Capitulo 1

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Javier

Su nombre era Mariand Bea Salaberry; y todo, absolutamente todo en ella era raro y perfecto.

La vi por primera vez una noche hace dos años cuando entró a la sala de espera en el Hospital Carmona. Iba vestida con un pants azul marino, su cabello lacio dorado estaba totalmente alborotado, y sus raros ojos verdes pedían auxilio.

Recuerdo muy bien que entró en una camilla rodeada de paramédicos gritando desesperadamente que le quitaran el dolor. Su cara decía que ella estaba muy enferma.

Esa noche me la pasé pensando en ella, no sabía su nombre, su edad, de donde venía y mucho menos que le había provocado ese dolor.

Me dolió verla así, me dolió hasta el alma y era raro que causara esa sensación en mí cuando era una completa desconocida.

Al día siguiente, algo me hizo volver a ese hospital y preguntar por aquella chica. Curioso fue que nadie sabía de ella y se la razón; para Mariand era muy importante la forma en que la vieran y si ella sentía dolor y los demás lo veían, le tendrían una cierta lastima y ella odiaba eso; así que hizo que su padre el Sr. Bea pagara una cierta cantidad de dinero hacia al hospital para que guardaran silencio acerca del porque Mariand había estado aquella noche. Y no es que la Familia Bea fueran ricos, pero Mariand era la única mujer de la familia ya que su madre, Emilia, había muerto 11 años atrás dejando al Sr. Bea viudo con una pequeña niña de cabello dorado de 5 años. Fue entonces que las últimas palabras de Emilia fueron "cuida a Mariand y jamás permitas que se sienta incomoda, sabes lo especial que es ella"; entonces, aquella vez en el hospital el Sr. Bea pago aquella cantidad porque Mariand se había sentido tan incómoda y preocupada de que dirían sus amigos de que ella estuvo el hospital y él no podía con eso, no podía ver a su hija de ese entonces 14 años que estuviera así, entonces pago al hospital para que guardaran silencio.

Y tal vez pienses que Mariand es la persona más consentida por su padre o es muy caprichuda, pero te equivocas, ella no es así.

Claro está que esto no lo supe de un día para otro, me costó otros dos años más, cuando Mariand y yo éramos por fin amigos, que me lo contara.

Así que, cuando volví aquella vez al hospital y no supe nada de ella, me entraron ciertas ganas de investigar por lo menos su nombre.

-Mariand Bea Salaberry, ese es su nombre Javier- me dijo un anciano todo sucio que yo desconocía.

-Espere, ¿Quién es usted y como sabe mi nombre?

-No importa cómo me llame o como tú te llames, lo importante aquí es Mariand, búscala y protégela, siempre va a querer escapar- y el señor se dio la vuelta y se fue

- ¡No se vaya!, grite, ¿quién diablos es usted y porque me dice eso? -

- Yo soy Dero y te lo digo porque ella es el caos.


Hola, soy nueva escribiendo, espero que les haya gustado.


Llenar un mundo de venasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora