#2 - Rude

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Escrito por: I'm Free, Like a Bird.

Género: Romance.

Contenido adulto: No.

Advertencia: La mini-historia no tiene que ver con el anime.


Una pareja de jóvenes, abiertamente homosexuales. Tan enamorados. Juntos desde la primaria. Nine, un chico pelinegro de unos diecinueve años, con una altura de un metro setenta y nueve, perdidamente enamorado de Twelve, esta pensando en la decisión más importante de su vida. Llevaban siete años siento novios. Para ellos, una eternidad. Amaban pasar tiempo juntos. Pero desafortunada mente la familia de Twelve no aceptaba su relación con Nine. En especial su padre. Según ellos, ese chico era y es un mal ejemplo para su hijo menor de dieciocho años. 

Pero claro, eso no impediría que ellos se siguieran amando. ¿Cuantas veces Twelve se había fugado de su casa para pasar tiempo con Nine? Incontable veces. ¿Cuantas veces Nine llevaba a Twelve a su casa y debía dejarlo una calle antes para que sus padre no lo vieran? No se podría saber el número exacto. Todo el mundo amaba verlos juntos, en la calle, en el parque, donde fuera. Eran tan adorables. Pero eso nunca le importo al padre del menor.

Un día, Nine, decidió ir a la casa de su novio para hablar con su próximamente suegro. Fue acompañado de sus amigos, Tree, One y Twenty-five. Sus tres mejores amigos y compañeros de banda fueron aquellos que le dieron el valor de hacer tal acto. Se subieron al auto. Lentamente se puso el cinturón para ganar tiempo y cuando todos estaban listos, comenzó a andar. Estaba muy nervioso. No sabía ni que le diría. Pero tenía que hacerlo, si no, ¿Cuando lo haría? Con sus agallas, nunca. Estacionó el auto frente a la casa de su novio. Suspiró nervioso. Sus amigos salieron del auto y comenzaron a apoyarle y darle ánimos. Tardaron diez minutos en convencer a Nine. Nine caminó hacía la entrada con pasos lentos. ¿Que diría? ¿Como se lo tomaría su suegro? Y luego se comenzó a cuestionar porque tenía que elegir este sábado. Tocó la puerta con su corazón el su puño. Esperó unos segundos y ahí salió el padre de su novio. Un hombre alto y un poco calvo con el pelo grisaseo vestido de traje.

  — ¿Puedo tener a tu hijo el resto de mi vida? Di que sí, di que sí. Porque necesito saberlo. Dices que nunca tendré tu bendición, hasta el día que me muera.   —  Dijo Nine amablemente.

 — Mala suerte amigo mío, pero la respuesta es "No".— Replicó mientras le cerraba la puerta en la cara.

— ¿Por qué tiene que ser tan rudo? ¿No sabes que yo también soy humano? ¿Por qué tienes que ser tan rudo? De todas formas, voy a casarme con él, me casaré con ese chico, de cualquier forma, me casaré con él, me casaré con ese chico, sí, no importa lo que tú digas, me casaré con ese chico, y seremos una familia. —

Se rindió por esta vez, caminó hacía su auto y se montó. Sus amigos lo animaban a que lo volviera a intentar y así sería. No se daría por vencido. Jamas. 

Día Siguiente

Twelve se encontraba en la cena más incomoda de su vida. Sus padre había conseguido a un chico enamorado de él. Lo trajeron a cenar y encima ese chico no dejaba de intentar seducirlo. ¿Que no tenía un poco de respeto? Sus padres estaban delante. Esto no lo soportaba. Era la octava vez que sus padres hacían esto para que él dejará a su novio. Pero no. No lo lograrían. Él esta perdidamente enamorado de Nine y nada lo va a cambiar. Sus padres querían hacer un brindis por él y ese chico raro que trajeron, disgustado levantó la copa a último momento. Pero hasta ahí, no quería seguir aquí. Sacó su celular y se dispuso a enviarle un mensaje, una vez enviado iba a fijar su vista en la mesa pero cuando menos se lo esperaba. Ese chico se le estaba acercando peligrosamente y su padre no decía nada. Colocó su mano en el pecho del chico y lo empujó para que se alejará. Pero en ese momento el timbre sonó. Ese chico raro se iba a parar pero su padre lo interrumpió, parándose primero para ir él a abrir la puerta.

Una vez llegó a la puerta. Miró por la mirilla y vio a "el idiota". Nine estaba ahí. Pero antes de que pueda pedirle otra vez que le de sus bendiciones cerró la mirilla. Nine solo se quedó atrás de la puerta apoyándose en ella mientras repetía lo mismo que el día anterior.

  — ¿Por qué tiene que ser tan rudo? ¿No sabes que yo también soy humano? ¿Por qué tienes que ser tan rudo? De todas formas, voy a casarme con él, me casaré con ese chico, de cualquier forma, me casaré con él, me casaré con ese chico, sí, no importa lo que tú digas, me casaré con ese chico, y seremos una familia. —

Mientras tanto, dentro de la casa, no todo era color rosa. En la sala de estar yacían Twelve y su padre. Casi como siempre, discutiendo.

   — ¡Pero lo amo! Llevamos siete años papá! No me puedes hacer esto... —  Decía Twelve dolido. —  Soy tu hijo... —  Susurró.

— Acepte tu homosexualidad, pero no quiere decir que acepte a ese idiota. — 

— ¿Ves?  Ni me escuchas... —  Dijo Twelve bajando sus brazos.

Su padre se acercó a él mientras se escuchaba que golpeaban la puerta. Lo agarró de los hombros.

— Yo solo quiero lo mejor para ti, ese chico es mala influencia. — 

— Pero yo lo amo! —  Replicó Twelve.

Golpeó a su padre en el pecho y así de rápido salió corriendo de su casa. Encontrándose en el patio a Nine. Este lo agarró de la barbilla y lo miró a los ojos. Le colocó algo dentro de la mano y se agachó. Cuando Twelve abrió su mano y vio lo que había, no pudo evitar soltar algunas lágrimas de alegría. Acepto al instante y así Nine le puso el anillo. Rápidamente se paró y abrazó a su próximamente esposo. Estaban tan felices.

Día Siguiente. 

Twelve se estaba poniendo un vestido de novia, aunque fuera hombre, le encantaba sentir esa sensación de ser una persona "normal". Como si él fuese una chica y Nine siguiera siendo su hombre. Estaba dando los últimos detalles. Nine ya estaba listo, estaba afuera con sus amigos esperando a su esposo. Una vez listos partieron rumbo a la casa de su amado. Tocaron la puerta y dieron pasos para atrás. Twelve se quedó al lado de su pareja. Y ahí salieron sus padres. Su madre agarraba feliz el brazo de su padre. Estaba tan emocionada de como le quedaba su vestido a su hijo. Mientras que su padre lo miraba serio, como siempre. 

   — ¿Puedo tener a tu hijo el resto de mi vida? Di que sí, di que sí. Porque necesito saberlo. Dices que nunca tendré tu bendición, hasta el día que me muera. — Dijo Nine.

La madre de Twelve lo miraba intentando que aceptara y su hijo... Su hijo ya estaba cabizbaja sabiendo la respuesta. Y ahí fue cuando la soltó.

  — Mala suerte amigo mío, pero "no", significa "no".— 

Luego de eso, agarró a su mujer de la cintura y se metió dentro de la casa con ella. Nine y Twelve solo suspiraron y se fueron. Fueron a festejar su casamiento donde siempre se juntaban. En el garaje de One. El cual se encontraba decorado con luces hermosas. Tocaron unas cuantas piezas, hasta que Nine y Twelve decidieron que era hora de bailar. Sus amigos tocaron un vals y ellos bailaron, dejando tantos recuerdos. Tree les sacó varias fotos y luego de eso, pusieron música en un equipo y bailaron todos como quisieron. Era una noche hermosa. Con o sin la bendición del padre de Twelve. Había conseguido lo que quería. Casarse con su hijo y pasar el resto de su vida con él.



One Shots - Nine & Twelve - Zankyou No TerrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora