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-Harry, quiero hablar con Liam.-pedí y él me tomó más firmemente por la cintura.

-No puedo dejarte hacer eso.-dijo firme, mirando al frente a través de esos lentes oscuros.

-¿Para qué me trajiste acá?-pregunté y los ojos se me inundaron en lágrimas.- ¿Para que pueda verlo y no pueda hablarle? Harry...

-Basta, Uma.-exigió y guardé silencio mientras las lágrimas recorrían mi rostro.

Sentí una puntada en el estómago y miré al hombre junto a mi.

-Harry...-susurré.

-No.-me cortó.

Sentí otra puntada, mas fuerte que la anterior, y puse mi mano sobre la de él, presionándola. Se volvió hacia mi al instante.
-¿Uma?-preguntó Liam, corriendo hacia mi, con su traje negro.
Y lo observé,  y eso fue lo último que vi y su voz la última que llegó a mis oídos.

...

Al abrir los ojos, estaba en un cuarto de paredes blancas y olor a medicina. Puse la mano sobre mi estómago y noté que este reducía su tamaño. Scarlet ya no estaba. Me incorporé con suavidad y la puerta se abrió, dejando a la vista a Louis, con semblante triste y cabello desordenado.
-Uma.-dijo, acercándose a mi y queriendo mostrar una felicidad que yo sabía que no sentía. -Linda, ¿cómo te sentís?
-¿Qué pasó? -pregunté confundida y él tomó mi mano.
-Scarlet nació prematura.-dijo y no pude evitar sonreír.
-¿Dónde está? -pregunté emocionada. Quería verla. Ahora que Liam había vuelto, podría decirle que era de él y buscaríamos la forma de solucionar todo, juntos. Pero la cara de Louis apagó mis esperanzas.
-No está. -murmuró.-Solo vivió unas horas. Solo Harry pudo verla. Lo siento mucho.
-Louis...-murmuré con la voz rota y él me abrazó con fuerza.
-Perdón, nena.
-Louis, quiero ver a Liam.-lloré.
-Zayn no lo dejó quedarse. -murmuró él y me hice pequeña a su lado.-Tengo que llamar a tu hermano.
-No.-pedí.- Por favor. Llamá...-lloré.-¿Podes llamar a Harry?
-No creo que...
-Solo quiero saber cómo era.
-Lo siento tanto, linda.-lloró, besando mi mano.
Entonces se marchó y me hundí en la cama, llorando, sintiéndome una cosa diminuta cosa dentro de un inmenso mar.
La puerta se abrió, tras unos segundos y los rulos de Harry se presentaron ante mi. Entonces solo pude llorar más y más y él se aproximó con lentitud. Extendí mis brazos y, por primera vez desde que esta pesadilla había comenzado, nos abrazamos ambos, con fuerza. Lloré sobre su hombro y él besó mi cabeza, repetidas veces.
-Harry...-lloré sin poder calmarme.-¿Cómo era ella?¿Cómo...?
-Tranquila. -dijo él y apoyó su mejilla en mi pelo.-Tranquila. Era chiquita, tenía los ojitos color avellana y era muy muy muy chiquita.
-Harry, ¿qué hice mal?-lloré y me aferró con mas fuerza.
-No hiciste nada mal. Vos no hiciste nada mal.-dijo y fue la primera vez que vi lágrimas en los ojos de Harry.- Tendría que haberte escuchado. Cuando dijiste mi nombre, tendría que haberte mirado, tendría que haber sabido que algo andaba mal. Perdoname.-tomó mi rostro entre sus manos y unió su frente a la mía.- Perdón.
-¿Le dijiste que la amaba?-pregunté con un hilo de voz.
-Le dije que la amabas y que tenías razón, que era la beba más hermosa del mundo. Le dije tu nombre y cómo eras. Le dije que Liam era su papá.
Lo miré de inmediato y él asintió. Le había dicho a Scarlet quién era su verdadero padre y no sabía cómo le agradecería eso. Presioné su mano con suavidad y lloré en silencio, hasta que mis ojos pesaron demasiado.


Una historia diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora