17. Un simple error

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Canción: Anathema - A Simple Mistake


I

La noche se estaba terminando para ellos y Brad aún no volvía. Angie miró su reloj una vez más, ya era bastante tarde y al día siguiente aún se tenía que levantar temprano para asistir a la clausura y luego acudir al salón señalado donde se les entregarían las constancias. Preguntó nuevamente a los amigos de Cesar si había visto el lugar por donde se fue pero nadie sabía.

—¿Por qué no te vas a dormir? —Había sugerido Cesar—. Cuando vuelva yo le diré que te has ido.

Pero Angie no veía esa opción como una buena idea. Pensó en que quizás él se había encontrado con algún fanático y éste le estaba quitando el tiempo así que caminó al rededor de la pista por última vez. Fue un momento de suerte, vio a Brad junto con un grupo de mujeres muy bonitas y muy risueñas, él bebía con ellas y también se le notaba feliz. No le estaban quitando el tiempo, él estaba allí porque quería. ¿La había abandonado? ¿Así nada más? Si ella desaparecía como él lo había hecho ¿se enojaría con ella? Y además ¿Por qué tendría que enojarse? No era como que él y Angie tenían una relación.

Caminaba por inercia hacia donde él se encontraba pero prefirió quedarse a buena distancia para que él la viera; sin embargo, no la veía. Brad se encontraba tan atento a esas otras chicas que ella ya no resultaba atractiva. Se acercó aún más.

☀︎☁︎

BRAD VIO A ANGIE caminando hacia él, miró su reloj y se percató de que había pasado mucho tiempo tonteando con esas chicas. Seguramente estará enojada, pensó. Le hizo una seña de "espera" para que no se preocupara, así él se comenzó a despedir de sus seguidoras disculpándose por no poder quedarse más tiempo, luego se acercó a Angie.

—Discúlpame, no había visto que era tan tarde —Le dijo él—. A veces mis seguidores me hacen perder noción del tiempo.

—No te preocupes —expresó ella sin demostrar lo que en realidad sentía—. Sólo quería decirte que yo aún me debo levantar mañana temprano así que ya me voy, pero si tú quieres puedes quedarte más tiempo con ellas.

—No, ya me despedí. Si te vas, me voy contigo. ¿A qué me quedaría?

Angie regresó a la mesa de Cesar y se despidió de él y de los otros chicos. Cesar le recordó a Angie que le debía pasar su número de teléfono así que ella lo hizo y se despidieron con un "te veo mañana", y eso no le gustó a Brad aunque prefirió no comentarlo.

Ambos caminaron hacia el lugar donde habían estacionado el coche rentado. La noche estaba fresca en esa ocasión, se sentía un delicioso viento provenir del mar y que lograba apaciguar un poco el clima tan cálido. Las calles estaban bien iluminadas y a pesar de la hora la gente continuaba paseando como si fueran las tres de la tarde, incluso había niños caminando con sus padres de espíritu joven.

El tráfico también era igual, quizá incluso había aumentado. Como el ambiente en el coche estaba tenso decidió buscar una emisora de radio. Encontró una donde se reproducía jazz y allí le dejó.

—Creo que no deberías estar conduciendo tú —dijo Angie.

—¿Por qué no?

—¿No bebiste mucho?

—Hem, un poco. Pero no me siento ebrio ¿O lo parezco?

—Creo que no. Lo malo es que los polis siempre están al acecho.

—Oh, tienes razón. ¿Quieres conducir tú?

Ella se encogió de hombros.

—Hum, no sé conducir.

Rojo Amanecer ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora