Capítulo 7

1K 64 4
                                    

―Oriana, despierta ―Dijo mientras me sacudía tiernamente.

―Julian ―Dije mientras estrujaba mis ojos para que se adaptaran a la luz.

―He notado que duermes mucho. ―Por un momento dudo lo que iba decir pero no pudo callar. ―¿Te sientes mal, deprimida, talvez?―Preguntó Julian con un gran pesar.

― No, no, para nada― Le conteste mientras me incorporaba.

―Es un alivio ―Dijo mientras tomaba mi cara entre sus manos ―¿Tienes hambre? Salí de la oficina corriendo porque no me había percatado de la hora. Opino que vayamos a un restaurante y después caminemos un momento en la playa ¿Qué dices?

Pude ver el entusiasmo reflejado en sus ojos, pero la verdad era que no me sentía con ánimos de salir.

―No tengo muchas ganas de salir ―Dije agachando la cabeza ―Lo lamento.

Julian se levanto de la cama y me lanzó una mirada fría. Era más que obvio que se había percatado de que yo quería estar lo más lejos posible de él.

―No quiero rogarte y mucho menos discutir así que ordenare algo de comida y después si no te molesta saldré.

―Esta bien ―Respondí en voz baja.

Me quede en la habitación dando vueltas, hasta que me anime a salir.

―Julian ―Dije caminando hacia el, que se encontraba viendo televisión en la sala.

―¿Qué pasa? ―Preguntó girando su cabeza para verme de frente.

―He cam... ―Pero entonces se escucho el timbre de la casa.

El me hizo una seña con la mano para que esperara. La comida había llegado. Julian salió disparado hacia la puerta de entrada y después de unos minutos regreso con dos bolsas en la mano.

―Espero que te gusten los mariscos ―Dijo mientras pasaba junto a mi.

―Si, son deliciosos ―Lo seguí, hasta que llagamos a la piscina.

―Comeremos aquí afuera, te hará bien un poco de aire fresco. ―Retiró la silla para que yo me sentara.

―Gracias.

―De nada. Esto es tuyo ―Me pasó una bolsa ―Es muy rico, cada vez que vengo aquí lo cómo. Espero que te guste.

El platillo lucia delicioso, no dude en probarlo.

―Esta delicioso, gracias por ordenar por mi.

El sólo asintió y siguió comiendo. Acabo primero que yo y se puso a da vueltas alrededor de la piscina, pasaron unos quince minutos y entonces habló.

―Iré a la playa ―Dirigió su vista hacia las olas que mojaban la arena ―Estaré ahí. ―Señaló una gran roca ―No muy lejos, por si me necesitas.

―Yo voy contigo ―Tome la última cucharada que quedaba en mi plato.

―No quiero obligarte a nada ―Respondió serio ―Así que será mejor que te quedes aquí tal como habías dicho.

Dicho eso dio media vuelta y desapareció. Me sentí horrible en ese momento. Estuve a punto de salir corriendo e interceptarlo en su camino, pero simplemente mis pies no se podían mover.

Recogí los platos vacios de la mesa de playa y los lleve a la basura. Luego de haber limpiado todo, me quede mirando a la roca que Julian había dicho, en espera de que apareciera y no pasaron más de diez minutos cuando lo hizo. Ahí estaba el, caminando descalzo, sentándose en la roca y dejando que las olas mojaran sus pies.

No podía despegar la vista de él, algo me lo impedía. Cuando note que el giraba su cabeza, me agache para evitar que me viera. Si yo podía verlo desde aquí, lo más posible es que el también me pudiera ver. Los últimos rayos solares del día chocaban contra su cuerpo y el parecía disfrutarlo. Quise bajar hasta donde estaba pero no encontré nada para decir cuando me encontrara frente a él.

Julian se quitó su camisa, dejando ver su cuerpo bien formado. Un calor recorrió mi cuerpo cuando recordé que horas antes lo había visto igual, pero más cerca. En seguida desabrochó su pantalón y debajo traía unas bermudas. Ni siquiera había notado que Julian se había cambiado desde antes de comer.

Entonces una mujer apareció en la escena, caminando hacia Julian. Ella iba moviendo su cuerpo de manera sensual y dejaba que el viento jugara con su cabello. Cuando se sentó al lado de Julian, no pude evitar maldecir. No por el hecho de que sintiera celos, sino porque eso no hubiera pasado si tan solo hubiera dejado mi antipatía a un lado y lo hubiera acompañado.

Mire hacia mi casa y pude ver a mi esposa que tenia los brazos cruzados y miraba al cielo, estaba seguro de que me había visto charlando con la mujer que estaba a mi lado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mire hacia mi casa y pude ver a mi esposa que tenia los brazos cruzados y miraba al cielo, estaba seguro de que me había visto charlando con la mujer que estaba a mi lado.

Mire hacia mi casa y pude ver a mi esposa que tenia los brazos cruzados y miraba al cielo, estaba seguro de que me había visto charlando con la mujer que estaba a mi lado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Senti que cuando Julian llegará a casa lo primero que haríamos sería discutir, por lo que me aleje de ahí para evitar más cosas que me orillaran a eso.

Al rededor de dos horas después Julian apareció en casa.

Fue directo a su habitación a tomar una ducha, al salir se puso una ropa cómoda y fue a mi habitación.

Entró y no me vio por ningún lado, pero entonces escuchó el ruido en el baño y decidió quedarse ahí en espera de que saliera. Y lo hice.

―Mañana iré a la empresa temprano, por lo que necesito que te levantes temprano. ―Dijo mientras entre cerraba sus ojos.

―¿Necesitas que te levante? ―Pregunte sin entender exactamente a qué se refería.

El río levemente.

―No, nada de eso. Pero quiero que desayunemos juntos. ¿Tienes una objeción?

TE AMO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora