Capítulo 44.

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No había manera en el infierno de que yo le diga a mi padre que estaba suspendida. Hoy no.

Acaba de llegar y no quiero más drama por hoy. Creo que es suficiente.

Nos subimos al auto de Jace después de guardar todo el equipaje.

-Así que, Jace. ¿Eres nuevo en la ciudad? -Pregunta mi padre.

Genial, ahora empezará con su interrogatorio.

-Me fui por un tiempo. Mi madre quería alejarse de todo. -Dijo Jace.

Ojalá pudiera hacer eso. Es justo lo que necesito.

-¿Eres novio de mi hija? Porque si es por Savannah, nunca me enteraría de sus relaciones. Es algo reservada. -Oh, no. Mi padre no acaba de decir eso.

¿Me puedo tirar de la ventana ya?

-Oh, no. Solo somos amigos. -Dijo Jace nervioso.

-Eso suelen decir todos. -Dijo mi padre y yo me moría de la vergüenza.

-Su hija es una chica increíble, pero no estoy interesado en ella. -El volteó a verme y yo solo le sonreí nerviosa.

¿Por qué los momentos incomodos siempre están tan presente en mi vida?

Después de que mi padre decidió callarse, llegamos a casa. Dios, pensé que jamás llegaríamos.

Mi padre y Nicolle bajaron todo el equipaje y entraron a la casa.

-¿Entonces soy una chica increíble? -Le dije burlona a Jace.

-Solo quería darle una buena primera impresión a tu padre. La verdad es que eres un desastre, Williams. Y a veces me pregunto por qué somos amigos. -Dijo burlón.

-Ja, ja, ja. ¿Pero qué dices? Sabes que no hay nada que te haga más feliz que mi amistad.

Su sonrisa desapareció y se quedó callado. Genial, ¿ahora qué dije?

-Me tengo que ir. Descansa, lo necesitas. -Dijo quitando el mechón de mi cara.

-Sí, supongo. Mañana mi padre me dará un horrible sermón. -Abrí la puerta para entrar a casa. Por lo menos mi día nobterminó tan mal después de todo. Y todo gracias a Jace.

-¡Eh, Savannah! -Gritó, Jace a lo lejos, justo entrando a su auto.

-Dime. -Volteé hacia él, apoyándome en la puerta.

-No pienses en él...

~*~

-¿Suspendida? ¿Me voy unos días y te suspenden, Savannah?! -Exclamó mi padre enojado.

-Lo siento, ¿sí? -Dije bajando la mirada.

-Me imagino que tenías una buena razón para golpear a esa chica. -Dijo Nicolle y yo sonreí.

-Oh, ¡no tienes ni idea! No me arrepiento de haberlo hecho. Esa chica es Satanás, Nicolle, lo juro.

-Oh, te entiendo. Cuando tenía tu edad, había una chica justo así en mi escuela. Esas son las peores. -Dijo riendo y mi padre solo nos miraba enojado.

-Y las encuentras en todos lados. -Dije y la acompañé con sus risas.

-¡Bueno ya! -Gritó mi padre, haciendo que Nicolle y yo terminaramos nuestra conversación- Savannah, ve a tu habitación. Ah y no saldrás esta semana, así que dile a tus amigas porque te quedarás aquí, encerrada. Ah, y tampoco creas que te puedes pasar de lista invitándolas a la casa.

-Cómo sea. -Exclamé y subí a mi habitación.

Me tiré en mi cama y cogí­ mi móvil.

Tenía algunos mensajes que mandar, en especial a Danielle. Tenía que hablar con ella y pedirle perdón, fui algo grosera.

Eres Mía, PequeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora