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—¡Estás muy equivocado al creer que puedes pasar por sobre los demás de esta manera, Eliot! —exclamó Emma furiosa señalando a su hermano.

Ayer no le había dado la cara debido a lo agotada que quedó al haber llorado tanto y de darle vueltas y vueltas a la cabeza sobre qué hacer luego de aquella pequeña discusión con el rizado. Pero ese día estaba decidida a hacer algo, estaba cansada que su hermano creyera que siempre podía salirse con la suya, debía hacer algo.

—No me grites, Emma—espetó golpeando la mano de su hermana para que dejara de señalarlo. —Además, no es mi culpa que esos estúpidos patrocinadores prefieran a Roller Coaster que a esa asquerosidad de rizos que lleva por nombre su emisora—rodó los ojos.

—No seas imbécil—escupió. —Ellos han trabajado duro para lograr todo lo que tienen ahora, así que dime de una buena vez, ¿qué les hiciste?

—¿Tu noviecito no te contó? —preguntó con burla. —Cuatro de sus patrocinadores renunciaron y ahora están conmigo, ¿qué te parece? Solo lo mejor de lo mejor—Emma achicó los ojos uniendo cabos.

—¿Acaso estás tratando de dejarlos en la quiebra?

—No es mi culpa que prefieran a una emisora de renombre como la mía.

—Eliot, no puedes...—ella suspiró masajeando el puente de su nariz. —¿Sabes cuántas personas escuchan su emisora para aliviar un poco el estrés del día a día? Simplemente no puedes hacerles eso—él se encogió de hombros.

—¿Adivina qué? No me importa—replicó con sorna sentándose cómodamente sobre el sofá de la sala.

Emma se cruzó de brazos y pensó muy bien antes de decir lo que, probablemente, perturbaría a su hermano. Caminó hasta quedar frente a él quien ya no le prestaba más atención.

—Voy a desenmascararte, Eliot—su hermano alejó la vista del celular, para posarla en la pelirroja, mientras éste se enderezaba.

—¿Disculpa?

—Lo que oíste, regrésale los patrocinadores a Radio Curly, o juro por Dios que voy a hablar sobre toda la trampa que hay detrás de Roller Coaster.

—Tú no le harías eso a tu familia.

—Familia o no sabes que lo que estás haciendo está mal, desde un principio tu emisora se ha construido a base de mentiras, es lo menos que puedes hacer, déjalos en paz o hablaré cómo fue que en realidad ganaste ese reconocido festival, o mejor dicho... a base de qué.

—No te atreverías—insistió seguro.

—¿Quieres retarme? Bien, pero cuando el nombre de tu emisora este por el suelo no digas que no te lo advertí—él bufó.

—Emma tú no eres capaz de nada, eres tan cobarde—sonrió con sorna. —No me asustas, hermana.

—Rétame—repitió la chica con el mentón en alto y mostrando una seguridad que jamás pensó que tendría frente a su hermano.

Haría lo que fuera por esos chicos... Por Harry. Se lo merecían.

—Abre tu estúpida boca y yo mismo iré a hablar con ese estúpido de Davies.

—No importa.

—¿Es en serio todo esto? —bufó. —¿Vale acaso la pena que le diga que terminaste con sus sueños para que obtengas esto?

—Estoy segura que sus sueños ahora son otros.

—¿En verdad? ¿No crees que te odie cuando le cuente que tú fuiste quien robó su pendrive con la información del programa que presentaría el día final del festival? ¿Qué hackeaste y borraste sus archivos del correo para que no tuviera respaldo?

—Suficiente.

—Y que luego me las entregaste porque sabíamos que con esas ideas ganaría el primer lugar dejándolo a él en una completa vergüenza—se acercó a ella intentando intimidarla con su altura. —Porque te recuerdo querida, que Harry Styles se humilló al presentar un programa mediocre en uno de los festivales más importantes de Londres.

»Que horrible debe ser enterarse que la persona de la cual estás enamorado fue la misma que evitó que obtuvieras tu propia emisora... la misma persona que evitó cumplieras tus sueños—la señaló. —Porque eso es lo que eres Emma, eres la misma persona que lo dejó sin nada.

—¡Ya basta! —exclamó llorosa. —Sé que cometí un error, no tienes por qué recordármelo de esta manera tan cruel—limpió sus lágrimas con manos trémulas. —De todas maneras... haré lo correcto, así él me odie.

—Eres una maldita ladrona, Emma, una saboteadora—escupió Eliot intentando jugar todas sus cartas para tratar librarse del asunto. —Además, si tú hablas, también mancharás tu nombre, ¿o cómo crees que te creerán sino?

—Debo aprender a vivir de mis errores—susurró ella mirándolo fijamente.

"Mi hermano ya no es quien solía", pensó con tristeza al darse cuenta de lo que intentaba.

Eliot era un chico más humorístico y entusiasta, sin embargo, nunca había podido lograr su objetivo; convertirse en un reconocido locutor de radio.

Cuando supo del concurso que ofrecía aquel Festival de Emisoras Europeas que aseguraría la vida futura de cualquier joven locutor, él cambió por completo. Se convirtió en alguien más calculador y competitivo, trazando planes y tratando de idear diferentes estrategias, todo hasta que se enfrentó a los diferentes contendientes, específicamente a Harry. Se percató, no sólo de su creatividad, sino también de su fluidez y dicción. Rápidamente se dio cuenta que era mejor que él, tenía a los jueces ganados con su carisma y a los presidentes de otras emisoras importantes enamorados con sus innovaciones. Fue ahí cuando decidió pedirle a su hermana que lo ayudara a sabotear a aquel "déspota" muchacho.

Emma, al verlo tan desesperado y con deseos de ayudarlo a cumplir su meta, aceptó.

Por supuesto que terminó siendo el peor error que pudo haber cometido.

Y así fue como, a base de trampas y mentiras, ganó lo que incluso se mantenía hasta ese momento. Roller Coaster era una de las emisoras más importantes de Londres, tanto así que tenía sedes en otras ciudades e incluso en Estados Unidos.

Por otro lado, Lo más extraño cuando todo aquello sucedió, fue que Harry no reclamó al respecto aun sabiendo que alguien le había saboteado. ¿Por qué? Era claro que le pedirían pruebas y él no las tenía. Por eso prefirió simplemente retirarse y aceptar su desdichada derrota.

Ahora que ambos hermanos estaban allí, enfrentados, Em se dio cuenta que su error no sólo había sido el haber... robado. Si no que por su culpa, su hermano se había convertido en lo que era ahora, un arrogante con deseos avariciosos.

—Ya no me vas a amenazar más, Elliot... Yo misma hablaré con Harry y si no quieres que hable con la prensa será mejor que les devuelvas los patrocinadores a Radio Curly.

Eliot apretó su mandíbula y cerró los puños. No dijo ninguna palabra, simplemente se retiró de su casa dando un fuerte portazo al salir, provocando que Emma se estremeciera con el sonido.

Luego de tomar varias inhalaciones profundas, agarró su celular y decidió que debía descargar ese peso de sus hombros. La culpa simplemente la estaba consumiendo.

Necesito hablar contigo, es muy importante

Debía ser honesta, pero antes necesitaba conseguir un poco de apoyo.

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Les mostraré la bendita frase que está de moda y que me tiene harta mediante un ejemplo:

-¿Habrá final feliz en Radio Curly?

-Pa ke kieres saber eso jaja saludos.

Radio Curly. #1 Styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora