Mujercita

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-Sal -le pedí.

-No.

-¡Sal!

-No, joder, Giselle, no pienso hacer el ridículo.

-Pero si lo haces a todas horas -me mofé.

Oí como gruñía al otro lado del probador. La capilla Love & Pasion tenía un probador para aquellos novios que necesitaban cambiarse antes de casarse.

-Hicimos un trato, estaríamos en paz si yo hacía algo por ti y tú por mí -le hice recordar.

-¡Pero tú al final no te casaste con nadie! -protestó-. ¿Por qué cojones voy a vestirme de novia?

-Porque me quieres.

-Ya no estoy seguro de eso -se burló y yo puse los ojos en blanco.

-Venga, Logan, solo son veinticuatro horas vestido de blanco, y luego... te recompensaré.

Él no dijo nada, estaba claro que se lo estaba pensando. Al final abrió la puerta del probador. Me llevé la mano a la boca para reprimir una carcajada. Me miró con cara de pocos amigos.

-Estás... guapísima.

-Que te jodan -masculló apartando la mirada. Estaba muerto de vergüenza.

-Espera, espera... -Cogí un jarrón que había en una de las mesitas empotradas a la pared, saqué las flores e hice un ramo con uno de los tallos-. Píllalo -grité lazándole el ramo y este se le estampó en la cara.

-Más te vale recompensarme como me merezco -me advirtió muy serio.

-Te aseguro que no te arrepentirás de haber hecho el ridículo.

-Eso espero.

-Ahora, señora Weels, vayamos a dar una vuelta por la ciudad del juego y la codicia -dije cogiéndole de la mano para tirar de él.

-Debería matarme por lo que me vas a hacer pasar hoy.

Ignoré ese comentario y salimos de la capilla al exterior. Hacía un perfecto día soleado en la ciudad.

-¿A dónde vamos? -quiso saber.

-Quiero desayunar.

-Pues vayamos rapidito a alguna cafetería -dijo entre dientes escondiéndose detrás de mí.

-Mira que eres cobarde.

-¡Perdóname por tener algo de decencia!

-Logan, si no quieres llamar la atención te aconsejó que dejes de gritar -añadí andando por la acera.

La gente que iba pasando con por nuestro lado se quedaba asombrada de ver a Logan vestido de mujer, cualquiera pensaría que se trataba de una apuesta o que mi maridito acababa de salir del armario.

-Eh, guapa, ¿a quién has dejado plantado en el altar? -bromeó un chaval con sus amigos.

-A la puta de tu madre -contestó Logan por lo bajo, yo me reí.

-Lo estás haciendo muy bien -dije cogiéndole de la mano para aportarle fuerzas-. Mira esa cafetería. -Señalé un establecimiento en la otra acera.

-Vayamos -propuso.

Tener a Logan de esa forma era más que divertido, me sentía poderosa teniéndole vestido novia a mi lado. Y desde luego que las últimas veinticuatro horas iban a ser legendarias.

-¿Pedimos un café? Será bueno para la resaca -dije cuando ya estábamos sentados en la cafetería. Él asintió conforme.

La camarera nos atendió y se marchó en busca de nuestra dosis de cafeína.

Yo Os Declaro un (maravilloso, catastrófico y divertido) Desastre (YODE-2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora