Enigma.

3K 265 122
                                    

(POV LUFFY)

Tragué saliva ante la interrupción del ojiambarino. Ahora me encontraba unos cuantos tonos más pálido de lo normal.

-¿Desde hace cuánto tú...?- preguntó con la voz algo quebrada.

-Kid, yo...

-Ya veo. Dios, si es que soy imbécil. ¡Joder!- gritó, dando a su vez un golpe contra el grueso tronco del árbol sobre nosotros.

Miré al suelo sintiéndome muy mal por él. Me habría gustado que las cosas hubieran sido de otra forma. Él no se había portado lo suficientemente bien, pero nadie lo había hecho. Y aquello no era excusa para haberme adelantado a los acontecimientos.

-Todo ha sido una puta mentira, tendría que habérmelo imaginado. Si es que soy estúpido por pensar que realmente no sentías nada por ese doctor de mierda.

-¡Eso no es verdad! ¡Yo sí te he querido! Puede que no tanto como ahora quiero a Torao, pero lo que yo sentía era verdadero. Yo jamás he querido hacerte daño. Me odio a mí mismo por hacerte esto, por sentirme así, pero no puedo evitarlo, no es como si pudiera cambiarlo.

La pelirrosa se quedó estática, horrorizada, con un temor profundo en el fondo de sus ojos.

Vacía.

-No puede ser... tú no... Luffy, no me digas que tú eres su...- murmuró entrecortadamente con el miedo en sus ojos.

-Rebecca yo-

-Ya veo. Mamá tenía razón, este mundo es una mierda- susurró mientras se alejaba con la mirada perdida, dejando de ser ella-.

Corrí detrás para abrazarla, hundiendo mi cara en su espalda mientras las lágrimas se me saltaban. Era la única amiga que había tenido.

Realmente soy una pésima persona.

-No te va-vayas... p-por favor... Rebecca n-no me dejes. No te enfades. No quiero estar s-solo. No otra vez- mascullé egoístamente llorando-.

Y ante mi desconcierto, mi llanto fue transmitido a su ser, que tembló entre mis brazos intentando acallar su dolor.

-Déjala irse. Tiempo es lo mínimo que puedes darle- sugirió el pelirrojo con su mano en mi hombro-.

Mis brazos cedieron en el agarre, permitiéndole marchar, sin tan siquiera recibir un gesto de odio hacia mí, sólo una indiferencia que me heló más el alma.

Caí al suelo sobre mis rodillas, considerándome la escoria más grande del planeta.

Yo sólamente quería ser feliz.

-Lo siento.

Levanté la cabeza para posar mis acuosos ojos en la mirada penetrante de mi acompañante.

-Siento no haber sido el novio que querías. Supongo que desde el primer momento en que te ví, me gustaste. Para mi suerte, nunca has tenido con quien juntarte aparte del cabrón de Sanji. Pero al menos he conseguido mantenerte alejado de él.

Apreté mis dedos sobre la tela del pantalón para descargar en ellos la furia que comenzaba a sentir mi inestable alma.

-Seguramente no lo entiendas. Pero viendo que ya no me quedan posibilidades contigo, prefiero que me odies a mí que a que ese desgraciado te haga daño. Yo lo alejé de ti.

-¿Qué... qué estas diciendo? Él era la única persona que estaba conmigo. Llevo sin saber nada de él desde que empezó el verano. ¡¿Por qué lo has hecho?! ¡¿Siempre tienes que estar metiéndote en mi vida?!

Defenseless. [Law x Luffy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora