Capítulo 25

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Renny:

No podía moverme de donde estaba sentada, Kyle me había dado mi segunda ronda de batido de chocolate y yo me lo había tragado todo como si fuera una muerta de hambre, ahora necesitaba pasar al alcohol para intentar olvidar. Cerré los ojos, sintiendo como aun sus manos se metían entre mi cabello para jalarme con fuerza a sus labios, como se apoderaba de mí dejándome sin un suspiro.

¡Seré idiota! ¿Cómo no se me ocurrió que de plano ya lo sabía? ¿En qué diablos pensaba?

Regrese mi mirada a Kyle y finalmente buscando el maldito valor que necesitaba pregunte.

— ¿Quién le dijo?

—Cómo que ¿quién le dijo? ¡Vamos Ren! No pensaras que Rees es tan idiota para no darse cuenta.

Cerré los ojos pensando en que era verdad, lo que no entendía era como pasaron meses y él nunca lo sospecho. Sí, había cambiado muchos aspectos de mí, los tatuajes, el color más claro de cabello, estaba mucho más delgada y marcada, el maquillaje exagerado también ayudaba. Sé que Rees prefiere sin maquillaje, me lo decía cada mañana cuando despertábamos. Muchas veces me rogo por un maquillaje más delicado pero tenía miedo que lograra ver a través de mí. Negando con la cabeza regrese al único puto amigo que tenía en la faz de la tierra, lo peor, lo compartíamos con Rees.

—Eres una mierda Kyle, tú debiste decirme algo, pegarme para que no le mintiera, no sé.

Kyle soltó una carcajada que me dejo quieta por unos segundos. Sínico, se está riendo de mí de la manera exagerada que no me gustaba. Puse los ojos en blanco concentrándome en cómo se tomaba en estómago. La urgencia de pegarle lo más duro que podía se hizo presente.

—Renny, tú y yo no nos hablábamos hasta ahora. Pasaron años en los que te alejaste de mí, no me vengas con que "Hubieras dicho algo". Él te hubiera escuchado y entendido, solo tenías que darle el maldito beneficio de la duda.

— ¡Mira cómo se volvió Holly! —grité desesperada. Era mi mejor amiga, ahora yo era una mortal.

Kyle le hizo señas al cantinero por otra ronda de cervezas. Quizá esta noche estaría ebria y llorando por haberlo perdido, pero qué más da. Estoy cansada de ocultar mi verdadero yo. Han pasado muchos años en los que quisiera sonreír otra vez, ser la dulce niña que papá y mamá criaron y no la perra en la que me he convertido.

—Por favor, Holly... ella lo sabe desde el principio y lo sabes. Viste su mirada el día de su boda, lo sentiste. Ella esta sentida porque la abandonaste, porque le mentiste. De los Hamilton fue la única que te fue a buscar a la casa hogar, te llego a ver y tú no la recibiste ¿Ya no te acuerdas de todo eso?

Me trague el nudo que se formaba en mi garganta, rogando porque las lágrimas no salieran. No podía ser que Kyle conociera mejor la situación que yo, era más observador. Holly lo sabía y no dijo nada en todo este tiempo. Tomando la cerveza de un solo, me di cuenta que en una semana, Kyle había salido conmigo y con Rees todos los días ¿Cómo diablos podía con esto?

Una semana sin Rees, una semana...

— ¿Ya tiene agapi? —pregunté no queriendo saber la respuesta.

—No, pero está saliendo con varias para escoger una. Le va a llevar un proceso largo porque aun te tiene en la mente, pero seguramente en unos meses la tendrá. Así tiene que ser y lo sabes.

Maldito sabelotodo. Lo peor era imaginarme a Rees saliendo con otras chicas, no soportaba la idea que ellas tuvieran las atenciones que yo tenía. El dulce y carismático Rees era mío y no quería compartirlo. Me llevé la mano al corazón para ver si este seguía palpitando. Al menos aun no me había quedado sin habla.

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