Forest ➳ mgc.

✨ n u e v e ✨

Se levantó y a la ligera unió sus labios con los míos.

¿Qué demonios?

Lo separe haciendo que caiga a la cama de nuevo y este riera a carcajadas.

— ¿Por qué demonios me besas?

—Creí que ibas a dejar de hacer preguntas, pero se ve que no... —Otra carcajada.

—No, y no fue gracioso.

—Deja de ser tan histérica, Mia.

—Bueno, ¿Qué quieres?

—Nada —Sonrió cabizbajo.

—Claro, Clifford. Y yo soy monja.

—Puede que lo seas.

—Vete al diablo.

—Awww, te vez linda enojada Mia.

—Michael no estoy para tus encantos, ahora dime porque demonios estas aquí.

—Quiero ir contigo.

— ¿Ah dónde quieres ir conmigo?

— ¿No parece obvio? —Preguntó apuntando el bolso que había preparado para llevar mañana por la mañana al bosque.

Gruñí y me acerque al bolso, abrí mi placar y lo guarde ahí dentro.

—No es algo que te importe.

—Primor, ahora me doy cuenta de que no sabes escuchar.

—Deja de meterte en mi vida, Michael.

Se levantó de la cama, se acercó lo suficiente hasta mí, caso mi rostro con sus dos manos y me observo directamente a los ojos.

—Tú sabes perfectamente que no sobrevivirás ni un minuto ahí dentro si no estás conmigo.

...

—Tu por tu lado, y yo por el mío, ¿Entendiste?

—Si jefa.

—No sé cómo haces para despertarte, eres un tronco al dormir...

Corrección, él no durmió en mi cama, durmió en un colchón tendido en el suelo junto al mío, no lo dejaría entrar en mi cama, no estaba tan loca.

—Tengo mis privilegios, Primor.

Rodé mis ojos y encendí la radio.

—Deja de decirme primor.

—Okey, Primor.

Lo fulmine con la mirada, este carcajeo, volví mi vista a la carretera, tenía razón, Michael me sacaba de quicios.

—Ni se cómo me convenciste para traerte.

—Lo sabes perfectamente, Mia.

Suspire y acelere un poco más.

—Ya, ¿Y sabias lo de la mansión suicida?

—Sí, lo sé cómo la palma de mi mano.

— ¿Cuándo pensabas decírmelo?

—Hice dos teorías antes de decírtelo, Mia —Me observó con esos verdosos ojos.

— ¿Cuáles eran?

—La primera, sería que me creerías un maniático desquiciado, te irías corriendo y le alejarías de mí, y eso sería peor, y la segunda trata de que ahí posibilidades de que me mandaras a un Psicólogo y me trasladarían a un manicomio.

—Wow... No lo había pensado, pero gracias Michael —Sonreí observándolo, este solo me mostro el dedo del medio.

Una carcajada salió de mis labios.

— ¿Y que se supone que harás dentro de la mansión? —Preguntó estirándose sobre el asiento.

—Primero, ten cuidado con el cuero del asiento, es mi vida. Y respondiendo a tu pregunta, buscar una caja que había visto la primera vez que entramos.

— ¿Qué caja? —Preguntó observándome.

—Una que estaba llena de cosas, con cassettes, algunos papeles, creo que me ayudaran con algo.

—Si tú lo dices, Mia.

—Estoy segura, Michael.

...

Estacione el auto en la cabaña y colgué la mochila en mis hombros.

—Espero que esta vez hallas cargado bien las linternas.

—Obviamente, no me llaman Michael Clifford, ¿Además para que quieres linternas si es de día?

—En ese lugar oscurece más rápido de lo que canta un gallo —Sonrió Michael caminando a mi lado.

—Como digas —Rodee mis ojos.

Empezamos a caminar un poco para poder encontrar la entrada del Bosque y a unos varios metros encontrar la mansión escondida tras la mugre que contenía.

Michael caminaba a mi lado, no emitía palabra alguna, era bastante temprano, como las 08:45 a.m. bastante temprano diría yo.

Quería venir algo temprano, ya que la noche no era mi fiel amiga después de todo.

Solo quería entrar, buscar la caja, alguna que otra pista, y volvernos como si nada.

Eso sería todo.

...

Nos paramos en frente de la mansión, la observe, era gigantesca.

Michael rio y avanzo.

— ¿Acaso ya tienes miedo de entrar?

— ¡Claro que no! —Bufe caminando detrás de él.

...

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Acá su escritora actualizando re tarde.

Déjenme, soy una escritora frustrada.

No olviden votar y comentar, se los agradecería un montón.

BESOOOOOS.