¡Se acabó Lay!

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—Se acabó— Dije dejándolo sin comprender.

—¿De qué carajo hablas?— Era difícil no amar esa aparente inocencia que tenía.—¿Qué es lo que se acabó?—

—Todo. Este juego. Por favor solo hay que terminarlo— Mis palabras sonaban más como suplica. —Ya no quiero seguir con esto — Sentía mis ojos aguarse, mi garganta picaba, realmente dolía.

—No, no sabes lo que estás diciendo.— Se acerco a mí tomándome por los costados.—¿Qué tienes? Debió de pasar algo para que digas tonterías.— Subió y bajo lentamente sus manos por mis extremidades.

—Tu novia no es una tontería.— Lo aleje bruscamente de mí.—¡Tienes novia! — Lo último lo dije más exaltada.

—Nunca fue un problema.— Me miro serio. Sabía que mencionar a Kang Minah lo sacaba de lugar.—Minah nunca fue un problema para esto.— Se recargo en la pared de su habitación cruzándose de brazos.

—Minah es el puto problema de todo esto.— Exploté ¿Cómo podía tomarla tan a la ligera?

—Baja el tono Wendy.— Me señalo y se fue acercando.—A ella no la quieras culpar de tus cambios de humor.— Lo hacía para intimidarme, él sabía lo que causaba en mí. Pero no más, hoy era el día en que no iba a dejar que me hiciera daño.

—No la culpo a ella.— Traté de calmarme.—Te culpo a ti.— Caminé hacia el para pegarle con mi dedo índice en el pecho.—Tú tienes toda la maldita culpa por tener una novia y acostarte conmigo.— Me sentía mal, hace tiempo que lo hacía no era justo ser la otra, creo que merezco algo más.

—¿Es mi culpa realmente?— Se acercó quedando a escasos centímetros de mí.—¿Te obligué a tener sexo conmigo? ¿Te violé?—Su mirada estaba hacia abajo. La diferencia de estaturas no era la gran cosa, pues mis ojos chocaban con sus labios, esos labios que sabían hacerme perder el control.—Tan solo bastaba con un poco de trabajo manual si hubiera sido yo solo. Pero el sexo involucra a dos personas.— Dirigí mi vista a sus ojos y lo vi sonreír de lado.

—Eres un bastardo Lay.— Dije con desprecio.

—Aun así, te acostaste conmigo.— Lo mire sorprendida por el hecho de que tuviera tan poca vergüenza.

—De haberlo sabido...— Fui interrumpida.

—Aunque lo hubieras sabido el resultado seguiría siendo igual.— Me tomo de la cintura haciendo que saltara por la sorpresa.—Déjate de tonterías y vamos a nuestro asunto.— Sonreí sarcástica y con mis manos lo empujé para que me soltara. Era increíble que con todo lo que le estuviera diciendo aun pensara solo en una cosa.

—Nuestro asunto.— Repetí.—A eso que llamas, nuestro asunto.—Hice comillas con los dedos.—Es de lo que hablo. No entiendo como no te sientes como una basura.— Yo si lo hago, muchísimo.

—Tu no tendrías por qué sentirte así.— Se encogió de hombros para caminar hacia su cama, se sentó en ella y se pasó la mano por el cabello.

—Tienes razón.— Me gire hacia el dejando de darle la espalda.—Me siento como una puta.— Remarque la última palabra.—Y tú eres igual o peor que yo. Minah te quiere, te quiere demasiado como para no creer esos rumores en los que dicen que la engañas.— Sentí como un nudo se fue formando en mi garganta.—Y tú.— Lo señalé con desprecio.—Tan solo vienes con la estúpida de Wendy que se acuesta contigo cada vez que quieres.— Las lágrimas que traté de retener salieron y me fui agachando hasta quedar tirada en el piso.—Ya me cansé de que cada vez que nos veamos me sienta como la peor de las mujeres.— Hice una pausa, quería controlarme un poco para continuar.—Tienes una novia preciosa, y que hagamos esto me hace sentir mierda.—

¡Se acabó Lay! ; zhang yixingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora