너여야만 해 Tienes que ser tú [ WooGyu ]

2. Rain

Era muy peligroso mantener todo el dinero del local en cualquier parte, así que cuando comencé a trabajar allí, compre una caja fuerte para guardarlo.

La guardaba debajo de mi cama, por ello tuve que arrodillarme para buscarla y sacar de allí el monto necesario

Baje a la primera planta, donde me esperaba un tranquilo Sungjong mirándose las uñas como toda la diva que era. Escucho mis pasos y dirigió su mirada hacia mí.

- Bien, aquí tienes. Espero que lo utilices de manera adecuada y sanamente, ah! Y tráele algún regalo a este Hyung

- Por supuesto que lo hare!!- comenzamos a reír, para luego ver como se tornaba la cara contenta de Sungjong a una de preocupación.

- Woohyun... estará bien que me vaya?, estarás bien?- pregunto, sabiendo a lo que se refería. Sonreí.

- por supuesto que sí. No te preocupes, anda, ve a casa que se hace tarde, y no me llames por mi nombre, ten un poco mas de respeto!!- le dije mientras lo empujaba hacia afuera.

- Muchas gracias Hyung, nos vemos!- se despidió.

Cerré el restaurante, apague las luces y subí a la segunda planta. Había sido un día duro, así que decidí tomar una ducha para relajarme.

∞

Lentamente comencé a lavar mi cabello, para luego pasar a mi cuerpo. La tranquilidad y frescura invadía mi ser. Disfrute de aquella sensación por un rato y al fin salí del baño.

Seque mi cuerpo, mi cabello y me puse un pantalón cómodo sin ropa interior abajo, solo para sentirme más libre.

Sin pensarlo, me tire en la cama. Exhale, y mientras miraba el techo comencé a pensar...

"A pasado un tiempo desde que estuve solo en el restaurante". Si fuera el Woohyun del pasado, posiblemente me deprimiría, pero ya había superado aquel suceso.

O eso creía.

Debía aceptar que de todas formas, todavía sentía un poco de dolor y vacio.

Aun recuerdo aquella mañana de otoño. Me había levantado temprano para asistir a mi facultad. Estaba en mi cuarto año, faltaba muy poco para poder graduarme.

Una brisa fresca corría, y las nubes tapaban el cielo. La naturaleza nos estaba avisando que una tormenta se avecinaba.

Antes de salir, le dije a la mujer que amaba, mi mamá, que si la lluvia comenzaba, que fuera a buscarme de la universidad.

Me mostro su sonrisa cálida y suavemente asintió, agregando que iría junto a papá ya que ese día el cerraría temprano el local donde trabajaba. Sonreí.

Baje las escaleras, y me encontré con mi padre atendiendo a unos clientes. Me despedí de él y me retire.

∞

Las horas pasaron y como se había previsto, la lluvia comenzó.

Sucedió que cuando estábamos en la última clase, todas las luces se apagaron. Era de esperarse ya que la tormenta estaba empeorando.

Sin poder hacer nada mas, los profesores nos dieron la orden de que nos dirigiéramos a nuestras casas.

Esto era algo complicado, ya que el viento y las grandes gotas no nos lo permitían.

Recordé entonces lo que le había dicho a mi madre esa mañana y me senté a esperar en la entrada de la facultad, donde el agua no llegaba a tocarme.

∞

Una hora había pasado, mis padres no llegaban y la lluvia comenzó a detenerse.

Lo primero que pensé en ese instante fue que habían olvidado lo que les pedí y estarían en casa bien secos y contentos.