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En mitad de la noche, escapé de mi habitación y me escabullí a la de Harry. El hombre estaba tumbado boca abajo. Suspiré y cerré la puerta a mi espalda.

-¿Cass?-murmuró, ladeando la cabeza para mirarme.

-Perdón, no quería despertarte. Es que no puedo dormir.-admití y me senté en la cama, junto a él.

-Yo tampoco puedo hacerlo.-dijo, para mi sorpresa.-Me acostumbré a que estuvieras acá.

-Harry.-bufó Liam desde la puerta.-Sabes que ella no puede estar acá. No queremos que...

-¿Qué no queres, Liam?-preguntó él, enojado.-Primero, es mi vida. Y segundo, solo queremos dormir. Ella no puede hacerlo sola y yo no puedo hacerlo sin ella. ¿Vas a dejarnos dormir o nos vamos a quedar despiertos toda la noche? Cass está agotada y, sinceramente, yo también. ¿Queres quedarte? Quedate. Solo queremos dormir.

Liam suspiró y se recostó en el sofá. Me metí bajo las sábanas, sin decir nada, y me acurruqué junto al cuerpo de Harry. Llevé mi mano a su dije y él la rodeó suavemente. Me miró unos instantes y luego a Liam.

-Dormí, Cass. Mañana tenemos programa.-asentí y cerré mis ojos sobre su pecho desnudo.-No entiendo por qué desconfían tanto de nosotros.-dijo, después de un rato.

-Porque vimos como la miras.-dijo Liam. Permanecí inmóvil.-No podes enamorarte de ella.

-¿Por qué?

-Porque tenes veintiocho años y ella solo dieciséis. Es una brecha muy grande. Además... es una nena, Harry. Solo pensá en todas las cosas que podrían pasar.

Nadie más dijo nada. La mano de Harry apartó el cabello de mi rostro y él besó mi frente. Entonces supe que ya estaba dispuesto a dormir.

...

Desperté escuchando la voz de Shiran y sentí un fuerte dolor en el pecho. Una mano se extendió hasta mi, dándome el inhalador. Lo miré, era Harry. Al lograr respirar, él me tomó entre sus brazos. Shiran cantaba al otro lado de la línea. Escuché su voz. Todas las luces estaban apagadas, Liam aún dormía.

-Te amo, Cass.-murmuró.

-Te amo, Shiran.

-No quería despertarte.

-Está bien. Pensé que no ibas a llamar.

La llamada se cortó. Harry besó mi frente y dejó el teléfono sobre la mesa de luz. Volvió a recostarse pero yo no pude hacerlo.

-Cass, volvé a acosarte.-pidió.

-Necesito. Emm...-me levanté de la cama y salí del cuarto, sintiendo sus pies detrás de mi. Bajé las escaleras.

-Cass, ¿A dónde vas?-preguntó.

Me detuve frente a la puerta de vidrio que daba al patio. Su mano se posó en mi cintura y volteé, ocultándome en su pecho. Se apresuró a rodearme con ambos brazos. 

-Shh.-murmuró y la luz se encendió.-Tranquila. Él va a volver.

-A veces se iba a esta hora.-musité.- Y no volvía hasta bien entrada la noche. Pero al menos ahí tenía la certeza de que iba a verlo antes de dormir.

-Cass, voy a hacer que él vuelva.-besó mi frente.- ¿Te acordas que lo hablé con él? Sé que me espiaste. Estamos arreglándolo todo.

-Gracias.-susurré.-Por todo. Lo que están haciendo es... Gracias.

Él volvió a guiarme hacia la escalera, pasando junto a Liam y a Niall. Nadie entró detrás de nosotros y el sofá quedó vacío. Me aproximé un poco más a Harry y me atreví a besarlo con suavidad para luego volver a tomar su dije y sentir su mano sobre la mía.

-Todos están equivocados.-murmuró muy muy bajito.-Voy a mostrárselos. Ellos no te conocen como te conozco. No pueden prohibirme sentir. Ellos no pueden hacerlo. Cass, este podría ser nuestro futuro, y ellos no tienen derecho a arrebatárnoslo.

-Te quiero.-musité.

Sus labios encontraron los míos y jalé de su cabello con suavidad, sin abandonar su dije. Él me atrajo más hacia su cuerpo y oí los pasos. Nos apartamos y nos hicimos los dormidos. Pude escuchar la puerta pero no me atreví a espiar de quién se trataba. Solo sé que, fuera quien fuera, se quedó en el sofá el resto de la noche.

Wake up, Cassandra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora