¿Sin final feliz? © [COMPLETA]

12. Estamos Juntos.

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***

— Buenas noches, Andrés —observó como se paro en seco, su corazón para ese momento palpitaba rápidamente, Andrés volvió a ver y su cara era de incredulidad—. Te estaba esperando —le sonrió, pero él parecía aun no creer lo que estaba pasando—. ¿Estás bien? —dio dos pasos adelante para acercarse él.

— No lo sé —logró decir. Isabella soltó una risa.

— He venido a hablar contigo ¿podemos? —él asintió. Y se acercó con temor a ella, al parecer de lo que tanto estuvo huyendo, siempre lo alcanzo y aquí estaba a punto de enfrentar las consecuencias de sus impulsos—. No sé cómo empezar, esto es complicado

— Solo dígalo —agachó su cabeza, debía enfrentar sus acciones de una vez.

— Lo qué pasó fue...

— Un error lo sé y...

— Déjame hablar antes que me arrepienta —le suplico, el alzó su cabeza y la estudio—. Lo que paso si fue un error —en efecto dolía más escucharlo que imaginarlo.

— Yo lo siento.

— No, no lo sientas —él intento hablar pero Isabella prosiguió—. Fue un error necesario —comenzó a decir, dejándose llevar por los susurros de su corazón—. Y... lo que estoy a punto de decir puede cambiar nuestras vidas pero eso será algo que solo tú puedes elegir —Andrés no lograba comprender sus palabras, pero la poca esperanza que aún le quedaba comenzaba a tomar fuerzas—. Tú ¿estás enamorado de mi? —necesitaba escucharlo, reconfirmarlo.

— Yo...

— Necesito saberlo, dímelo —Andrés la observó a los ojos.

— Si, si lo estoy —la sonrisa que se formó en el rostro de Isabella era sin lugar a dudas la más hermosa que jamás había visto.

— Andrés, yo... no sé cómo hiciste, pero lograste mucho más en tan poco tiempo que otros. Sin darme cuenta te fuiste introduciendo en mi.

— No entiendo —ella sonrió negando con la cabeza. Debía ser más clara, como todo hombre al parecer no tenía idea de lo que en ese momento sucedía y con ello por fin, hablaría lo que su corazón le gritaba.

— Me gustas... más que eso puedo atreverme a decir —los ojos de él se abrieron como platos, demostrando su asombro.

— Usted ¿está enamorada de mi? —ella asintió—. ¿En serio? —la felicidad estaba comenzando a llenar el interior de Andrés y él a demostrarla—. ¿No está juga...

— No Andrés —le sonrió—, yo... estoy enamorada de ti —que bien se sentía decirlo. 

— Demonios —exclamó—. Esta enamorada de mi —dijo más en una forma de confirmación para él—. Esto es un sueño —la observó—. No, no es un sueño. ¡Dios! —se levantó de inmediato y se acercó a ella.

— No sé adónde nos llevará, solo prometeme que estamos juntos en esto —él asintió—. Y deja ya el formalismo conmigo —él asintió, ambos callaron—. ¿Qué estás esperando? —Andrés frunció el ceño—. Bésame, Andrés —él le sonrió, se acercó más a ella.

— Estamos juntos en esto, lo prometo, mi Isabella —y la beso.

Los días pasaban y saber como actuar estando juntos, era algo que poco a poco estaban comenzando a aprender. Nadie sabía lo que en ellos sucedía y mantenerlo así en secreto era algo fascinante, y lo convertía todo más especial, más suyo.