Capítulo 22

236K 11.4K 830
                                    

Samantha

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Samantha

—Nena, despierta —susurra una voz ronca en mi oído y me calienta la piel, pero tengo mucho sueño. Un beso en mi hombro desnudo envía escalofríos de placer a todo mi cuerpo.

—Cinco minutos más —pido murmurando adormilada, y esa voz se rie ronca y suavemente.

—Preciosa, solo quería darte un beso antes de irme. Es temprano todavía, así que puedes seguir durmiendo.

¿Irse...a dónde? Abro mis ojos lentamente, y veo a un sonriente y ya vestido Daniel.

Le sonrío también y lo saludo: —Buenos días, Daniel.

—Buenos días, Samantha. Ahora que vi esos ojos azules puedo irme tranquilo como la mierda al taller.

Me rio de sus palabras, y le pregunto inocente: —¿No me despertaste por un beso?

—Ah, nena, te estás volviendo muy traviesa, pero me encanta cuando te pones así. Me tienes loco. Te daré eso, y lamentablemente nada más porque tengo que irme ya o llegaré tarde.

Susurro: —Entonces no pierdas más tiempo... —Y no me deja terminar porque está atacando mi boca como si estuviera muerto de sed.

Lo beso con ganas también porque no lo veré en todo el día. Acaricio su cabello, y gruñe complacido. Abruptamente termina el beso y lo miro extrañada.

Él jadea y sonríe travieso: —Tengo que parar o no saldré nunca de aquí. —Le sonrío aliviada, pero de repente él pregunta con preocupación—: Después de lo de ayer...¿cómo te sientes?

Me quedo pensando en su pregunta, pero no quiero que sepa la respuesta. Estaba muy asustada. Cuando esos hombres bloquearon la carretera, pensé lo peor porque ya Daniel me había hablado de ellos, y los reconocí por su parche de serpiente. Su líder, Jake, es el hombre más escalofriante que he visto en toda mi vida, hablando cosas asquerosas de mí, armado con dos pistolas grandes en su cintura y que pensé que usaría con Daniel. Pero cuando pronunció con lujuria que sería toda para él, me quedé helada, clavada en la carretera, porque el pensamiento de ese hombre tocándome o lastimándome, hizo que me estremeciera de puro miedo.

Entonces recordé lo que me había dicho Daniel, que él no puede tocarme ni hacerme nada, que estoy protegida solo por ser su mujer. Suspiré de alivio, pero solo por un momento, porque Jake y sus hombres no podían hacerme daño, pero sí podían herir a Daniel, y tuve que moverme para impedirlo porque su discusión iba a parar en golpes o en la muerte, y tuve miedo de perderlo allí mismo.

Ese hombre intimidante, Jake, se quedó estupefacto al ver mi chaleco, y esa fue nuestra oportunidad para largarnos de allí, no sin antes que Daniel lanzara una clara advertencia sobre él. Cuando llegamos al club, los hermanos nos miraban en silencio mientras él caminaba hasta llegar a la habitación, todo el tiempo cargándome en sus fuertes brazos, protegiéndome de todo. Nunca en mi vida me he sentido más segura que cuando estoy con Daniel, el chico malo, pero mi salvador. Me hizo el amor con urgencia y ferocidad desesperante una y otra vez. Me quedé exhausta y dormida en sus brazos solo para despertar y ver que no estaba en la habitación. Ya después supe que convocó una reunión de emergencia con todos los hermanos, pero no quiso decirme sobre qué, y esa es mi señal para no preguntar nada que tenga que ver con los asuntos del club.

Cuidando de ti (Dragon's Family #1) (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora