16.Emociones

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Por fin era lunes. Falté al colegio para ir a mi ecografía. Me puse unos vaqueros cortitos pero no mucho, una camiseta de tirantes blanca con rayas y unas airmax blancas. Mi madre me llamó y salí a desayunar.

-Mamá... ¿Y si algo no va bien?

-Ni te preocupes, cariño, todo saldrá bien .

-¿Y si pasa algo malo?

No podía dejar de hacerme preguntas... Tenia mucho miedo a que mi bebé no estuviera bien o que algo saliera mal. Casi no comí. Salimos y me subí en el coche con mi madre para pasar a recoger a mi Manuel a su casa. Mi madre entró a por el a su casa y habló un rato con la madre de Manuel, mientras el y yo esperábamos en la puerta. Estaba guapísimo con su pantalón vaquero y su camisita.

-Cariño, tengo miedo.

Me abrazó muy fuerte repitiéndome que todo saldría bien, y eso realmente me tranquilizaba. Estaba muriéndome de ganas de ver a mi bebé. Nos subimos los tres en el coche de mi madre camino al hospital, tardaríamos 15 minutos en llegar. Llegamos y entramos a una habitación muy grande con una camilla y una pantalla al lado. El medico era jovencito, de esos que no tienen mucha esperiencia. Me senté en la camilla mientras el médico me preguntaba algunas cosas y las apuntaba en su ordenador, me preguntó si estudiaba, de cuanto tiempo estaba, y si quería darlo en adopción, obviamente le dije que no sin pensarlo dos veces.
Me dijo que me tumbara en la camilla, y lo hice de inmediato. Me echó un gel transparente que estaba muy frío. Cogió su aparato y me lo puso en la barriga, y después de buscarlo un rato, ahí estaba. Se le veía perfectamente la cabeza, sus bracitos ... Quería llorar, pero preferiría esperar a salir del hospital. En cambio Manuel no se pudo contener y se le llenaron las mejillas de lágrimas en un momento. Yo no podía dejar de mirar a la pantalla, era increíble. El médico quitó el aparato e hizo algo con el ordenador. Me dijo que me sentara mientras seguía mirando el ordenador.
Me dijo que todo iba bien, que estábamos sanos los dos, que todo iba perfectamente. Me dió dos fotos de la ecografía, metidos en un sobre. Le dio otra copia a Manuel.
Salimos del hospital y nos subimos al coche directamente a mi casa, a comer los tres.
Mi madre hizo macarrones. Después de comer, se fue con su amiga, como siempre.
Manuel se acomodó en el sillón y yo fui a mi cuarto a quitarme la ropa y ponerme el pijama. Me quito la ropa y voy a ponerme un pijama cortito porque hacia calor. Primero sollocé y seguidamente me di cuenta que las lágrimas caían por mis mejillas. Manuel vino corriendo al escucharme, en dos milésimas de segundo estaba abrazandome por la cintura.

-Cariño, ¿Qué te pasa?

-El bebé...

-¿Le ha pasado algo?

-Ya se me nota la barriga...-Dije, sin dejar de llorar.

-Eres preciosa.

Estaba engordando y me encantaba la idea. Manuel me miró con cara aliviada, me besó tiernamente los labios y fue a besar mi barriga. Será buen padre.

-Taira, no llores mas por favor...

-Es de felicidad.

-No me gusta verte llorar. Me habías asustado, creía que le había pasado algo a mi bebé..

-También es mi bebé.

Me abrazó muy suavemente y me tumbó en la cama.

-Te necesito.-Le dije tumbandome encima de él.

-Yo te doy lo que tu necesites.

Y manos a la obra.

-Taira, necesito hablar con mi amiga embarazada de cuatro meses. -Me dijo Lorena nada mas coger el teléfono.

-¿Por qué no vienes a mi casa?

-¿A que hora llega Manuel?

-A las 5, y aún son las 3.30.

-Pues en 10 minutos estoy allí.

Me colgó sin dejarme despedirme de ella. Parecía preocupada, su voz temblaba y sonaba rara. Seria alguna tontería de las suyas, de esas que se le pasan en cuanto le digo de ir de compras. Me arregle el pelo rápido, me puse el pantalón del pijama y la esperé sentada en el sillón.

Ding, dong ...

-Mi pequeña -Me abraza.

-Mi grandota.

Le digo que se siente, mientras que voy a la cocina a por un caso de café para ella y un colacao para mi, ya que no podría beber mucho café con el embarazo. Le saco también unas galletas de chocolate de las que a ella le gustan, y se las pongo en un plato rosa, ya que la veía muy decaída.

-¿Y? Cuentame.

-Taira, no tengo hambre...-Me dice apartando el vaso de café.

-Te lo bebes si no quieres la revancha del pressing catch de la otra noche.

-¿Me estas retando?

-Oh, claro que no.-Dije sarcásticamente.

Me dió un puñetazo pequeño y mi hombro y Sonreí.

-Yo venia a contarte... Bueno... ¿Te acuerdas de Cristián?

-Si.

-Pues...

Sin Buscarte. © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora