Capítulo 47- Asesinato a un menor

Почніть із самого початку
                                    

Escondo bien el vestido para que Marcus no lo encuentre y bajo, me siento junto a Daemon, que enseguida empieza a preguntar.

- ¿Qué tal el baile?

-Me he agobiado rápido.

-Es normal... es el primer baile al que te hemos... he dejado ir... si hubieses ido antes tal vez estarías más acostumbrada.

-Supongo que si. -suena el timbre, Daemon se levanta pero yo me quedo tensa en el sitio, asustada, sin saber qué hacer.

-Quédate aquí, no lo va a notar ni a saber nunca-va hacia la puerta y oigo los pasos firmes de Marcus al cruzar el umbral de la puerta acompañados por la voz de Daemon-. Padre...-lo próximo son más pasos, estos en dirección a mí, se pone delante de mí y se me escapa un bostezo.

- ¿Cansada?

-Un poco...

-Pues tienes trabajo, así que espabila.

- ¿Qué tengo que hacer?

-Nada nuevo, matar a alguien, lo único... será algo distinto a lo que estas acostumbrada. -me tenso, eso nunca trae nada bueno.

- ¿Cómo?

-A golpes.

- ¿P-por qué?

-Porque lo digo yo.

-Y... ¿Quién es?

-Esta niña. -al oír eso me congelo en el sitio, "niña", eso quiere decir que voy a destrozar una vida que no ha sido ni empezada, una niña, tiene sueños, ilusiones, seguramente algo ridículos, pero es una niña que ha vivido una infancia de verdad, no como la mía, una niña que puede vivir.

Me enseña una foto de una niña de unos diez u once años, sonriendo junto a sus dos padres, miro a Marcus y comprendo que no voy a poder hacer lo mismo que hice con Tyler.

-P-pero... yo... no puedo... es solo una niña...

- ¿Y qué?

-Que no voy a poder...-noto como mis ojos arden por la masa de agua salada que se acumula en ellos, pero cuando noto la mano de Marcus en mi cuello las lágrimas caen, aliviando mis ojos, pasándole la tortura a mi pecho y garganta por no poder llorar bien, por no poder ser alguien normal, por sentir siempre ganas de llorar y aguantar, pero que con un pequeño gesto toda la coraza se destroce y me hagan parecer débil en el peor de los momentos.

-Pues lo vas a hacer.

- ¿P-puede venir Daemon...? Sin él no voy a poder...

-Si hace algo más que acompañarte, lo pagaras caro, ¿Queda claro?

-S-si...

-Más te vale-me da un trozo de alambre, presionando con fuerza mi cuello-. Que lo agarre, ¿Vale?-asiento como puedo por la mano que dificulta el movimiento de mi cabeza, cuando lo hago sonríe y se pone recto, liberando mi cuello- La niña está sola hasta las cinco de la mañana, tienes hasta esa hora para matarla. -se aleja hacia la puerta, pero cuando pasa junto a Daemon le da un buen puñetazo en el estómago, cuando se encoge por el dolor le da un golpe en la nuca, haciendo que caiga al suelo. Satisfecho con lo logrado en su hijo sale de la casa.

Daemon se levanta y se acerca a mí, se sienta en el mismo sitio de antes y me sienta en su regazo para acto seguido abrazarme, empiezo a llorar como una niña pequeña, ya no está Marcus y ya no puede disfrutar con mis lágrimas así que, ¿Qué más da? No me importa que Daemon me vea llorando, me hace sentir bien. Noto su mano recorriéndome la espalda a modo de caricia consoladora, sonrio y le abrazo también, aun habiendo recibido golpes muy fuertes prefiere consolarme a mí, de verdad lo siento como un hermano mayor.

Yo soy la asesinaWhere stories live. Discover now