CAPÍTULO 1

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Toda historia tiene un inicio y un final, aunque en mi caso no va más de la mitad, pero creo que con eso es suficiente, para empezar a mostrar lo que en realidad soy, sentimientos claros y oscuros pueden llegar a cambiar mi vida y la de los demás, ya sin rodeos quiero mostrar todo lo que fui, lo que soy y lo que seré, no sin antes decir que SOY ALESSYA.

Son las 6:30 a.m. y Samantha golpea la puerta de mi cuarto acosándome para que vaya al Instituto. Esta mujer un día me volverá loca, piensa que ahora viviendo conmigo y mi padre puede mandar sobre mí, no sé cómo es que él la soporta.

Después de un largo rato decido levantarme camino hacia el armario para escoger lo que vestiré esta vez, agarro un vaquero desgastado, una camisilla, un suéter negro que deja mis hombros al descubierto, unas converse de color gris, decido entrar a ducharme y no demoro en hacerlo, salgo y peino mi larga cabellera busco en uno de los cajones un sostén negro y panty del mismo color, termino de vestirme con la ropa que ya había escogido y tomo mi mochila azul que ayer se me ocurrió arreglarla con las cosas que decidí llevar hoy, aunque no fue mucho la verdad ya que siendo el primer día de clases no haremos demasiado.

Bajo a la cocina y busco algo para desayunar por sorpresa ya está todo servido, pan tostado, huevos en tortilla, una taza de café y zumo de naranja, todo me agrada, pero la idea que fue Samantha quien lo preparo me hace dudar. Siempre que ella lo hace es para pedirme que le ayude en algo la verdad es que a pesar de que lleva cerca de un año con mi padre y que ya esté viviendo en mi casa sigo desconfiando de ella, no me opongo a que mi padre este con alguien ya que luego de que mamá nos abandonó siempre estuvo solo, pero Samantha es alguien que no me agrada hay algo en ella que me inspira desconfianza, estoy casi segura de que oculta algo.

Buenos días Aly. Me dice con una sonrisa que no es para nada sincera al contrario es más sarcástica de lo normal.

— Buenos días — Le respondo de manera seca y sin prestarle más importancia de la que tiene, no sé por qué en todo este tiempo no logro llevarme bien con ella es extraño, ella es agradable conmigo, pero aun así no me convence.

— ¿Cómo amaneciste querida? — Detesto que sea empalagosa, conmigo siento que está fingiendo conmigo y no tiene que hacerlo, como me gustaría que se muestre tal cual y como en realidad es.

Supongo que bien. — Saco mis auriculares los conecto a mi iPod y los llevo a mis oídos para escuchar lo primero que salga en mi lista, la idea es no escuchar nada de lo que Sam me diga.

— ¡Odio que me ignores! — Grita con gran enojo y es lo único que le escucho me giro a verla, pero ya está marchándose hacia su habitación.

Aprovecho y busco algo en la nevera para desayunar hoy no pienso probar nada de lo que ella ha preparado, saco leche y cereal, también una manzana verde mi favorita, apago mi IPad y decido desayunar de manera tranquila, me relajo con el silencio del lugar me encanta comer sola cuando estoy en casa, después de unos minutos escucho sonar la bocina del auto de Carla, mi mejor amiga, ella siempre me viene por mí para ir al Instituto.

Salgo de la cocina y voy directo a la salida con afán para irme de la casa, me emociona verla nuevamente, Carla grita como loca al verme, ella siempre ha sido más loco que yo, corro hacia al auto y apenas entro lo primero que hago es darle un fuerte abrazo ya la extrañaba demasiado, estoy feliz de verla.

— ¡Ey! me hiciste demasiada falta, en verdad te extrañe. — Dice Carla y es normal que nos extrañemos tanto, somos como hermanas ya que desde pequeñas siempre hemos estado juntas.

— Yo también te eché de menos bonita, ya arranca que vamos un poco tarde. — Ella sonríe al escucharme y empieza a conducir, sabe que no es eso por lo que estoy afanada.

Me arriesgo a quererte (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora