CAPITULO 1

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Me levante por los gritos de mi hermana, al parecer me olvide de que hoy vendría y nos presentaría a su nuevo novio, espero que este sea el definitivo, me duche, me puse un vestido ajustado amoldado a mis curvas, unos tacones medios y un moño improvisado, al bajar vi a mi hermana, tan hermosa como siempre su pelo pelirrojo al aire, sus pecas, su cuerpo escultural la hacen ver una diosa, a su lado vi a un hombre... y valla hombre, era guapo, pelo negro ligeramente desordenado, su traje de adhiere a su cuerpo de manera que los músculos se le notaban, sus ojos verdes tenían una intensidad que me anonaban, podría jurar que estaba chorreando, nada mas mirarlo te podía dar un orgasmo, termine de bajar.
- Hola a todos - los dos voltearon a verme, apreté mis piernas en un intento de aliviar los pinchazos, me miro de una forma demasiado sensual.
- Hermanita, te voy a presentar a mi novio, se llama Edward, tiene 25 años - Edward me dio la mano y una corriente me atravesó, aparte la mano rápido, no quería tener un orgasmo.
Mi hermana seguía hablando y yo no podía mas.
- Clara, voy al servicio... vuelvo luego, adiós, hacer algo mientras vuelvo, voy a tardar - mi hermana asintió y su novio me miro con una sonrisa picara que no entendí, fui al baño y cerré, me baje las bragas y mis sospechas eran correctas, estaba empapada por el novio de mi hermana, acerque mi mano a mis pliegues y sentí lo sensible que estaba, empecé a masajear mi clitoris, soltaba gemidos muy bajos para que no me pillaran, empecé a meter dos dedos dentro y fuera de mi, iba cada vez mas rápido, cuando me sentí a punto de explotar llamaron a la puerta, con las manos temblorosas me lave las manos, me limpie los jugos que se habían escapado y abrí, lo ultimo que me esperaba era encontrar al novio de mi hermana, me miro de arriba a abajo y me fijo en que la parte de abajo del vestido esta húmedo, me mira con una sonrisa enarcada.

- Ha sido el... el agua, ya sabes de lavarme las manos y em.. luego sacármelas, lo normal - hable torpemente, Edward solo sonrió.
Se acerco a mi oído y me susurro

- Puedo hacer mas que chorree, hacerte disfrutar como nadie - solté un jadeo involuntario, me empujo dentro del baño y cerro - te follaría tan fuerte que no podrías andar, te castigaría si fueses mala y te gustaría - empezó a masajear mi culo y solté un gemido - te gustaría ser la puta de papi, llámame papi nena y estarás tan llena de mi que me querrás mas y mas y mas... - susurro con voz ronca.
- Papi? - en ese momento reaccione, lo aparte de mi - eres el novio de mi hermana, yo nunca la haría algo así - me fui rápido del baño y me metí en mi habitación.

Llámame PapiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora