Capítulo 29

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No quería volver a la casa. Él estaba ahí y me dolería verlo de nuevo, pero Amanda lo extrañaba a él y a su perrito.

Am: mami, ¿te vas a quedar con nosotros en casa? - decía desde el asiento del copiloto.

__: linda, tengo cosas que hacer aún - la miré un rato mientras manejaba.

Am: ¿y cuándo vuelves? - preguntó admirando su peluche.

__: en unos días - acaricié su mejilla - y nos vamos a una nueva casa - ya habíamos hablado de eso y lo había tomado bien.

Am: bueno - bajó la cabeza. Doblé y entré a la residencia.

__: ¿pusiste la nueva ropita para Lucly en tu mochila? - le recordé, porque eso la hacía feliz.

Am: ¡sí! Ya quiero mostrarle a papá - sonrió.

__: jaja sí, mi cielo.

Llegamos a casa y no había nadie a la vista. Ella fue a buscarlo arriba y yo fui por mis cosas de la biblioteca. Quería todo lo que tenga que ver con mi trabajo para que me puedan transferir a la sede en Doncaster. Había hablado con mi jefe y dijo que lo pensaría.

Lo: ______ - pronunció, mierda.

__: - volteé luego de pensar si debía darle la cara - ah, hola - continué con lo mío - voy a ver algunas cosas al trabajo, te dejo a Amy, vuelvo por ella el sábado - encontré la carpeta con todos mis documentos.

Lo: ¿por qué te vas? - sentí que se acercó, mis rodillas querían devanecerse.

__: tengo que hacer cosas - tenía miedo de que sienta mi nerviosismo.

Lo: ¿y no te vas a quedar? - volteé y lo encontré cerca de mí.

__: no, estoy buscando un departamento en Doncaster - conectamos nuestras miradas.

Lo: ¿por qué? - se exaltó un poco.

__: porque tú lo quisiste así - dije y me fui antes de que diga otra cosa más y me derrumbe en sus brazos.

Encontré a Amanda jugando con Lucky en la sala.

__: mi amor - me puse a su altura - tengo que irme, compórtate bien, no quiero quejas - besé su frente - ¿me das un abrazo? - extendí mis brazos.

Am: te quiero, mami - dijo y correspondió a mi abrazo.

__: yo mucho más, cielo - besé su mejilla - cuidate - me alejé.

Louis se había parado junto a la puerta, por desgracia. Estaba entre darle un beso en la mejilla no bien dado, decirle "adiós" o simplemente mirarlo y salir. Mi cobardía y miedo de prenderme de su olor me hicieron elegir la última opción.

Lloré una vez más en el auto. En ese momento agradecía que tenía lunas polarizadas.

...

__: buenos días, señor Graham - saludé al entrar a su oficina.

Sr.Gr: Harrison, buen día - se desabotonó el traje y tomó asiento - ¿a qué se debe su visita?

__: vine por la propuesta que le hice - puse mis cosas en mis piernas.

Sr.Gr: la verdad es que usted nos haría mucha falta aquí - me sentí halagada.

__: muchas gracias, pero en pocos días me estoy mudando a Doncaster y quería ver si usted me daba la oportunidad de seguir allá con el trabajo - añadí.

Sr.Gr: eso no lo sabía - frunció el ceño - o la pierdo y se va con nuestra competencia o la pierdo y se va a ayudarnos en otra ciudad - se puso a pensar - jaja claro que le cedo el traslado, Harrison - rió.

Debo, puedo y quiero. || L.T. »3«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora