Pero no puedo negar sentirme mal. Lucas la pasa bien, muy bien. Me olvidó tan fácilmente. Y Danielle tiene razón, no es justo que esté así.

Lucas quiso intentarlo, pero yo me negué. Le dije cosas horribles. Al final es mi culpa, ¿no? Ya todo se acabó y es muy tarde cómo para querer volverlo a intentar.

No entiendo por qué no puedo entender eso y tan sólo seguir.

~*~

Salí de la última hora de clases con no muy buena cara. Quería llegar a casa y descansar.

No tuve el mejor día.

Las palabras de Melody no salían de mi cabeza, para ser sincera.

La idea de Lucas besándola y tocándola... Dios, sólo necesito llegar a casa ya.

Y no soy tan fuerte como parece. Odio derrumbarme por él, pero no puedo dejar de sentir.

No quería que Danielle me viera, ni Lindsay, ni mi familia, nadie. No quería ver a nadie, sólo encerrarme en mi habitación todo el día.

-Eh, ¡Savannah! -Grita Jace y siento sus pasos detrás de mí.

Recordé las veces que Lucas venía detras de mí, pero en vez de gritar mi nombre, era un 'Pequeña'. Me abrazaba por detrás y luego me daba un beso en la mejilla.

Y caminábamos así.

Lo extraño. Lo extraño más que nunca.

Seguí caminando ignorando a Jace, apresuré el paso y antes de salir de la escuela, él me agarró del brazo y empujó contra una pared.

-Déjame. -Susurré y las lágrimas empezaron a salir.

-¿Qué pasó? ¿Estás bien? -Dijo intentando abrazarme pero me alejé.

Sequé mis lágrimas.

-Estoy excelente. -Dije y sonreí, saliendo de la escuela.

Vi a Lindsay hablando con Ryan, que me estaba esperando. No, maldita sea no, no quiero dar explicaciones ahora.

Volteé y Jace seguía ahí, mirándome fijamente.

-Sólo llevame lejos. -Le dije.

~*~

Después de un largo e incómodo viaje, llegamos a un parque algo alejado de todo.

En el camino no dijimos nada. Él sabe que estoy mal, sólo no me pregunta las razones y lo agradezco. Mucho.

-¿Está bien aquí? -Dice mientras nos bajamos del auto.

-Está muy bien aquí.

Me senté contra un arbol y él hizo lo mismo.

-Gracias por traerme, y perdón por tratarte así. No me siento bien.

-No te preocupes. Sólo no me gusta verte así. ¿Tiene que ver con él?

-Sí... -Digo y dejo salir todo.

Le conté todo a Jace, cómo me sentía y lo mucho que lo extrañaba. Necesitaba desahogarme con alguien.

-...La odio. Lo odio. ¿Cómo pudo olvidarme tan fácil? Dios, ¡él nunca cambió! Es un maldito mujeriego y lo odio, lo odio, ¡lo odio! Lucas me hacía sentir tan bien, tanto. Con él podía ser yo y me enseñó tantas cosas y... Dios, lo extraño. Mucho. Lo extraño, lo odio, lo quiero, lo detesto. Es lo peor y lo mejor que me ha pasado. -Digo todas estas cosas tan rápido mientras las lágrimas caen.

Jace me mira y me escucha atentamente.

-Lo siento. No quería decir todo eso, maldita sea.. No he dejado de hablar, ¿verdad? Mierda, lo siento. -Él ríe y me mira fijamente.

-Tranquila. Me gusta que te desahogues conmigo. -Dice y con un dedo seca mis lágrimas.

-¿Algún consejo? -Pregunto y él suspira.

-No. No puedo darte consejos. Ni siquiera me los pidas. -Dice bastante seco.

¿Acaso dije algo malo? Dios, este chico se pone así de la nada.

-¿Por qué? -Me atrevo a preguntarle.

-Porque te diría que te olvidaras de ese imbécil y salieras conmigo. -Dice sin mirarme.

Me quede inmóvil, ahí, mirándolo. No sabía que decir, no sabía qué hacer.

Entonces, ¿le gusto?

Él se voltea y se acerca a mí, se inclina y me besa brevemente, luego se aleja, pero sigue tan cerca de mí que puedo sentir su respiración.

-Jace esto no está bie... -Digo pero él pone un dedo en mi boca.

-Shhh. ¿Nunca te enseñaron a disfrutar el momento? -Dice y se acerca mucho más a mí, coge mi cara entre sus manos y me besa lentamente.

Nuestros labios se mueven sincronizados, nuestras lenguas hacen lo mismo... me acerco más a él y le rodeo con los brazos, mi mano acaricia su cuello, su cabello...

-Sólo olvídate de todo. -Susurra contra mis labios.

No puedo hacer esto. Dios, no.

-Jace, no... -Digo alejándome- No puedo. Sabes que el único chico que me hace sentir cosas es Luc...

-Cállate, Savannah. -Dice con amargura- No me importa, sólo sé que quiero besarte.

Inclinándose, me besa. Sus labios son demandantes, firmes y lentos, moldeando los míos.

Dios, Jace besaba tan bien. Tan jodidamente bien. Sé que me arrepentiré, pero tiene razón, sólo necesito olvidar.

Sus manos están en mi cabello, agarrando cada lado de mi cabeza. Su beso es demandante, su lengua y labios miman los míos. Gimo y mi lengua encuentra tentativamente la suya. Pone sus brazos a mí alrededor y me arrastra contra su cuerpo, apretándome con fuerza. Una mano permanece en mi cabello, la otra viaja por mi espina dorsal hasta mi cintura y luego a mi trasero.

-Jace, no. No. No. No puedo. -Me alejo de él y me acerco al auto- Sólo llévame a casa, por favor.

¿Qué acabo de hacer?

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Lo siento muchísimo. Tienen derecho a matarme.

Sé que el capítulo es algo corto, pero yo de ustedes, no me perdería el siguiente. Van a sentir muchas cosas con el próximo capítulo.

Gracias a todos por leer, en serio.

Ustedes son el Lucas de mi Savannah. ♡

Eres Mía, PequeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora