Capitulo 1|| ...

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A Lunes 26 de Enero

Mikaela Shindou nunca había sido la clase de personas que se la pasa riendo, bueno, quizá sí, cuando tenía ocho años y sus padres estaban juntos, el futuro pintaba tan brillante cuando era un pequeño inocente, pero a decir verdad aquella época se le antojaba muy lejana, a la vez estúpida, falso, simplemente era tan feliz porque eran tan iluso, a sus cortos dieciséis años de edad ya tenía un gusto amargo por el día a día, no solo era una constante sensación de aburrimiento, era inutilidad, tristeza e incertidumbre lo que arrastraba desde hace un par de años consigo.

Tan jóvenes y tan cansados de la vida.

La verdad no entendía exactamente qué era lo que lo hacía tan infeliz. Simplemente era todo, así es la depresión, una constante falta de amor a la vida, simplemente porque no le encuentras motivos para vivirla. Y este era el caso de Mikaela.
Claro que nunca se lo había dicho a nadie, su madre pasaba poco tiempo en casa así que no era necesario lidiar demasiado con ella.
Por otro lado de sus amigos no hay mucho que contar, porque en realidad no los tenía, desde que entro a la preparatoria no se había acercado a nadie, no era seguro si fue porque todos le parecieron unos totales idiotas o simplemente había algo que le hacía imposible convivir con personas.

Lacus y Rene eran un par de compañeros de clase con los cuales se reunía para hacer trabajos obligatoriamente en equipo, no eran sus amigos, simplemente no los odiaba como al resto de la clase.

Su ansiedad había empeorado por este hecho, la preparatoria era enorme y Mikaela era solo un chico dentro de un tumulto que lo asfixiaba, una persona entre cientos, una que no destacaba pues era inútil en muchos aspectos.

— Hey Mikaela. Mikalea, ¡Hey! ¡Mikaela Shindou! —el profesor de matemáticas le estaba gritando para regresarlo de nuevo a la clase

—ah... ¿Si? —contestó entre asustado y confundido

—¿Estas entendiendo el procedimiento?

—Si. —Contesto sin dudar a pesar de que ni siquiera sabía de lo que el profesor hablaba.

—Bien, eso espero. Podrás practicar ahora que ponga unas ecuaciones para que las resuelvan. ¿Bien? —el profesor no se veían molesto, incluso lucía algo preocupado sobre si Mikaela realmente había entendido su clase, pero aun que sabía que el chico mentía, opto por dejarlo pasar.

Mika asintió y el profesor continuo a anotar las ecuaciones en el pizarron, el rubio miro a la ventana en la cual estaba tan perdido hace un momento ¿Qué se supone que miraba?
Nada.
Miró a los chicos de su clase, un par miraban a su dirección de mera casualidad, no lo miraban a él en especial.
Pero sintió como si todos le clavaran la mirada encima y se rieran grotescamente de su simple existencia.
El mundo dio vueltas.
Fijó la mirada en su cuaderno, la hoja estaba en blanco.
Sintió que el alma se le caía a los pies, un amargo sabor se formo al fondo de su boca.

No debes llorar.

Pensó para si mismo, pues sus ojos ardían y un nudo en su garganta le impedía respirar.
Apretó los dientes.
Sus muelas dolían de una manera terrible, había estado conteniendo los sollozos; apretando su mandíbula, por cuatro días y noches seguidas, su cuerpo le estaba cobrando la factura.
No sabia porque, pero se pudo haber echado a llorar ahí. En media clase. Frente a todos.
Pero no lo hizo.

Sobra decir que no entendió como resolver la ecuación, a pesar de que realmente lo intentó durante el resto de la hora, enserio lo intentó, pero no pudo.
Lacus sintió pena por él y le dejo que copiara todo de su cuaderno, para que el profesor le firmara el trabajo a Mikaela antes de irse, el chico de cabello purpura sabía que Mika no había entregado ningún trabajo durante un tiempo, si seguía así probablemente reprobaría matemáticas (y quizá otro par de materias) este semestre.

Blue || COMPLETADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora