Capítulo 29

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De esa noche prefiero no recordar mucho más.

Mire a mí alrededor en el apartamento. Últimamente me encontraba muy paranoica, creía a cada momento que me seguían o que escuchaban todo lo que pasaba a mí alrededor, y eso no era bonito.

Había escuchado como varios agentes se volvieron locos con el tiempo, pero no creí que alguna vez me sucediera a mí.

Bebí del té que quedaba en mi taza y me levante para cambiarme. Solamente tome unos jeans oscuros junto con un saco de lino bastante abrigado, me calce unos converse negros y antes de salir de mi habitación tome un gorro de lana junto unos lentes de sol.

Mire a mí alrededor mientras salía a la calle, pero antes de subirme a mi motocicleta dudé. Negué con la cabeza y cambie mi dirección mental. Decidí ir caminando.

Llegue a la casa casi media hora después. No sentía tanto calor, sentía necesitar aclarar mis ideas. Lo que me llamo la atención en todo estos momentos fue el no recibir alguna llamada o mensaje de Evan.

Abrí la puerta de la casa y salude a los chicos. Me dirigí a las habitaciones de las chicas.

Di tres golpes e ingrese.

La gran mayoría de las chicas se encontraba durmiendo, y la otra mitad trabajando. Luego del tiroteo de la noche anterior decidimos dejar todo como que fue una emboscada.

Mire sus camas vacías y además de la "emboscada" hicimos creer que fueron unos chinos que vinieron y se llevaron a las chicas pero la verdad era que escaparon. Lily huyó a Canadá, Vanessa y María volvieron a México, y Melisa... Su cuerpo fue llevado a Colombia para el funeral, junto con Jessie enviamos una corona de flores.

Salí al balcón y mire alrededor.

Poco a poco sentía como ya no tenía cosas que hacer aquí. Salvo hacer entregas de droga y robar algún que otro auto, cosa por la que no me sentía bien, claro, pero asesinar a diestra y siniestra si está bien.

Sacudí mi cabeza mientras miraba a mis converse.

Quiero terminar con esto de una puta vez, ya no...

Me sobresalte al escuchar el portazo del cristal. Aaron estaba detrás de mí. Se colocó a mi lado en el barandal. No me veía, miraba hacia la cuidad.

-Creo que tienes un par de cosas que explicarme.- Alce una ceja.

-¿Perdón?-mi tono resulto ser más ofendido de lo que quise.

Aaron me fulmino. Nuestra relación había vuelto a ser igual que en el principio, parecía que los últimos dos meses no habían sucedido en realidad.

-Aaron, en serio. Vete a la mierda de una buena vez.

Le empuje para sacarlo de mi camino e intente que las lágrimas no obstruyeran mi campo de visión, pero me tomo por la muñeca.

-Quiero una explicación.-me exigió.

-Oh, lo siento, pero ¿Al señor policía se le escapo algo?

-No te atrevas a abrir la boca Emma.-me miro amenazador, pero no le tenia miedo.

-¿O qué?-le tente y se acercó a mi.- O nada, porque si no lo recuerdas, una vez te pateé el trasero, y puedo volver a hacerlo.

Me di media vuelta y azote la puerta en su cara.

Toque la puerta del final de pasillo y espere.

Tyler me abrió la puerta.

-Necesito hablar con los jefes.

-No están.

-¿Cómo?-le pregunte a Tyler. El hizo una mueca.

-Como oíste nena, ellos salieron.

Me semi-congele. Todo estaba saliendo mal.

Me fui de allí con la excusa de que había olvidado hacer una entrega y me llevé un auto del taller. En diez minutos llegue a los muelles.

Probé llamarles a los chicos, pero otra vez, nada.

Gruñí con frustración tomando fuertemente mi cuero cabelludo. Tome profundas respiraciones. Las cosas se estaban moviendo rápido y no era como quería.

Se suponía que los jefes se iban la próxima semana, ya habíamos planeado el accidente del avión y todo pero... simplemente cambiaron de planes.

No terminaban de caer las piezas en los lugares. Tengo que remediar todo esto, pero el único problemas es que no tengo las piezas suficientes para hacerlo todo. Últimamente me siento muy cansada a nivel físico y mental, siento que no puedo hacer nada. Vi unos cajones de madera y a punto de ir a sentarme en ellos, escuche como una botella de vidrio caía al suelo.

Me voltee con el arma en mano.

-Sé que estás ahí. Si sabes que te conviene deberías salir si no quieres que te busque.-mi voz sonaba como un eco en el pequeño depósito en el que estaba. No se escuchaba nada alrededor pero no avance.- Si no quieres que comience a disparar mejor sal ya.

Nuevamente, mi voz sonó como un eco.

Detrás del montón de cajas salió quien menos esperaba.

-¿Evan?



Lo que nadie sabe de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora