26. Mi Salvador

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26. Mi Salvador

Entre pensamiento y pensamiento, no me di cuenta en qué momento Melissa salió de la cabaña en busca de ayuda.

Los tres hombres más fuertes del pueblo entraron a la choza y me sujetaron con fuerzas, mientras yo me retorcía en sus brazos.

—¡Te quedas quieta o te daré una bien dura!—me gritó un hombre que me sujetaba del brazo derecho. Si mal no recordaba, él ya me había golpeado antes.

Me erguí al ver su mano en lo alto, amenazando en golpearme. Era imposible no sentirme pequeña y débil a su lado. Él era musculoso, de espalda ancha y uno de los más altos de mi pueblo.

–Le tocas tan solo un pelo y yo te saco la cabeza—se hizo un nudo en mi estomago al escuchar esa voz.

Todos los que estábamos en la choza nos volteamos hacia la entrada donde, con su expresión amenazadora, se encontraba mi guardián oscuro, mi amor, mi Louis.

Quería sacarme a los tres tipos de encima y correr hacia Louis, sentir que todo fue real y que no fue solo mi imaginación, pero no podía zafarme de los brazos de aquellos hombres, definitivamente llevaban bien puesto el adjetivo de los más fuertes.

—¿Quién eres tú?—se integró otro hombre a la choza, me giré hacia él y me di cuenta de quién era, Andrew, él que había abusado de mí. Él venía armado junto a seis hombres más.

Louis se rió unos segundos de una forma sensual y terrorífica a la vez, lo que era muy propio de él. Dio un paso hacia Andrew, logrando que este se pusiera rígido y retrocediera un paso.

—Todos se preguntan lo mismo—decía Louis a la vez que daba otro paso hacia Andrew—Algunos me usan como el protagonista de tus historias de terror, otros me usan como el antagonista, otros dudan de mi existencia y los que la saben, temen su muerte—se detuvo y le dedico una sonrisa malévola, arqueó una ceja y preguntó:—¿Alguna duda?

Andrew tardo en reaccionar, al parecer tenía una respuesta en mente, pero era claro que se sentía intimidado por Louis.

Tragó sonoramente saliva y atinó a hablar.

—¿De dónde vienes? ¿Cómo llegaste hasta aquí?—su voz sonaba rasposa y baja.

—Digamos que rastrear es mi cualidad—respondió tranquilamente Louis.

Era sorprendente el silencio que había entre todos los presentes ahí, como si todos temieran morir en manos de Louis, excepto yo.

—¿Por qué conoces a esta muchacha?—me señaló Andrew con su mano libre.

Louis me dedico una mirada y luego se volvió hacia Andrew.

—¿Tú crees que te contestare todo lo que quieras?—ironizó Louis.

—Entonces no creo que te importe mucho que mis colegas se la lleven de aquí—fulminé a Andrew con la mirada cuando se volvió hacia mí.

De pronto, los tres hombres que me tenían presa en sus brazos, jalaron de mí obedeciendo la orden dada por Andrew y yo no reaccione enseguida. Pero, a los segundos, decidida de lo que quería, comencé a retorcerme con más fuerzas y a tirar patadas al aire.

Definitivamente no me alejarían otra vez de Louis.

No me detuve y seguí forcejeando hasta que unas de mis patadas golpeó las partes intimas de uno, él cual terminó propinándome un rodillazo por mi espalda, lo que cortó mi respiración por un par de segundos y mis piernas flojearon, logrando que quedara tendida en el aire, solo sujeta por los hombres desde mis brazos.

—¡Estás muerto!—su grito fue tan amenazador, que me llegó a asustar a mí.

—Te aviso que soy capaz de disparar, así que por su bien no te acerques más—al escuchar a Andrew, levanté la mirada y me encontré con que él me apuntaba a mí con la pistola.

—¡Qué cobarde!—exclamó Louis.

—¡No dudo en dispararle!—grito Andrew.

—¿Matarías a alguien de tu propio pueblo?—preguntó Louis curioso, intentando jugar psicológicamente con Andrew.

—Ya la use para lo que quería, ahora no me sirve—sentí esa frase como un golpe en mi estomago, jamás pensé que lo pudiera decir aquí. El recuerdo que me asaltó en aquel momento me hizo estremecer y me sentía a punto de desmayarme.

—¿Él fue?—llevé mi mirada algo desorientada desde Andrew hasta Louis, quien me miraba acusadoramente.

Yo simplemente asentí con la cabeza y luego, bajé mi mirada. Dejé que las lágrimas se deslizaran por mis mejillas hasta caer al piso.

Realmente me sentía avergonzada. Todos los que estábamos presentes entendimos a que hacía referencia lo dicho por Andrew, todos sabían que fui suya. Y sobre todo, Louis había conocido al famoso abusador.

—¿Le contaste nuestra apasionante escena?—tenía claro que esa pregunta iba para mí, pero no quise levantar la cabeza—¡Te mueres como se ve esta niña sin ropa!—los hombres comenzaron a reírse, en cambio yo, lloré aún más—Como grita, como gime y como finalmente se deja ir en medio del éxtasis, hasta caer en un profundo sueño—sentía repulsión y tristeza, no quería recordar más.

—¿Por qué mierda no te callas?—el tono de Louis me asustó, por lo que levante mi mirada vidriosa hacia él y me encontré con que había adoptado sus características de vampiro—¿Ahora me temes?—le preguntó a Andrew.

—Louis, no...—dije en voz baja.

Los tipos que me sujetaban habían disminuido la presión en mis brazos tras ver el rostro de Louis. No me costaría mucho salir de esta presa e ir hacia donde estaba mi vampiro.

Pero ver sus expresiones de vampiro me paralizaron unos segundos, eran las mismas de aquella noche en que me mordió y la causante de todo este episodio.

La razón por la que Claire me mando de vuelta a mi mundo.

—¡Aléjate o te disparo!—el grito de Andrew me hizo volver a tierra.

Me giré hacia aquel episodio entre Andrew y Louis e intente volver a todo lo que estaba pasando, pero me sentía ida entre mis pensamientos. Pero de todas formas, vi como Louis estaba por acercarse a él y romper la distancia que haría que Andrew disparara. Teniendo en mi mente prevenir aquel disparó, me solté de los brazos de los hombres y me lancé para proteger a Louis.

Todo ocurrió en cámara lenta luego de cruzarme entre ambos, dándole la espalda a Andrew y quedar de frente con Louis.

La expresión de miedo de Louis, seguido con un intento de sacarme de ahí, me hicieron doler el corazón, como si hubiera cometido un error. Pero el dolor más grande lo sentí en el costado izquierdo de mi estomago, a la altura de mi cintura.

No pude evitar lanzar un grito desgarrador de dolor, seguido por un griterío de todos los presentes.

Mis piernas perdieron en el mismo segundo sus fuerzas y me sentí caer, con la mirada nublada y con la imagen del rostro asustado de Louis en mis pensamientos.

La temperatura que me envolvía era tan cálida y mejor todavía era como el dolor iba cesando poco a poco.

Si fui mala antes.. soy mas mala ahora, ¿no?

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Light vs. Darkness © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora