Estreno

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NOCHE DEL ESTRENO

Jamie llevaba puesto un vestido de gasa color verde y celeste. Era ligero y liviano, con la espalda a la vista. Llevaba su cabello recogido, de forma desprolija, dejando caer algunos mechones en ondas.
Estaba sentada en la terraza, esperando a que Erin la viniera a buscar.
— ¿cielo?— Erin se aparecio luciendo un espectacular vestido lleno de piedreria, con un nuevo look: se había acortado el pelo demasiado corto de un lado, rapado y del otro caia su flequillo.
Era atrevido, osado, provocador… era muy… Erin.
— Me gusta, es tu estilo.
— Lo es ¿no es asi?— Erin se giro sobre sus pies posando para Jamie, quien dio media sonrisa.
— ¿Por qué esa cara? Deberías ser la mujer mas feliz de todo el planeta.
Jamie inflo sus mejillas, miro a otro lado, haciéndose una pelota sujetando sus rodillas.
Aun no llevaba puestas sus sandalias.
— No quiero decirlo.
— Oh, bueno… Entonces… ¿Vamos?
— ¿Por qué lo hizo, Erin? ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué tuvo que decírmelo?! ¡¿Por qué tuvo que confundirme asi?! ¡parecia hablar en serio!
— Tu dijiste que es un buen actor.
— Lo es, el mejor… por eso le permiti ser Kaffir… ¡Dios! ¡Kaffir es insípido junto a el! ¿Lo entiendes? ¡Nublo a mi hombre perfecto!
— J… El, es Kaffir.— Erin se cruzo de brazos escuchando el razonamiento loco de su amiga.
— Lo se… pero se suponía que solo una pequeña parte de el era Kaffir… y ahora… dijo cosas tan lindas…
— Y te ayudo a recuperar tu historia…
— …Y me salvo…
— Y te llevo ebria a dormir…
— si, y me llevo mi comida cuando estaba enferma…
— No olvidemos que iba a pelear por ti…
— Se hizo pasar por mi novio.
— Y la lista sigue… Creo que si, es muy buen actor, digo, como para fingir que esta enamorado de ti, ¿no lo crees?
— ¿Qué hago, Erin?
— No se, J… ¿Qué quieres hacer?
— Quiero estar con el, es decir, quisiera… pero… tengo mucho miedo… No puedo olvidar que una vez ya me hizo sentir tan miserable que escribi una novela completa y me retire del planeta.
— Tambien lograste un best seller.
Erin iba a proseguir con que ella daba un buen visto a su pareja, pero entonces, su celular interrumpió.
— ¿Si? Oh… si claro, claro, enseguida bajamos…— Miro a Jamie.— Anda J, ponte los zapatos, la limusina ya llego.

Los flashes encadandilaron los anteojos de Jamie al bajar con la ayuda de los encargados de abrirle la puerta.
Una alfombra roja las guiaría al salón donde se veria el estreno.
Una baranda de cada lado, mantenía las distancias entre ella y los paparazzis, los fans, y los curiosos.
Jamie dio su primer paso, trastrabillando un poco al pizar con su taco aguja en la cola de su vestido fino. Caeria y las cámaras captarían todo.
Casi pudo verse a si misma, ver en cámara lenta el desastre, las voces gruesas de los periodistas de farandula gritando su nombre desesperado por unas palabras, por una entrevista.
Una mano sujeto con firmeza la suya, quedando su rostro mirando directo al rojo de la alfombra. La escritora suspiro, agradeciendo la suerte de no haberse caído frente a medio planeta.
— Gracias, Erin.— Dijo reincorporándose riéndose de si misma.
Pero sus ojos fueron a encontrarse con los de Yurem, quien frunciéndole el ceño solto su mano y la puso en su bolsillo. Luego, al recordar la situación, cambio su expresion una sonrisa falsa para los camarógrafos.
— ¡Yurem! ¡Jamie! ¡Una foto para E!
Ambos, se colocaron al lado del otro, la mano de el paso por detrás de su espalda, alcanzando a tocar la piel desnuda con un leve roce.
Jamie sintió eletriccidad, Yurem sintió que que sus manos ardían.
Luego de las fotografías, Yurem se marcho al lado de Misty.
Jamie pudo mirarlo desde la lejanía. El y Misty al parecer estaban yevandose bien juntos, (o lo fingían bien, eran actores después de todo)
Entonces, una mujer vestida incluso mejor que ella, les interrogo:
— Misty, se ha hablado mucho de la química que transmiten entre ambos, y debos decirles que ahora que los veo juntos, me parecen la pareja mas exquisita de los medios… son… adorables.— Ambos se miraron y sonrieron en complicidad.
— Si, bueno… ya sabes lo que ocurre con estos tipos del espectáculo, siempre huyen de las mujeres que como yo, estamos enamoradas…— Misty rio.
— ¿Quieres decir que tu estas enamorada de Yurem?
— Creo que ya hable demasiado…— Misty rio con picardia.
— Yurem, ¿Qué dices? ¿le darias una oportunidad a Misty?— Pregunto la enrevistadora.
Jamie temblo, pero espero la respuesta.
— eh… Misty solo esta bromeando, somos buenos amigos y nos llevamos bien, la respeto y admiro. ¿Quién en su sano juicio no saldría con ella?
— Oh, bueno… eso es casi un si, Misty.— La mujer le codeo y ambas rieron.
Yurem se excuso, entrando a la par de su coprotagonista, perseguido sin censura por la mirada melancolica de Jamie.
— ¡Señorita Jones!— dijo la voz de un hombre a su lado.
— Oh… ¿si?
— ¿Tiene un segundo? Son solo unas cuantas preguntas…— Ella asintió y se posiciono frente a la baranda, delante de la cámara y el sujeto con micrófono.
— Estoy aquí, con la escritora del éxito “Ése tipo malo…”, Jamie Jones.— El tipo parecía simpatico, vestido con alguna marca exclusiva.
— Es un placer estar aquí.
— señorita Jones, digame, ¿Qué tanto hay de cierto en que estuvo involucrada en un fraude con su historia?
— ¿Qué?— La sangre escapo de su mejilla, helándole la piel.
— ¿No es cierto que usted tuvo problemas con el copyright con un joven escritor que estaba logrando fama? Y como estaba comercializando con su fanfic usted lo demando exigiéndole todas las regalías llevándolo a la quiebra total…
— Yo… no… eh… no es…
— Según la pagina oficial del escritor, convoco a sus seguidores esta noche para escracharle… ¿No tiene nada que decir?
Jamie quedo perpleja sin saber como defenderse. Era una larga historia, e involucraba a Yurem.
En eso, un espectador del publico se aparecio con un balde de pintura amarilla y se lo lanzo a Jamie, empapándola de pie a cabeza.
— ¡¡¡PLAGIADORA!!!— Le grito.
Jamie se miro, la pintura pegajosa caia sin parar, desde su pelo, hasta sus zapatos.
Los flashes se enfocaron tanto en ella, que por poco quedo ciega.
A pesar de que la policía se llevo al sujeto, este seguía gritándole y abucheándole.
Las lagrimas comenzaron a llegarle, sintiéndose presa de una desesperación. Sus oídos zumbaban y parecía que iba a desmayarse, pero entonces, la arrastraron desde el brazo, dejando una franja amarilla por toda la alfombra hasta ingresar al salón.
Luego, la guiaron por un pasillo, ocultándola en medio de los miles de metros de tela que lo adornaban.
Ya en silencio, y en medio de una leve oscuridad, se quedo apoyada contra la pared, sin poder entender que había ocurrido.
Miro sus manos, empapadas de un amarillo patito. Su hermoso vestido, ahora parecía de otro tipo de tela, sus zapatos, antes con detalles brillosos, eran un mejunje viscoso.
Yurem la miraba igual de molesto por lo que le había ocurrido. Tambien tenia algunas manchas amarillas sobre su manga y mano. Resaltaban sobre el traje negro.
Jamie sollozaba sin poder evitarlo. El, tomo su anteojo y con la manga de su camisa se lo limpio, después, volvió a colocárselo.
— Escuchame Jamie… tienes que ser fuerte. Asi es esto.
— Pero… pero…
— ¿Crees que no desee un millar de veces llorar frente a los ataques de algun periodista? ¿Qué no me senti impotente cuando inventaba historias sobre mi? ¿Qué no me dolio cuando por culpa de su intromisión en mi vida, perdi a Liza?— La voz de Yurem apenas si se oia sobre la música y las voces, del estruendoso festejo que había adentro. Tanta gente que iba y venia, sin notarlos escondidos allí.
— ¿Y que puedo hacer? ¡Sere la vergüenza nacional! ¡Mirame! ¡Me arruinaron! ¡arruinaron mi trabajo!
— cariño, nadie puede arruinarte. Tu talento prevalece por encima de ese estúpido intento de hundirte.— Ella negó con la cabeza, pero el la sujeto desde los hombros.
— Mirame Jamie… ¿recuerdas las veces que me enfrentaste? ¿recuerdas cuando ataque tu novela? ¿tu que me dijiste?
— No es lo mismo, Yurem.
— Es lo mismo. Tu defendiste lo que hacias, porque sabes que eres buena, y porque lo haces por las personas que te admiran, que te apoyan, viajan desde muchos lugares diferentes, y que pagan por tu libro, porque tienen fe en ti. Yo tengo fe en ti. No te quedes con lo que dicen o piensan unos cuantos… has peleado por llegar hasta aquí, ¿dejaras que un imbécil sin capacidad de crear una historia propia te robe el éxito?
— …no.— Murmuro.
— Perdona, no te oi. ¿Qué?— LE sonrio y ella le devolvió el gesto.
— ¡NO!— exclamo con fuerzas.
— Esa es mi chica. Jamas hielo, siempre fuego… si te sirve, imagina que discutes conmigo… te ves bonita enojada…
Jamie no pudo evitar sonrojarse.
>>Te enviare a Erin, ella sabra solucionar lo del vestido. Falta aun una hora para que la película se presente. Se fuerte.— Salio no sin antes guiñarle un ojo.

¡NUNCA te daré mi autógrafo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora