La hora había acabado y los jóvenes se retiraban de los salones hacia sus casas.
Guardó sus cosas en su mochila, se despidió de la profe y caminó a la salida.
Amigos y compañeros de preu se despiden de él con cariño y un grupo lo invita a comer al centro de la ciudad.
El ruliento ya no tiene problemas en ir a lugares concurridos como ese, pero se niega a la oferta, pues ya tiene otro compromiso.
Es 21 de Septiembre, cumpleaños de una persona muy especial para él. Así que se apresura en ir a una tiendita de regalos.
Observa la vitrina por largos minutos, hasta que la encargada del local le avisa que está por cerrar, pues debe irse una hora más temprano y lo invita a comprar rápidamente.
- Disculpe las molestias- dice tímido
- No te preocupes, ¿buscas algo en específico?- le pregunta la chiquilla sonriente.
- Mira algo así- le señala unos artículos detrás de ella. La chica se gira y saca una caja de plástico lleno de esos cachureitos como los que le mostró.
- Tenemos varios diseños, mira- sacó varios ejemplos de la cajita y los puso en la mesita-vitrina para que los viera, pero por su cara, supo que algo no andaba bien- ¿O muy femeninos?- le interroga preocupada.
- Jaja un poco, pero está bien, deme ese... ¿cuánto sale?- pregunta apuntando con un dedo el regalo mientras con la otra busca su billetera.
- Quinientos pesos- le contesta la chica de lentes, mientras guarda las otras cosas que no compró Edgar
- Ya- murmura mientras le pasa el billete todo doblado, casi en forma de triángulo. La niña se ríe y el ruliento sonríe avergonzado al recibir la bolsita plástica con la compra recién hecha y el vuelto en 5 monedas- Gracias- le dice risueño.
- Gracias a ti- responde cordial la mujercita y el Eddie deja la tienda.
Comenzó a caminar a su destino, recordando el recorrido de memoria, claro que se lo sabía visualmente, si le preguntaban el nombre de una calle, estaría muy complicado el pobre. El caso es que sabía llegar. Y justo cuando iba de paso, se encontró con una vieja amiga.
No se reconocieron de inmediato. Al Edgar le pareció conocida pero le dio vergüenza mirarla mucho rato y que resultara ser una desconocida.
La chica en cambio lo observó fijamente y cuando siguió de largo, se devolvió a agarrarlo del brazo y ver mejor su rostro.
- ¡Eddie!- exclamó al confirmar sus sospechas.
- ¡Fran, que gusto!- saludó alegre aunque confundido por verla con la cara pinturrajeada .
- ¡Lo mismo digo! Mira que guapo estás... - contestó gentil
- Jaja tú también estás muy bonita- le dijo sarcástico, ganándose un golpecito en el antebrazo- ¿De qué estái disfrazá'?- le preguntó entre risas
- De payasita- le contestó haciendo muecas chistosas- Es que estábamos con unas amigas de otra carrera, entreteniéndole las tardes a los chiquititos con leucemia en la clínica- explicó más seria, pero con una sonrisita satisfecha al final.
- Aah... Que buena que hagan estas cosas... las felicito por eso- le alabó conmovido el Edgar.
- Gracias, ¿en qué andai? ¿No deberíai estar en el edificio que me dijiste por whatsapp?- le preguntó cambiando de tema.

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El teléfono [GOTH Jaidefinichon] *FINALIZADO*
FanfictionUn jóven que se enamora de alguien que no puede pasar página todavía. Se conocen de una manera peculiar y ambos aprenderán a conocerse y quererse eventualmente. GOTH Jaidefinichon ¡AU! (Universo Alterno) Estudiantes Muerte de personaje