Prefacio

8.4K 501 87
                                    

Nunca habría imaginado, que luego de diez largos años, aun recordara a la perfección cada uno de sus rasgos cincelados: sus ojos negros, labios carnosos, mandíbula gruesa. Era un chico hermoso sin duda alguna. La primera vez que lo vi en mi vida, contaba yo con 16 años, enamorada del último grupo pop del momento, con dos hermanos que me cuidaban más que a un importante político y con dos amigas mas locas que una cabra. Era una chica tímida, pésima en matemáticas, y dando pelea a la balanza rosa en el piso de mi baño, esa que cada vez que quería treparla se mofaba en mi cara, ya vaticinaba la muy astuta que esos "seis" kilos de más me harían soltar unos rugidos de frustración, y pese a que estaba desprovista de ropa,  nada, cero, solo con la estúpida idea de que eso ayudaría a no sumar más peso, pero no, allí estaban los benditos  kilos de siempre, así comiera lechuga, ellos no se iban, me tendría que resignar y aprender a convivir con ellos, sin embargo, el tiempo me enseñó que no todo gira en torno a mi cuerpo...

Pese a todo, era feliz, nada perturbaba mi mundo, mi burbuja, mi vida.

Solo una persona fue capaz de destruir todo eso.

Nada es Eterno© (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora