¿Dónde está Peter Pan?[#1]

¿Dónde está Peter Pan?

-Ni la menor idea, ¿eh?.-dije suspirando, cansada de siempre la misma respuesta. El niño pelirrojo del otro lado de mi portátil se encogió de hombros, buscando con sus ojos verdes algo en su habitación mientras daba vueltas en esta, sin llegar a darle del todo mucha importancia al tema.

-Wendy tengo partido, hablamos luego.-habló Jack encontrando su balón de futbol entre los miles de objetos que había sacado de bajo su cama, siempre fue callado y desordenado, pero al parecer solo había permanecido en él el desorden.

-Claro, nos vemos Jack.-sonreí como despedida.

-¡Ah! Sobre lo de Peter, yo creo que si alguien sabe de él es Max, siempre confió más en él.-abrí la boca sonriendo, podía ser que tuviera razón; el pelirrojo del otro lado se despidió de mí con la mano antes de cortar la llamada, dejándome sonriendo a una pantalla negra.

Reí mientras le daba vueltas en mi silla giratoria, y cuando paré mareada, vi como Michael retrocedía en mí puerta, afirmándose a sí mismo que cada día le daba más miedo.

-¡Alto ahí!.-sorprendí a mi hermano, que me miraba con miedo.-Dile a Jhon que me deje su teléfono.

-Es que...

-Pídelo, cógelo, ¡secuestra al móvil si es necesario!¡Pero tráelo!¡Rápido!.-exclamé, el otro desapareció en cuanto escuchó mi orden y me levante dando saltitos hacía mi pared pintada.

Tootles podría saberlo, podría decirme dónde está, estaba segura de ello.

Me sentía a tan solo un paso de encontrarle.

Un paso que podría haber dado desde un principio, al pensar eso me sentí estúpida.

Michael no tardó en volver con su recado en manos, tras eso le pedí que cerrase la puerta y llamé a Max preguntando si podía hacer una video llamada en ese momento.

-Emm...No sé Wendy...¿Para que? Si ya me puedes hablar por el teléfono.-el chico del otro lado se escuchaba nervioso, lo que me hizo sonreír pensando que algo me ocultaba.

-Me gusta veros a la cara cuando os hablo, pero si no puedes ahora siempre podría ser más tarde o ...

-¡Si!¡Digo no! A ver...Que sí, que enciendas el ordenador.-fruncí el ceño, aunque era la respuesta que quería oír sabía que algo estaba pasando.

-Max si te pillo en mal momento...

-No no, sólo espera un segundo, te llamo ya.-me interrumpió apresurado y tras eso colgó.

-¿Pero que...?.-susurré para nadie mirando al móvil.

-¡Mi móvil!¡Dámelo!¡Ahora!.-impuso Jhon abriendo de un portazo mi puerta, con Michael cargado a un hombro pidiéndome ayuda.

-Ya he terminado, y tranquilo, tan sólo te he metido setenta y cuatro virus, y borrado números al azar.-respondí devolviéndole el objeto sin una pizca de temor, aunque el sabía de sobra que no sería capaz de hacer semejante cosa a el niño mimado de George, ya que me supondría no volver a ver la luz en lo que me quedaba de vida.

-Mas te vale que sea mentira. Michael, te libero.-dijo soltando al niño mientras centraba su atención en el teléfono.

-Michael no tiene amo, ¡Michael es un elfo libre!.-chilló el niño saliendo entre gritos de la habitación, tanto su hermano mayor como yo nos quedamos mirando la puerta con un gesto extraño.

-Tienes que empezar a controlar su obsesión con Harry Potter.-dije a lo que Jhon asintió, vi cómo la pantalla de mi portátil indicaba una llamada.-¡Fuera!

-¡Eh!.-iba a replicar, pero le cerré la puerta en sus narices, poniendo el pestillo para que no pudiera pasar después. Tras eso me abalancé sobre el ordenador.