[DIECISÉIS]

85.8K 6.9K 500
                                    

Fue un placer equivocarme contigo.

DANNS VEGA
...

KEA

Los días siguientes pasan volando y Fidel me deja en paz, tal y como se lo pedí. No me busca, no me envía mensajes y la extraña calma que sentí el último día que lo vi, se convierte en rabia.

Sigo sintiendo ese vacío dentro de mí por haber sido tan tonta como para entregarle mi virginidad a Alex, pero más que triste estoy molesta. Conmigo, con Alex, con Fidel, con mi padre, con Diego... Con todo mundo, menos con mi mejor amiga.

Estos últimos días Naira y yo nos la hemos pasado juntas, ya sea viendo películas, conversando o solo estando tristes en compañía de la otra.

No me he atrevido a contarle de Fidel. No sé qué le diría del mejor amigo de su novio. Exnovio, quiero decir.

¿Qué me hizo sentir feliz y luego más triste de lo que había estado antes? Conociéndola iba a querer ir y decirle una que otra palabra. Amenazarlo incluso, yo lo sé. Por verme feliz, mi mejor amiga es capaz de todo. Y yo también lo soy por ella.

Es por eso que cuando las vacaciones llegan y ella se va, no le pido que no me deje. Tal vez unas semanas alejada de todo este drama, de Asier y su inocente estupidez, la relajen un poco. Puede que logre despejar su mente, ser un poquito menos infeliz.

Si pudieras alejarte de todos tus problemas aunque sea por unos instantes, ¿no lo harías? Yo sí. Lástima que no tenga la oportunidad.

Nai la tiene y es por eso que quiero que la aproveche. Que salga, visite a su papá, que ría y se olvide de todo lo malo aunque solo sean unos minutos. Sé que le hará bien.

Me cuelo en la habitación de Diego y tomo su laptop prestada. Le dije a Nai que estaríamos en contacto y es por eso que una semana después de su partida aquí estoy en mi cama iniciando sesión en skype a pesar de que lo único que quiero hacer es dormir hasta que ya no pueda más.

Un golpe en mi puerta cerrada me hace dar un respingo.

—Kea, ya volví —informa mi papá—. ¿Quieres que pida algo de comida?

Hago una mueca a pesar de que no puede verme y tecleo mi contraseña.

Desde que volvió la semana pasada ha estado actuando algo extraño. Siempre está de un humor irritable, pero... ya no toma. Dijo que el día en que me golpeó por accidente se dio cuenta de que estaba bastante mal, que el camino que había decidido tomar no era el mejor para nosotros, y entonces fue a buscar ayuda para acabar con su problema de alcoholismo.

Me alegro mucho por él, en verdad. Es el hombre que me dio la vida y verlo autodestruirse no es bonito, pero si lo que quiere es arreglar su relación conmigo... entonces creo que ya es tarde.

Dentro de poco me iré de esta casa, de este pueblo, y jamás volveré. No tiene sentido que quiera arreglar algo que está más que descompuesto.

—No, gracias. Yo no tengo hambre. ¿Quieres que te prepare algo? —inquiero.

Un bostezo se deja oír al otro lado de mi puerta y me imagino a mi papá con esas ojeras que cada día parecen estar más marcadas.

—No, no. Tú sigue con tus cosas, yo veré la tele un rato.

Sus pasos se alejan sin esperar respuesta por mi parte y entonces enfoco toda mi atención en la pantalla que tengo delante. Un mensaje de Naira llega a mi ventana de chat.

Nai: Asier me odia, amiga. No me ha contestado ni un mensaje desde que me fui :( ¿Crees que me odia?

Yo: Hablemos por Skype, ¿quieres?

Besos que curan [ADL #2] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora