Blanco Y Negro

Los principios de Scorpius Malfoy

¡Hola! Estoy súper feliz, ¿porqué? Por el simple hecho de que toca escribir sobre Scorpius. No puedo evitar tener cierta inclinación por este personaje pero... Así es ≥﹏≤
Leamos ahora, el reflejo un poco mas oscuro del espejo, la vida de Scorpius Hyperion Malfoy.
After all this time? Always

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Gritos.
Gritos todos los días y a todas horas. Cuando llego de jugar, tras comer, a la hora de dormir... A veces me leo cuentos, yo mismo en voz alta, e imito las voces de los personajes, así siento que alguien me hace compañía y que estoy menos solo.
Pero no hace que esté menos triste. Porque yo quiero muchísimo a mi papá y no entiendo porque la gente le manda cartas reclamándole cosas o insultándole. He perdido la cuenta de las veces que he ido a una enfermería para comprar vendas y así curar las heridas de sus manos, heridas que le hacían las lechuzas que mandaban esas malas personas. Lo malo es que sigue pasando, y mi padre se pone triste, yo lo se, pero siempre tiene una sonrisa para mi. Mi madre sin embargo parece siempre feliz, y hace feliz a mi padre. Eso es algo bueno, aunque no sepan leerme cuentos como los padres normales me cuidan bien a su manera, alejándome de la gente que no me quiere cerca sólo por tener el pelo platinado y los ojos grises.
Pero yo soy fuerte, por eso cuando llega una lechuza mientras estoy solo en casa no me resisto y saco mi lado Malfoy. Nadie va a seguir dañando el orgullo de mi familia, tenemos un apellido que respetar.
Conjuro un vociferador y grabo mis palabras como veneno que cae a un folio en blanco.
Buenos días estimado mago o bruja;
Me gustaría pedirle con todo el respeto de la casa Malfoy que dejara de enviar cartas con esas palabras tan grotescas ya que no son dignas para una familia respetable como la nuestra. Sí algo que paso en el pasado le molestó siento decirle que no va a encontrar aquí mas que unas sencillas disculpas. Con todo respeto, feliz verano.
Scorpius Malfoy

Cuando voy a ponerle el vociferador en el pico a la lechuza esta me araña la mano y me hace un buen corte. De seguido sale volando con mi carta y dejando un olor a sello en el aire.
Doy gracias de que nadie me esté viendo ahora, porque no me gusta llorar en público y ese animal me ha hecho daño en la mano. Anoche se acabaron las tiritas así que no puedo hacer nada con mi herida. Me subo a mi habitación, una de las estancias más grandes y bonitas de la Mansión Malfoy. Allí me pongo mi camiseta de pijama y me meto en mi cama, abrazando a mi peluche favorito, un precioso hurón blanco. Me pongo a pensar en la carta que acabo de enviar sin el consentimiento de ninguno de mis padres. Me siento muy orgulloso de mi vocabulario, todo el mundo me dice que es muy avanzado para tener 8 años. Tengo muchas ganas de poder ir a Howgarts para leer todos los libros de la gran biblioteca. Lo que me recuerda que me había propuesto acabarme "La historia de Hogwarts" para cuando acabara Agosto. Y ya estamos a 31... Mas vale que me apure, porque un Malfoy nunca deja nada sin hacer.
Al menos, eso dice papá.