darse a la fuga.

Aunque fue sólo por unos segundos porque finalmente debió decidir que no le importaba, ya que asintió una vez y fue a subirse a la ambulancia.

She will be loved |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora